Moda

Gabriela Hearst: "Me siento muy orgullosa de ser uruguaya"

Es una de las abanderadas del cambio en la moda para la sostenibilidad; en el 8M la diseñadora uruguaya habló sobre cómo lleva adelante las transformaciones en las marcas que dirige. 

Gabriela Hearst. Foto: Cortesía
Gabriela Hearst. Foto: Cortesía

Gabriela Perezutti —conocida globalmente como Gabriela Hearst— atiende la llamada por zoom. Son las 15:00 horas en Francia y la llamada de ese viernes, extrañamente, no está directamente relacionada con la colección que la uruguaya presentó el día anterior en la Semana de la Moda de París con Chloé, tampoco con la de hace su marca homónima. Sin embargo, su último desfile le preocupa: “Es difícil presentar una colección cuando Europa está involucrada en una guerra”, confesó y agregó: “Este no es solo mi trabajo, sino el de muchas personas, venimos preparándolo desde hace mucho tiempo y por eso teníamos que presentarlo”.

La directora creativa convirtió su última presentación en un manifiesto de ella bautizó “ansiedad climática” y reforzó así su compromiso con la moda sostenible y su impacto en el medio ambiente.

El mundo se hace eco de esta situación y este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, ONU Mujeres llama a manifestarse bajo el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Como una de las abanderadas del futuro sostenible, Hearst contó sobre su visión.

—¿Hacia dónde te parece va el mundo de la moda en el sentido de la
sostenibilidad?

— Considero que no tenemos otra opción y en el mundo de la moda, como en todas las industrias, debe dejar de depender del petróleo. Uruguay es uno de los pocos países que no lo hace para funcionar, pero la mayoría de lo que se produce en este planeta se basa en petróleo y no podemos continuar utilizándolo como una forma de energía. Entonces, en primer lugar, eso es lo que tiene que cambiar. En esta temporada, lo que tratamos de hacer con las colecciones de Chloé —y de lo que puedo hablar con intensidad y claridad— es que armamos una nueva manera de pensar las colecciones, porque a mí lo que más me da ansiedad es la crisis climática. Plantearnos cómo podemos pasar de la crisis climática, que en inglés llamamos climate success (éxito climático), que supone cómo pasar de la crisis al éxito. Tratamos de hacerlo de dos maneras, la primera propuesta que trajimos es el rewilding, que en Uruguay lo trabaja Ambá y también hablamos con la escritora Isabella Tree que tiene la experiencia de la rehabilitación del medio ambiente y entender que puede regenerarse y curarse de la misma manera que nos curamos al regenerarnos. Cuando visité Uruguay en diciembre, vi dos sequías consecutivas; recuerdo que cuando era chica, en el norte ocurrían cada 10 años. Ver la sequía en el campo que heredé mi papá y el terreno tan árido, me dio una sensación de desesperación y tristeza. Después fui al campo de mi madre, en 30 o 40 minutos por camino de tierra, observé que ella conserva las formas de producción agropecuaria que mi familia tiene desde 1850. No importan los sistemas económicos, que cambiaron, ellos siguen con la tradición y si ves al campo, los animales están sanos, había muchos ñandúes, mulitas y vida silvestre. Además, ella cuida su monte natural como un tesoro, es hermoso verlo. Eso me demostró que mientras yo estudiaba la experiencia de Isabella Tree en el Reino Unido, mi madre hacía lo mismo, entonces eso fue un proceso muy lindo a reconocer. Esa es la primera solución. La referencia estética para la colección fue la de Hermano Sol, hermana Luna (1972) que habla de la vida de San Francisco de Asís. Lo más importante de todo era poner un reactor con potencial en esa pasarela que hable de todos los esfuerzos que hacemos en conjunto para elevar, no solo a la marca, sino a otras comunidades y organizaciones que trabajan para el otro.

—¿Te consideras un agente de cambio dentro de la industria de la moda?
— Me considero un catalizador, pero hay muchos. No me considero especial, o sea estoy despierta a esa realidad y no puedo dejar de estarlo. Existen otros que hacen muchísimo más y me gustaría tratar de dedicarme enteramente a esto. Entonces, la moda es mi medio y a través de ella, canalizo estas cuestiones.

Gabriela Hearst durante la semana de la moda de Nueva York 2022. Foto: captura
Gabriela Hearst durante la semana de la moda de Nueva York 2022. Foto: captura

—¿Cuál te parece que es el rol de de las mujeres en estos círculos virtuosos de la moda sostenible?
— Creo que las mujeres tenemos que estar en todo lo que sea ejecutivo, administrativo, gubernamental; ocupar posiciones de toma decisiones serias, porque somos políticas. No quiero generalizar, porque me parece poco sano hacer generalizaciones en género, pero veo una tendencia de nuestra fisionomía femenina que no siempre piensa en primera persona, sino que las mujeres siempre pensamos en otros. No sé por qué es, pero lo percibo y considero casi incomprensible que solo hace 100 años votamos y en algunos países todavía somos propiedad. Creo que las mujeres somos extremadamente poderosas, ejecutivas y administrativas. El momento en que tenemos que actuar es ahora, entonces lo que traté de visualizar y canalizar es poner a todas las brujas y a todas las mujeres con mucha energía ahí, que están para guiarnos.

—¿Cuáles son los objetivos de sostenibilidad que querés alcanzar con las marcas que dirigís?
— Con Gabriela Hearst, seguir experimentando nuevas formas de pensar. En Chloé estamos en el camino de cambiar. Para explicarlo lógicamente, en una empresa más grande como tiene una estructura de pirámide —todas las empresas de lujo son así— y en la parte de arriba está el producto que se hace 100% a mano; en el medio están los que combinan trabajos manuales y a máquina, pero que todavía son productos de cierta cantidad. En la base piramidal, todas las compañías tiene productos masivos, que se producen en gran volumen. Lo que quiero lograr, es modificar lo más rápido posible, este segmento para lograr impacto. Un ejemplo es Nama, el nuevo champión que sacamos. Se convirtió en el número 1 y medimos sus resultados y producimos un 35% menos de emisiones de gases de efecto invernadero y logramos reducir un 80% el uso del agua, comparándolo con un producto anterior similar. Lo mismo logramos con los jeans en los que no empleamos algodón nuevo o los bolsos que antes se hacían en algodón y ahora son de lino. A todos esos cambios en artículos de producción masiva le aplicamos la lógica de que si se hacen en grandes cantidades se debe cambiar rápido.

— ¿Cómo impactó e impacta en tu visión de la moda y en tus colecciones esa experiencia de campo?
—Es lo que soy y lo que me hizo. Pasé la mitad mi vida en Uruguay y la otra mitad Nueva York. Mis años formativos de infancia están expuestos a lo que significa criarse en el campo, a las distintas experiencias que eso trae, y a las lecciones que uno aprende. No solo son como creo, sino también son mi código de vida y cómo me manejo, representa quién soy.

—En Gabriela Hearst y Chloé impulsás y colaborás con organizaciones como Manos del Uruguay, ¿Por qué es importante mostrar su trabajo?
— Porque hacen las cosas bien. Manos del Uruguay es una organización ejemplar y me siento privilegiada de trabajar con ella, lo hago hace más de una década. Antes de Gabriela Hearst lo hacía con Candela, mi marca anterior. La fundadora Olga Pardo Santayana fue una mujer con visión, se dio cuenta de algo con mucha anticipación, más de medio siglo atrás. Si Manos del Uruguay hiciera un producto que no está bien, no los usaría. Lo que hacen es increíble y todo el pensamiento de reconocer a las mujeres y darle el poder a ellas, lo han hecho tan bien que es un orgullo trabajar con ellos.

—¿En qué te reconocés cómo uruguaya?
— En muchas cosas. En la calidez, en ser humilde, en no creer mucho cuando te adulan. También en reconocer que soy parte de un continente que ha exportado recursos naturales para el mundo desarrollado para que vivan en ese estilo. Me siento muy orgullosa de ser uruguaya porque Uruguay siempre apostó la calidad; a veces es difícil verlo cuando uno está dentro del país porque siempre lo criticamos porque somos chicos, esto y lo otro, pero Uruguay es ejemplar en muchas cosas. En este momento —por la manera que producimos y la energía que generamos— considero que Uruguay puede posicionarse como un país modelo, en el sentido que acá hay un balance de valores que puede funcionar, obviamente nada es perfecto, pero hay cosas muy predominantes en Uruguay que para mí tienen que estar vistas de un punto de vista global. Hay un concepto en inglés que siempre repito: “Small is the new big” (Pequeño es el nuevo grande), podemos pensar de una manera más concentrada para poder expandirnos.

—¿Qué mensaje te gustaría enviarle a las mujeres uruguayas y del mundo en este Día Internacional de la Mujer?
—Que las quiero a todas y qué bueno que somos mujeres.

ONU Y LA CONSIGNA PARA EL 8M

Igualdad de género hoy para un mañana sostenible

Para el 8 de marzo de 2022, Día Internacional de la Mujer, ONU Mujeres propuso el lema: “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. ONU advierte que niñas y mujeres sufren el impacto de la crisis climática porque la situación amplifica las desigualdades de género y pone sus vidas en peligro. “Sin igualdad de género hoy, el futuro sostenible y equitativo seguirá estando fuera de nuestro alcance”, remarca la consigna.

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