HOGAR

¿Qué riesgos presenta una esponja con mucho uso y cada cuánto hay que cambiarla?

Como se mantienen húmedas, funcionan como incubadoras de microorganismos, los responsables del desagradable aroma a “humedad”. Por eso, es importante cambiarla con cierta regularidad

eme esponja

Muchos piensan que, dado que se mantiene en contacto con jabón la mayor parte del tiempo, la esponja de la cocina está limpia y puede durar meses. Sin embargo, la realidad es que tiende a guardar bacterias lo que no solo significa que tus utensilios no quedarán verdaderamente limpios sino que podrías dejarlos con mal olor y suciedad. 

El peligro de una esponja vieja 

La mayoría de las personas considera que, mientras esté firme y se vea en buen estado, la esponja puede seguirse utilizando sin problemas, pero la realidad es algo diferente. 

Un artículo de la Universidad de Sonora, asegura que en las esponjas y trapos de cocina se alojan millones y gran variedad de bacterias. La principal razón es que tienen una consistencia porosa y, debido a que se mantienen en el agua, funcionan como incubadoras de microorganismos, los responsables del desagradable aroma a “humedad” y otros más peligrosos. 

De hecho, científicos de la Universidad de Justus Liebig de Giessen, en Alemania, confirmaron que las esponjas presentan diversas bacterias que pueden causar enfermedades. Incluso señalaron que pueden llegar a albergar más bacterias que un inodoro y encontraron 5 de los 10 grupos más comunes de bacterias con potencial patógeno que pueden ocasionar infecciones. 

¿Cada cuánto tiempo debo cambiarla?

Hay que mencionar que el tiempo de vida de una esponja varía según algunas especificaciones como su material y los hábitos de uso. 

La Universidad de Sonora señala que, con base en diversos estudios, lo más recomendable es cambiar la esponja al menos cada 15 días para evitar infecciones y enfermedades. 

Por su parte, la marca Scotch-Brite explica que, más que una cuestión de tiempo, se tienen que revisar algunas señales para cambiarla. Por ejemplo:

- Si la fibra se separa de la esponja.
- Si ha perdido el color original.
- Si se ha deformado o se siente muy suave.
- Si se hacen bolitas o rollitos en la fibra.
- Si hay mal olor.
- Si hay sensación pegajosa al tacto.
- Si presenta puntos negros o blancos en la fibra. 

Sin embargo, los microorganismos comienzan a proliferar desde el primer uso y alcanzan una concentración preocupante al primer mes, por lo que la empresa recomienda su reemplazo al menos cada 30 días.

Recomendaciones para cuidar tu esponja

Para que tu esponja dure más tiempo y puedas estar tranquilo de que no alberga bacterias peligrosas sigue estos consejos:

- Antes de lavar los platos, retirá los restos de comida con una servilleta. 

- Después de lavar exprimí la esponja para eliminar la mayor cantidad de agua y no la dejes sumergida, aunque sea en agua con jabón, pues las bacterias se desarrollan en los lugares húmedos. De hecho, lo mejor es desechar el agua que utilizaste para lavar.

- Si quieres lavar tu esponja, la Universidad de Sonora recomienda utilizar una solución de agua con un poco de cloro (en proporción de 9 a 1) y sumergir la esponja durante al menos 30 segundos, después dejarla secar.

- Otra opción que proponen es colocar, en un recipiente limpio, cloro y agua hirviendo, sumergir la esponja y dejarla reposar entre 5 y 10 minutos. Después exprimir y enjuagar con agua fría. 

- Un método alternativo es dejar remojar la esponja toda la noche en vinagre y al día siguiente secarla al sol. 

- También puedes hervir las esponjas una vez a la semana, así se eliminarán el 60% de las bacterias.

- Una recomendación más es que optes por opciones naturales, en el mercado encontrarás esponjas hechas a partir de plantas que son biodegradables.

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