Con los hijos

Mamá estimula: ¿Qué hacer cuando los niños preguntan quiénes son los Reyes Magos?

¿Qué hacer cuando llega este momento? Claudia Guimaré nos acerca estos consejos sobre cómo develar la mejor mentira jamás creada.

Reyes Magos. Foto: Wikipedia
Reyes Magos. Foto: Wikipedia

Recuerdo perfectamente cuando una vecinita mayor que yo, me contó a mis 5 años que Papá Noel y los Reyes Magos eran los padres. Recuerdo mi decepción, mi profunda tristeza y por sobre todo, mi indignación y mi furia para con mis padres, porque al fin y al cabo ellos habían sido los autores de semejante engaño. ¡Era una mentira tan linda!

Pero más recuerdo un 6 de enero que pasamos con mi familia de Rocha en la casa de mis tíos, cuando vinieron a mi cama a levantarme corriendo porque los Reyes estaban golpeando la puerta. Salí volando y por poco los agarro infraganti pero llegué un segundo tarde y sólo vi una osa de peluche rosada enorme que jamás olvidaré, sentada esperándome sobre mis zapatos.

Y es que Papá Noel y los Reyes Magos son y serán por siempre la mejor mentira jamás creada y seguramente, la que nos provoque más nostalgia.

Hoy día muchos padres, psicólogos o incluso corrientes pedagógicas como la Montessori, desaconsejan engañar a los niños con esta ilusión, sosteniendo que no sólo es “educar en el engaño y no en la realidad” sino que además son celebraciones que fomentan y enfatizan el consumo y lo material.

Otras voces, sostienen que esta tradición no sólo no tiene nada de malo sino que hasta incluso encierra varios beneficios. Tal es el caso por ejemplo del neuropsicólogo español Álvaro Bilbao, autor del best seller “El cerebro del niño explicado a los padres”, que sostiene que desde las neurociencias existen tres razones de peso por las que podemos “permitirnos esta mentira”.

La imaginación al poder: La primera es que la imaginación, y la ilusión son dos herramientas intangibles, pero de incalculable valor para conseguir nuestras metas en la vida y que en ese sentido, pocas formas de crear ilusión en un niño son tan eficaces como la magia que envuelve a Papá Noel y los Reyes Magos.

La magia de la espera: La segunda, que la capacidad del niño de ejercitar la paciencia, de saber esperar, es una habilidad cognitiva súper importante a desarrollar, sobre todo en los tiempos que corren donde todo es inmediato.

El poder de los sueños: Y la tercera, que durante ese tiempo de espera experimentamos tanto placer como cuando tenemos el regalo en nuestras manos (o a veces incluso más). Por eso al ser humano le gusta tanto fantasear e ilusionarse, cultivar la paciencia y disfrutar la ilusión.

Por eso, dice Bilbao, “posiblemente el verdadero regalo de los Reyes Magos, es enseñarnos cuando somos pequeños que si creemos con fuerza en nuestros sueños, y le ponemos un poco de paciencia, esmero y cariño, algún día se harán realidad”.

Y es que la fantasía tiene un rol importante en el desarrollo sano de los niños cuando son pequeños, ya que es a través de ella que pueden interpretar el mundo cuando aún no lo comprenden. Pero por supuesto, a medida que crecen, si no llegaran a “descubrirlo” por sus propios medios, podemos contárselo nosotros, para evitar que confundan mentiras con representaciones ficticias.

Por lo general hasta los 4 años todos los niños creen firmemente en la existencia de Papá Noel y los Reyes, básicamente porque no están preparados aun para el conocimiento abstracto. Y más adelante, hacia los 6, comienzan a hacer preguntas de cosas que simplemente no les cierran.

Como por ejemplo mi hija de 6 años recién cumplidos, hace unas semanas preguntó “¿Por qué Papá Noel vive tan lejos? ¿No le quedaría más práctico mudarse cerca? Y unos días más tarde, me dijo como al pasar “Nadie puede llegar a todas las casas al mismo tiempo!”. Entre los 6 y los 8 ya han madurado lo suficiente como para entender que los Reyes no son reales al menos como personas de carne y hueso sino simbólicamente.

Y es raro que un niño llegue a los 10 aun creyendo, por lo que si sentís que tu hijo ya está en edad más que suficiente para saberlo y aun así no te ha preguntado nada y quieres contárselo, es recomendable no hacerlo durante las fiestas, para que el impacto y el duelo por la fantasía perdida sea menor y no cuando tienen toda la fantasía depositada en la llegada de los tan esperados regalos.

¿Qué decir cuando llegue el momento?

Estar preparados.
Ya sea que no nos pregunten y seamos nosotros los que se los develemos o bien que nos lo pregunten ellos, lo mejor que podemos hacer es estar preparados para que la pregunta no nos tome por sorpresa.

Lo ideal es tener pensada una respuesta con la que nos sintamos conformes y sobre todo que estemos alineados entre los padres o parientes cercanos.

También es bueno anticipar que es natural que se decepcionen, enojen o entristezcan por la mentira que les hemos hecho creer durante tanto tiempo, para lo cual podemos hacer énfasis en la ilusión y la sorpresa que hemos querido sostener en ellos, en el cariño que los regalos representan de la gente que los rodea y en la tradición misma que al fin y al cabo seguimos, que nos une a nuestra sociedad y hace que “nadie se quede afuera” de esta “fiesta” compartida.

Chequear que realmente quiera saberlo.
Muchos niños comienzan a preguntar como tanteando pero o bien cambian de tema, o se desinteresan de inmediato por la respuesta o simplemente van y vienen con el tema y es que a veces simplemente quieren saber pero no quieren puesto que no están preparados aun para escuchar “la verdad” por el riesgo que esto conlleva.

Pero tengamos claro que aun un “sí, quiero saberlo” no evade la decepción de la respuesta. Cuando mi primo Agustín era chico, descubrió a su padre disfrazándose de Papá Noel en nochebuena y al día siguiente preguntó si lo que había visto era cierto. Su madre le preguntó si realmente quería saber la respuesta y él dijo que sí, pero aun así, cuando se enteró, rompió en llanto y dijo “Es que era una mentira tan linda!”. Y tenía razón…

Decirlo sin vueltas.
Los niños tienen un detector de humo especial y por ende, si comienzas a enredarte con excusas o tecnicismos, sólo lograrás incrementar sus sospechas mientras que ser directo y frontal (sin perder el candor o la empatía) y usar tus propias palabras, abrirte naturalmente, es la mejor forma de educar con el ejemplo.

En las últimas semanas anda dando vueltas por las redes sociales una “Carta de los Reyes Magos a los niños” como estrategia para dar respuesta a la pregunta de si los Reyes son los padres. En ella se sugiere tener preparada una falsa carta de los Reyes en la que supuestamente éstos le piden a los padres que sigan ellos la tradición de regalarles algo el 6 de enero a sus hijos en secreto porque ellos ya están viejitos y les cuesta seguirlo haciendo.

En lo personal, creo que si entendemos que nuestro hijo realmente quiere y está preparado para saberlo, continuar la farsa tapando una mentira con otra, no parece ser el camino correcto. Confiemos en nuestros pequeños y cuando quieran saberlo, tengamos claro que ha llegado la hora de abrirnos con ellos.

Al fin y al cabo, no se trata de evitar que pierdan la magia o la inocencia sino de asumir que están creciendo y acompañarlos en el proceso.

conocé a nuestra columnista
Claudia Guimaré
Claudia Guimaré
La socióloga uruguaya y especialista en marketing y comunicación es la fundadora de Mamá estimula. En el grupo que administra desde Argentina, comparte materiales educativos y soluciones para padres.

Conocé cómo Mamá Estimula puede auxiliarte en la crianza de tus hijos.

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