CON LOS HIJOS

Guardia Pediátrica: El cese de la vacunación covid en niños en la mirada de una pediatra intensivista

Alicia Fernández, nuestra pediatra de cabecera, reflexiona sobre el rol de las vacunas en la prevención de enfermedades y formas graves de las mismas

Vacunas niños.
Vacunas niños. Foto: Pixabay

En este tiempo hemos escrito muchas veces insistiendo en las medidas de prevención ante diferentes injurias infecciosas, traumáticas y tóxicas, porque en nuestro rol de pediatras creemos esencial insistir en ello.

La prevención adecuadamente implementada evita enfermedades prevenibles, valga la redundancia; enfermedades que pueden ser causa de internación, ingreso a cuidados intermedios e intensivos, secuelas y muerte.

Nos hemos referido a las vacunas en varias oportunidades como una estrategia de prevención ineludible para algunas enfermedades y aún cuando algunas de ellas no eviten que estas sucedan, estar inmunizado previene formas graves.

Muchas de ellas están incluidas en el programa ampliado de inmunizaciones, en el certificado esquema de vacunación (CEV) figuran con el momento en que deben ser administradas a lo largo del ciclo vital de cada uno de nosotros.

Es cierto que también hay otras vacunas disponibles que aún no están  incluidas en el CEV, que tienen un costo para aquellos que quieran recibirlas pero que están recomendadas, como las de Rotavirus y Meningococo. Los recursos en salud son finitos e incorporarlas al esquema en forma gratuita lleva su estudio, entre otras cosas valorando la prevalencia de estas enfermedades.

La vacuna antigripal sobre la que también hablamos en esta columna se administra en forma gratuita, estacional, anualmente, y recomendamos su administración entre los 6 meses y los 5 años o en aquellos niños de cualquier edad y adolescentes con comorbilidades por el mayor riesgo que tienen de padecer una forma grave de Influenza.

En el año 2020 comenzó la pandemia del SARS Cov 2 que azotó al mundo y a nuestro país. Fueron surgiendo plataformas vacunales, primero para adultos, le siguieron los adolescentes y finalmente el los niños de 5 a 11 años, grupo para el que Pfizer había sido aprobada y probada con seguridad y eficacia en el mundo. Uruguay no se quedó atrás y la incorporó.

Los niños también enfermaron y fueron afectados de diferente manera por cada una de las variantes que fueron surgiendo (P1, Delta, Omicron). Si bien es cierto que sufrían formas menos severas, quienes nos dedicamos a los cuidados intensivos pediátricos comenzamos a recibir pacientes con formas más graves durante la enfermedad o posterior a ella como es de público conocimiento.

La vacuna no es obligatoria, nunca se impuso de esa manera, siendo una decisión de los padres administrarla a sus hijos; una recomendación que desde la Comisión Nacional Asesora de Vacunas requirió análisis y estudio para permitirles que la misma estuviese fundada en bases científicas claras. No fue una recomendación arbitraria sino avalada seriamente, sabiendo que esta plataforma tiene eficacia y seguridad probadas.

Hoy la vacunación en niños de 5 a 11 años está suspendida por mandato de un Juez y eso es una medida preocupante. Entendemos que pueda haber personas antivacunas, las respetamos pero no compartimos sus ideas. No es esta la forma de actuar. Ante una vacunación que es opcional, no obligatoria, los niños con comorbilidades pueden padecer formas más graves de esta enfermedad con todo lo que ello implica.

Los padres que quieren vacunar a sus hijos tienen derecho a hacerlo.

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA
Alicia Fernández. Foto: El País
Alicia Fernández
Médica pediátra
Especialista en cuidados intensivos de niños

Podés seguir a nuestra pediatra de cabecera en Twitter como @AliFernandezUY

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