Francisco Armas - Gerente General de Movie

"La vida útil de las películas es más corta"

El negocio viene de un 2015 bueno y ahora presenta un momento de meseta. Ante la competencia de varias ventanas ahora el desafío es "ver qué más le podemos dar al espectador"

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Interior. "Aporta poco y nada al negocio". (Ariel Colmegna)

Montevideano, 47 años. Es contador público por la Universidad de la República y tiene un MBA de la Universidad de Montevideo. Luego de dedicarse al área contable y financiera se presentó a un llamado donde se buscaba gerente general para la por entonces nueva cadena de cines, Moviecenter; hoy Movie.
Pasaron 15 años en los que ha visto la transformación del negocio, en buena medida causada por la tecnología: desde la digitalización de las salas, los canales alternativos de venta de entradas a la aparición de nuevos competidores como Netflix y el impacto de la piratería. De esos cambios y hasta de su favorito para ganar los premios Oscar este domingo, habló con El Empresario. Está casado y tiene tres hijos. Le gusta salir en familia y correr.

Desde cuándo está en Movie?, ¿cuál era su vínculo previo con el cine?

Increíblemente vengo de una familia, del lado materno, muy vinculada al cine que nada tuvo que ver con mi llegada a Movie. Mis abuelos y tíos operaron salas, después estuvieron en el tema de video. Desde chico el programa por excelencia era ir al cine, que era mucho más importante que hoy a nivel sociocultural. Después la familia se fue desvinculando del cine; yo hice mi carrera de contador, trabajé mucho en la parte financiera, hice un MBA, y ahí opté por salir de la parte contable hacia algo más de gerenciamiento. Después del máster tuve la oportunidad de entrar en un proceso de selección que era para gerente general de Movie, y empecé en enero de 2001. Movie tenía dos años como mucho: Portones abrió en enero de 1999, en Montevideo Shopping en noviembre de ese año, y Punta Carretas en abril de 2001.

La cadena pasó a llamarse Movie hace unos años. ¿Qué buscaron con ese cambio?

Veíamos que el logo y la palabra Moviecenter, allá por 2008, 2009, ameritaba un cambio. La empresa estaba evolucionando en una cantidad de aspectos, a nivel de servicios, tecnología, interacción con el público. El público también estaba cambiando y veíamos que el logo y la marca no acompañaban esa evolución. Fue después de una investigación y un trabajo con una agencia que nos gustó acortar la palabra de Moviecenter a Movie, como algo más corto, de más imagen e impacto. Esto está asociado también a íconos con los que Movie comunica muchas de sus campañas, íconos amigables y al día con lo que son las redes sociales y una interacción más visual.

¿Cómo ha cambiado la oferta de Movie en estos años?, ¿en qué áreas han puesto foco?

En los últimos años nos hemos focalizado en dos conceptos bien grandes: uno es infraestructura. Por ejemplo, tenemos un complejo nuevito como Nuevocentro, que anda bárbaro. Montevideo Shopping está en plena reforma de sus salas. Esto es parte del tratar de mantenernos en vanguardia. El otro punto es la innovación tecnológica, no solo la digitalización de las salas, los proyectores, y el cambio de celuloide a digital sino a nivel de servicios, tanto en la capacitación de nuestra gente como en investigación de mercado. Hoy en día estamos en un 40% de entradas que vendemos por canales alternativos como Internet (en PC y celular) y boleterías automáticas. Eso viene creciendo y creemos que va a seguir haciéndolo. En lo que es investigación de mercado, trabajamos mucho con nuestros colaboradores. Además de contratar investigadoras, involucramos a nuestros trabajadores. Hemos hecho jornadas de innovación en las que escuchamos sus ideas, las vamos filtrando y estamos en proceso de hacer pilotos para ver qué cosas surgen. Estamos en permanente búsqueda de entender mejor al cliente para que la experiencia sea cada vez mejor.

¿Esa experiencia va más allá de ir al cine a ver películas?

Sí, ya sea con estrenos o con eventos, momentos puntuales en los que uno viene al cine y no solo viene a ver la película sino que se encuentra con sorpresas. Estamos convencidos de que el programa cine ya no es solo individual, atacamos para que se convierta en un programa social donde la gente se encuentre. El cine siempre tiene competencia, otras "ventanas" que amenazan el negocio. En su momento fue la televisión, luego el video, el DVD, y hoy, Netflix. El reto es ver qué más le podemos dar al espectador para que no se quede solo con la idea de ver la película. Sigue siendo la parte principal de la experiencia, pero no se agota en eso.

¿Qué otros contenidos ofrecen?

Algo que pasó con la digitalización es que se creó el área "contenidos alternativos" que incluye finales deportivas en vivo y en directo, conciertos grabados o en vivo, ciclos de ópera, y el ciclo Del museo a la pantalla (sobre pintores). Son negocios puntuales, pero creemos que valen la pena porque son parte de un conjunto.

¿Cómo están las ventas de entradas?, ¿qué tendencia ve?

El año pasado fue bueno. En el ejercicio de agosto 2014 a julio 2015 cerramos en 2.080.000 entradas. Ese número refleja respecto al año anterior un crecimiento del 5% en volumen. Se viene mostrando una tendencia de una cierta meseta, pero es un número interesante. Y estamos proyectando para este año un número similar, que no es despreciable. Estas cifras también tienen que ver con la incorporación de Nuevocentro. El mercado reaccionó positivamente con las aperturas de las salas. Claro, abrir una sala hoy en Uruguay implica una inversión que no es menor.

¿De qué números hablamos?

Solo equipar una sala con proyector, butacas, pantalla, audio y sonido no baja de US$ 200.000. Si uno le suma la parte constructiva, de lobby, ya hablamos de cifras de inversión más importantes aún.

¿Cómo se ubica el mercado local en relación a la región?

Hay un índice que mide las entradas vendidas sobre la cantidad de habitantes, y en Uruguay eso da 0,8. Argentina está en 1,1 y Chile en 1,4. Pero no estamos mal. El argentino es muy salidor y en Argentina, el Interior aporta muchísimo. En Uruguay, el Interior lamentablemente aporta poco y nada, a pesar de que hay cines que han hecho una gran inversión para digitalizarse porque si no, no podían sobrevivir.

¿Cuánto influye hoy el olfato en el armado de la cartelera?

Comparado a unos cuantos años atrás, uno tenía más datos porque eran pocas las películas que estrenábamos en la misma fecha que el resto del mundo. Tenías que esperar que llegara la copia, que otro mercado estrenara, salíamos con pocas copias nuevas. Entonces, ahí uno tenía datos de si funcionó o no. Hoy con la digitalización, en la mayoría de las películas salimos day and date (NdR: en simultáneo con otros mercados). Son pocas las sorpresas que hay en el año y son gratas cuando superan la venta (proyectada). Hoy hay muchas sagas y es un poco la crítica hacia el cine actual de que machaca mucho con las sagas y secuelas. Con las sorpresas, ahí sí el olfato funciona y uno tiene que saber cómo programar, si le da espacio o no a esa película. Creo que una película siempre tiene su chance acá. En los últimos tiempos diría que hay hasta demasiados estrenos en el año. De las cosas no tan buenas que ha traído el digital es que es más instantáneo y factible estrenar. La vida útil, la vida en cartelera de las películas es mucho más corta. Hoy el desafío es decir qué estreno y qué no para tratar de mantener la cartelera y que no haya tanta renovación continua.

Las vacaciones de julio marcan la zafra del cine. ¿Es necesario desestacionalizar el consumo?

Ese es un momento fuerte y lo va a seguir siendo. Representa casi dos meses (de ventas) en promedio. Lo que se trata siempre es intentar que no se concentre demasiado la oferta solo en vacaciones. De hecho, hay algunas películas animadas muy importantes que se estrenarán en mayo y otras en junio. Y muchas veces esos estrenos llegan a julio. El primer semestre del año hasta agosto son meses buenos, inclusive el verano, porque está la previa de los Oscar y la cartelera se pone interesante, la gente está de vacaciones, tiene tiempo y hay aire acondicionado. Los meses más bravos son cuando el cine empieza a competir con la rambla y los primeros calores, hablo de octubre a diciembre, cuando a su vez hay estrenos importantes pero no tanto como en otros momentos.

¿Cuáles son los géneros predilectos del público?, ¿hay cambios en esas preferencias?

Ha habido una evolución, si bien se mantiene cierta tendencia. Nos sigue sorprendiendo la cantidad de películas y cómo funcionan en el género terror. Después están los superhéroes que son más para grandes o adolescentes, como Deadpool. Esa es una nueva tendencia. Algo que sigue funcionando muy bien y sobre todo en los últimos años, son las películas para adolescentes como Los Juegos del Hambre, Divergente y La Quinta Ola. Después, están las comedias que en Uruguay normalmente funcionan muy bien.

¿Cómo les afecta la piratería? Quizás cambió la modalidad que pasó a concentrarse más en las descargas ilegales en el hogar que en la venta en la feria.

Quizás no está en el punto de ebullición, pero sigue siendo un gran problema. Creo que cada vez se transforma en algo más difícil de controlar porque la piratería va más por lo digital, por la descarga. Ante eso, lo que ha hecho el (sistema) digital es estrenar lo más cerca o al mismo tiempo que a nivel mundial. Que una película salga antes que el estreno mundial ha pasado en algunos casos, pero es más difícil. También esto tiene que ver con que las películas duren menos en cartelera y se estrenen más en el año, porque uno si demora mucho en estrenar, corre riesgos. Hay géneros que son más proclives a ser pirateados, por ejemplo, las películas de terror. Tenemos que seguir combatiendo esto con las herramientas que podamos, pero nuestro desafío es siempre cómo contra la piratería y otras «ventanas» podemos hacer que el cine siga siendo una experiencia única como programa.

Hablaba de Netflix. ¿Es la gran amenaza para el cine de hoy?

No tengo elementos científicos ni cuantitativos para asegurar eso, pero sí podría decir que por lo que uno escucha Netflix es un competidor importante. Solo el éxito de las series de Netflix es brutal, la gente se engancha con series y eso antes no estaba. No me preocupa tanto Netflix en cuanto a las películas que ofrece, porque ahí el cine todavía tiene novedad y tiempo, sino más como una competencia de programa.

¿Qué película gana el domingo?

¿Quién me parece o quién me gustaría que gane? (Se ríe) Me encantaría que ganara En primera plana, que me pareció fantástica. Por todo lo que viene pasando parecería que El Renacido tiene grandes chances, si bien no es lo que más me gusta. Ojalá que haya una sorpresa.

«Intentamos darle más oportunidades a los estrenos uruguayos»

¿Aplican medidas para proteger los estrenos uruguayos frente a los "tanques" de Hollywood?

Es un tema que hemos hablado muchísimo con los otros cines, el INAU y los productores. Al cine nacional hay que tomarlo de otra forma y así lo hacemos, más allá de que haya productores que no quedaran del todo satisfechos con la programación. Se les da una cantidad de funciones de común acuerdo y por dos o tres semanas intentamos que las cifras no sean lo que mande, que por ser un estreno uruguayo se le dé más oportunidad que a uno de Hollywood, porque sabemos lo costoso y difícil que es hacer cine en Uruguay. Lamentablemente, el cine nacional no viene con buenos años de venta por distintas razones, y me encantaría que eso tenga una vuelta, que vuelva la época de 25 Watts, Whisky o En la puta vida, que tuvieron números interesantes, que eran algo variado, que funcionaba y que atraía a la gente. Me parece que algunos espectadores tienen un preconcepto y es contra lo que hay que luchar. Me consta que hay muchos actores luchando por eso, como el Instituto del Cine y Audiovisual y la Asociación de Productores y Realizadores de Cine y Video del Uruguay.

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