INFORME

Uruguayas lideran emprendimientos de biotecnología; cinco casos que llevaron su startup al siguiente nivel

Según la ANII, desde 2014 han apoyado 55 emprendimientos de biotecnología. De estos, 41 están encabezados por científicas. ¿Qué oportunidades y desafíos enfrenta este perfil de emprendedoras?

Mujeres científicas
Mujeres científicas. En Uruguay,son mayoría en la carrera de biotecnología.

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¿Qué tienen en común Lucía Spangenberg, Pía Campot, Pía Garat, Mariana Ferrari y Josefina Louge? No solo las cinco son científicas sino además, emprendedoras en biotecnología.

Pero no es casualidad.

Según comentó Cristina Montero, gerente de la Incubadora Khem, que tiene su Plataforma KhemBIO para empresas biotecnológicas, de los nueve proyectos que se han incubado de este rubro, siete tienen a una mujer al frente. «Hoy tenemos cinco proyectos biotecnológicos de los cuales tres son cofundados por mujeres», señaló.

Enrique Topolansky, director del Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT, coincidió. «Siento que está muy ligado a algo que pasa en Uruguay, que la mujer tiende a ir a carreras biológicas con un perfil de ayuda a las personas», dijo. En ese marco, de los 600 estudiantes que pasaron por la Licenciatura de Biotecnología de ORT desde su creación en 2010, un 65% son mujeres.

Cristina Montero, gerente de la Incubadora Khem

"En la Incubadora Khem, de nueve proyectos que se han incubado de este rubro, siete tienen a una mujer al frente"

En tanto, en el CIE, donde hay incubados unos 45 proyectos, ocho son de biotecnología y seis de ellos tienen al frente a una emprendedora. «Esto en tecnología no pasa. En las TIC de 37 solo tres tienen una mujer liderando», acotó Topolansky.

En su opinión, incide que en la carrera de ORT, como parte del perfil del graduado se promueve que el estudiante detecte un problema y llegue a una solución. «La investigación aplicada está desde el nacimiento de la carrera impulsada por Carlos Sanguinetti, un emprendedor. Pero también tenemos un centro biotecnológico vinculado a la carrera y por supuesto, conexión estrecha con la industria».

Esta tendencia también se refleja en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Según datos del organismo, desde 2014 han apoyado 55 emprendimientos de biotecnología. De estos, 41 están encabezados por mujeres. En total, ANII concedió en este período unos $ 124 millones en 76 proyectos (una empresa puede presentar más de una iniciativa). Y la tendencia del sector es creciente, aseguran. El año 2021 cerró con 17 proyectos apoyados por $ 51 millones frente a 12 de 2020 por $ 11 millones (cuando cerraron algunas ventanillas de apoyo) y 15 en 2019 por $ 29 millones.

"En el CIE de la ORT, ocho son de biotecnología y seis de ellos tienen al frente a una emprendedora"

Enrique Topolansky posa con el libro El nuevo poder. Foto: Francisco Flores.
Enrique Topolansky, director del Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT

La Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) también ha apoyado proyectos de biotecnología, aunque no es a lo que apunta la Agencia. «Cuando llega algo específico de biotecnología tratamos de derivarlo a ANII que tiene una línea para ese rubro», aclaró Amalia Quirici, gerenta general de ANDE.

Poder femenino

Si bien es conocido que existen dificultades para las mujeres a la hora de emprender, esto no ha sido el mayor impedimento en biotecnología.

Lucía Spangenberg, fundadora de GenLives, empresa especializada en estudios genómicos, comentó que en su caso la mayor dificultad vino al tratar de ingresar al mercado con nuevos productos. «Lo más difícil fue conseguir la confianza de los médicos porque los procedimientos están muy aceitados desde hace varios años y sumar estudios nuevos tiene sus complejidades», recordó.

ORT Biotecnología
tendencia. Las mujeres también son mayoría en las carreras de biotecnología.

De todas formas, reconoció que al momento de internacionalizar el negocio, en 2020, ser mujer y CEO fue un desafío y debió recurrir a «estrategias» como «llevar más personas a las reuniones». Hoy su mayor escollo es conseguir inversión para apalancar el crecimiento. «En otros países levantan US$ 2 millones cuando nosotros levantábamos de a US$ 20.000 hasta US$ 200.000», graficó.

A Pía Garat, cofundadora de Eolo Pharma, su juventud fue vista como un aspecto problemático. «No me sucedió que sintiera discriminación por género, sí por edad. Era muy joven, tenía 24 años y prefería siempre ir acompañada por otro fundador de la compañía», reveló. Superada esa barrera, hoy su empresa ya recibe interés de inversión. Concentrados en un fármaco en particular (para obesidad y sus complicaciones derivadas), la estrategia de negocio es licenciar el producto a un laboratorio grande. «Estamos terminando una ronda de inversión que nos permitirá iniciar el estudio en humanos, pero ya lo comenzamos a vender», comentó.

A Pía Campot le sucedió algo similar que a Garat. «Hay cosas que cuestan más por ser joven. Tengo 30 años y me han preguntado si en la empresa hay personas mayores. O me ha pasado en temas comerciales que me quitaron de la cadena de e-mails y los seguían con mis socios. Llegué a decir que si continuaban con la negociación así se caía».

Pero esto no le impidió crecer. Su firma, Enteria, ahora está abocada al mercado del exterior como proveedora de laboratorios en Chile, Colombia y Bolivia y esperan crecer más. «La idea es cerrar acuerdos con 10 laboratorios del exterior, este año fueron dos», auguró Campot.

Mariana Ferrari, cofundadora de Nanogrow, reconoce que pudo emprender porque logró apoyo familiar. «Tuve a alguien que me acompañó, se encargó de hacer la comida, de cuidar a los niños», destacó. En 2021 se mudó a La Paloma y desde entonces puso en «pausa» el proyecto, pero ya prevé crear algún emprendimiento del rubro pensado para el interior del país.

Por su parte, Josefina Louge, cofundadora de Poha Cosméticos, siempre tuvo claro que el proyecto sería orgánico, circular, pero sobre todo que debía «empoderar a las mujeres».

«Es un reto ser mujer en biotecnología y más del interior. En San José hay menos oportunidades para las mujeres. Queremos visibilizar que las mujeres necesitamos igualdad de oportunidades. Por ello, la mayoría de los participantes en nuestra cadena de producción son mujeres», justificó la emprendedora.

La empresa desarrolló 20 productos de cosmética en cuidados especiales y llevó seis al mercado. Sus ventas crecen y el plan es llegar a todo el país.

Con sus fórmulas, las emprendedoras se abren paso en esta competitiva industria.

Lucía Spangerberg
Lucía Spangenberg, GenLives

Lucía Spangenberg es magíster en bioinformática, trabaja en el Institut Pasteur de Montevideo, en el Hospital de Clínicas y es docente en la Universidad Católica del Uruguay. Su trabajo se centra en la secuenciación del genoma humano y en 2016, junto a Víctor Raggio y Eduardo Spangenberg, creó GenLives, empresa que busca democratizar el acceso a esta información para toda la sociedad. En 2020 internacionalizaron su negocio, hoy 40% de facturación viene del exterior.

Pía Garat
Pía Garat, Eolo Pharma.

Pía Garat es ingeniera en biotecnología por la Universidad ORT pero además, realizó estudios de posgrado en la Universidad IE en España (Accelerate, building business from Science and Technology). En 2016, dentro del Institut Pasteur fundó Eolo Pharma, compañía dedicada al desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades crónicas de base inflamatoria que, al presente, ya recaudó cerca de US$ 6,5 millones en inversiones.

Pia
Pía Campot, Enteria.

Pía Campot es ingeniera en biotecnología. En 2018 cofundó Enteria, empresa especializada en analizar la microbiota humana. Como desde siempre tuvo claro que quería emprender, decidió cursar un MBA. En 2020 fue distinguida entre los 35 jóvenes más innovadores de América Latina por la MIT Technology Review, revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En 2020 su empresa comenzó a exportar y hoy el mercado del exterior es 50% de su facturación.

Mariana Ferrari
Mariana Ferrari, Nanogrow.

Mariana Ferrari es licenciada en Ciencias biológicas y magíster en Biología Celular y Molecuar (ambos títulos por UdelaR). Es coordinadora Académica Adjunta de Biotecnología en Universidad ORT y cofundadora junto a Nicolás Galmarini y Lucía Vanrell, de Nanogrow, plataforma tecnológica de nanoanticuerpos para productos aplicables tanto para humanos como veterinarios. Hoy, desvinculada del proyecto, ya piensa en su próximo emprendimiento biotecnológico.

Josefina Lounge
Josefina Louge, Poha Biocosméticos.

Josefina Louge es argentina y bioquímica (Universidad de Buenos Aires) y junto a su socia Tania Castro (cosmetóloga), en 2019 cofundaron Poha Biocosméticos, empresa de bio-dermocosméticos naturales, orgánicos y sostenibles para el cuidado cotidiano de la piel con patologías. Ubicada en Kiyú (San José), hoy sus productos ya llegan a varios departamentos del país y su plan es captar inversión para incrementar su producción y sumar servicios a la propuesta.
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