ENTREVISTA 

Sandra Rodríguez: del debate futbolero a liderar en una multinacional de seguridad

La CEO de la multinacional G4S explica los retos que enfrentó en un sector típicamente masculino y remarca la necesidad de profesionalizar al personal. "El guardia no debe ser como un poste", recalca

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
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Conocida como coconductora del programa Punto Penal de Canal 10, también es gerente general de G4S, una de las principales multinacionales de seguridad del mundo, con sede en Londres, y que en Uruguay cuenta con 1.200 empleados. Rodríguez (montevideana, 56 años, casada y con hijos mellizos adolescentes) tiene formación en periodismo, seguridad, ventas y gerencia. Pese a ello, cuenta que debió lidiar con el machismo de un ámbito típicamente masculino. Hoy preside la Cámara Uruguaya de Empresas de Seguridad (CUES), entidad que reúne a las multinacionales del sector. En su opinión, existen «demasiadas empresas» en vista del tamaño del mercado, y remarca la necesidad de seguir profesionalizando a los guardias de seguridad.

¿Cómo llegó a la posición de gerente general de G4S?

Sobre todo en las multinacionales, lo importante es tener las ganas y actitud de progresar. Cuando ingresé a la parte de ventas, me plantearon hacer seminarios y otras capacitaciones sobre seguridad electrónica y otros temas, que acepté como oportunidades. Llegué a la gerencia comercial y luego, mi jefe, que era el gerente general de G4S en Uruguay, se jubiló y me hicieron pruebas para ese cargo que incluyeron la evaluación de mi inteligencia emocional, de mi actitud ante los cambios y de empatía. Me confirmaron el cargo en 2017; la decisión se tomó desde la casa matriz en Londres.

¿Cómo es liderar, como mujer, una compañía en un rubro netamente masculino?

No tuve ningún problema en el grupo internacional de G4S, pero Uruguay es machista y tuve que demostrar acá mi capacidad cuatro veces más que cualquiera. Luego de varios años en el cargo mostré que ser mujer no es un impedimento para gestionar desde esta posición. En las reuniones con otras cámaras o con representantes del Ministerio del Interior, por ejemplo, todos son hombres, pero ya estoy acostumbrada. Esto se debe, tal vez, a que como periodista, comencé con el automovilismo, que es también un entorno masculino y aprendí a manejarme. En cuanto a G4S en Uruguay, a pesar de que el entorno está masculinizado, las posiciones de decision-maker están ocupadas por mujeres, como la gerente de finanzas, las dos encargadas de recursos humanos y la representante de organización y métodos. Los únicos hombres en ese equipo de toma de decisiones son el gerente de operaciones, y también está el prevencionista.

¿Esa composición del equipo responde a una política de la compañía?

La empresa tiene las puertas abiertas para la integración de género y la equidad, pero el hecho de que los cargos de decisión en Uruguay estén ocupados por mujeres, es casualidad. Yo me fijo en la capacidad y las ganas de desarrollarse que tengan los aspirantes a los cargos, no en el sexo. No soy feminista, pero sí me gusta la igualdad de oportunidades.

Uruguay es machista y tuve que demostrar acá mi capacidad cuatro veces más que cualquiera"

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
Sandra RodríguezGerente general de G4S

¿Cómo es su estilo de gestión?

Hablo de igual a igual con los gerentes, con los mandos medios, con los guardias. No me presento como un jefe, sino como una compañera de trabajo en otra posición. A veces veo que manifestarse ante algún hombre en esta industria desde un cargo de cierto poder, puede hacerlo sentir mal o disminuido por el machismo que tenemos en esta cultura, pero intento que mi trato sea de igual a igual. Mi rol es gestionar esta compañía de 1.200 empleados y me concentro en eso.

¿Cómo se reparte entre su cargo en la empresa de seguridad y como periodista televisiva?

De lunes a viernes estoy full-time en G4S, y Punto Penal me insume todo el domingo y algo del sábado, así que armonizo las actividades perfectamente.

En el mercado se ven más mujeres como guardias de seguridad últimamente, ¿hay más efectivamente?

Sí, sobre todo en lugares estratégicos, como en recepciones, de trato con el público, o en las escuelas donde hay niños chicos. A veces los clientes nos piden determinados perfiles. En los bancos, por ejemplo, notamos que las guardias (mujeres) son detallistas y prestan más atención en sus funciones que muchos hombres.

En los bancos, por ejemplo, notamos que las guardias (mujeres) son detallistas y prestan más atención en sus funciones que muchos hombres"

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
Sandra RodríguezGerente general de G4S

Muchas empresas quebraron por el impacto económico de la pandemia, lo que significó pérdida de clientes en el rubro de la seguridad, ¿cuál es la situación actual?

La economía está resentida, algunas empresas de seguridad desaparecieron y las otras buscan bajar los costos. También estamos luchando contra la informalidad y el incumplimiento de las normas por parte de empresas del rubro que compiten en forma desleal. Este sector estuvo muy sumergido y ha podido salir de ese lugar en los últimos años, pero la pandemia ha afectado el negocio y hay que cuidarlo. Con la Cámara (Uruguaya de Empresas de Seguridad, CUES), el Ministerio del Interior y una comisión que se dedica a la informalidad, estamos elaborando un proyecto para profesionalizar más a la seguridad privada, para que cuando se hable de un guardia, la gente piense en una persona capacitada y no como alguien en un rincón al que le pusieron un uniforme. El guardia de seguridad no debe ser como un poste, sino estar entrenado, formado, motivado y con un verdadero respaldo institucional por detrás.

¿A qué se refiere cuando habla de competencia desleal?

Hay empresas de seguridad que están bajando los precios de sus servicios al cliente y no cumplen con otros pagos. Pero si tiramos los precios para abajo y no profesionalizamos a los guardias, vamos a volver a sumergir a este sector.

¿Cuándo salió este sector de considerarse «sumergido» por sus bajos sueldos?

Eso ha venido mejorando desde hace unos siete años. Un gran paso fue cuando los guardias pasaron de jornaleros a mensuales en 2014, con una cantidad de beneficios, además del laudo y del Consejo de Salarios. Se logró con el esfuerzo de las cámaras, los sindicatos, los clientes, fue un trabajo en conjunto. Pero no debemos retroceder.

Además de la Cámara que usted representa, está la Federación Uruguaya de Empresas de Seguridad (FUES), ¿por qué no se han unificado?

Se tuvo la idea de agruparnos, pero las empresas miembros son competencia entre sí y tienen formas de pensar diferentes. Unirnos es engorroso y no se ha logrado, pero ante algún organismo, Consejo de Salario, ley o problemática en común, negociamos juntas. Es difícil poner a todos los actores de acuerdo.

Trascendió que ante la quiebra de empresas del sector, algunos trabajadores corren el riesgo de no cobrar los despidos, ¿es así?

Se han dado situaciones delicadas. Ahora bien, con la ley de tercerizaciones del año 2008, si el empleador quiebra y no le paga al empleado, el cliente que hace uso del servicio de vigilancia es considerado «solidario de la deuda» y debe pagarle al trabajador. Así que está bien cubierto. Debido a esa ley, los clientes controlan los haberes que la empresa de servicios de seguridad le paga a sus trabajadores, para no tener sorpresas que las afecte.

¿La Dirección General de Fiscalización de Empresas (Digefe) multa a la empresa de seguridad ante casos de incumplimiento, o también al cliente?

Digefe fiscaliza a las empresas de seguridad y cuando incumplen, las multa. Pero desde este año también multará al cliente por contratar a una empresa que no está cumpliendo con las normas. Esto es algo nuevo.

Ahora Digefe comenzará a multar también a los clientes"

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
Sandra RodríguezGerente general de G4S

¿Cuáles son los incumplimientos más frecuentes?

Varía mucho, por ejemplo, no se renuevan las habilitaciones de los guardias, los chalecos no están en buen estado, las condiciones de trabajo suelen ser inadecuadas o precarias, los guardias trabajan más horas de las permitidas, el registro de armas debe estar al día.

Existen unas 300 empresas de seguridad operativas, ¿ese número se ajusta a la realidad de Uruguay?

No, a mi entender son demasiadas empresas para una población de solo unos 3 millones de habitantes como la nuestra. En su momento, la seguridad fue un buen negocio y era fácil montarlo, pero para que el sector funcione adecuadamente, hay que invertir, capacitar a los guardias, supervisarlos, darles oportunidades de carrera, incorporar tecnología y cumplir con todas las normas.

¿Con qué números cerró G4S su negocio en 2020?

Las cifras fueron similares a 2019 porque las ventas cayeron, pero controlamos los gastos; esa fue la estrategia de nuestra gestión.

¿Despidieron personal?

Enviamos gente al seguro de paro cuando los bancos, que están entre nuestros principales clientes, cerraron o redujeron horarios en el pico alto de la pandemia, pero la fuimos reintegrando paulatinamente.

Una meta en 2021 es crecer en el área de servicios de limpieza"

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
Sandra RodríguezGerente general de G4S

¿Cuáles son las proyecciones para este año?

No pensamos que será bueno, pero sí un año bisagra que, por la vacuna contra el COVID-19, lleve a una normalidad de la economía en 2022.

¿Hacia dónde va G4S?

Tenemos servicios de seguridad física, electrónica, limpieza y facilities. En Uruguay, en 2019 comenzamos con G4S Cleaning, que son servicios de limpieza para oficinas y domicilios. Una de las metas es crecer en esa área este año, que es bastante demandada en pandemia.

«El guardia se está sustituyendo por cámaras inteligentes»

Sandra Rodríguez, CEO de G4S
Sandra Rodríguez, CEO de G4S

¿Cuáles son las tendencias en materia de seguridad?

Vamos hacia la seguridad electrónica, no más el guardia físico, sino el que opera aparatos electrónicos a distancia desde una central. Habrá más barreras automáticas de alarmas y cámaras inteligentes. El factor humano tendrá que estar para controlar ese equipamiento, pero el guardia tradicional se sustituye por cámaras inteligentes activas las 24 horas que captan el movimiento y mandan alertas a centros de monitoreo. Uruguay está aggiornado a nivel tecnológico, sobre todo las multinacionales que siguen los lineamientos de las casas matrices, pero las empresas más pequeñas no pueden invertir en tecnología por falta de recursos. Esto les será un problema a futuro, porque el mercado ya está solicitando cámaras inteligentes o de tecnología superior, y deberán responder para no perder clientes. A la larga, una inversión en cámaras inteligentes de -por ejemplo-
US$ 300.000, se recupera porque no se paga la seguridad física. Pero ese tipo de montos es una carga pesada que no todos pueden desembolsar.

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