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El Rey de las Tortas Fritas deleita en pleno Puertito del Buceo

José Caraballo y Claudia Franco (su esposa) tientan con 38 variedades, en un tradicional espacio gastronómico que llega a vender más de 300 unidades por día.

El Rey de la Torta Frita
El Rey de la Torta Frita. Su local está emplazado en pleno Puertito del Buceo. 

«Si la torta frita no está rica, está excelente», repite a sus clientes José Caraballo, alias «El rey de la tortas fritas». Y no miente.

Hace 18 años que se dedica a la elaboración de este bocado típico de la gastronomía local (y rioplatense). Comenzó con una carpa que se multiplicó; creció a un carrito, dio paso a su primer trailer, tras pegar el estirón, se ancló en el Puertito del Buceo, al costado de la pista de skate.

Además de la versión tradicional de la torta frita, Pepe y Claudia Franco, su esposa, ofrecen más de 38 sabores. De dulces, espolvoreadas con azúcar o canela a las agridulces —como la Martín Fierro (membrillo y queso) o Marta Fierro (dulce de leche y queso)— a las saladas. Queso y ciboulette o queso y albahaca son algunas de las vedettes del menú.

Tortas fritas
Sabores. Las tradicionales tortas fritas se ofrecen en varios "sabores". 

El negocio familiar apuesta a la calidad de sus ingredientes. «Todo es cuidado, todo es fresquito», advierte Pepe, quien fue bautizado «El rey de las tortas fritas» por un cliente. Era un ingeniero argentino que venía y me compraba cuando el carro todavía no estaba acá», recuerda.

Con planta elaboradora propia, la pareja trabaja con cuatro personas más y puede vender en una mala jornada unas 300 unidades, pero también tiene capacidad para saltar a las 2.000.

«Los mejores días del año son los feriados no laborables, el 1° de mayo es la zafra, pero este negocio depende del estado del tiempo, de que no haya fútbol, de muchas variables», advierte Pepe.

«Cuando era maestro confitero, mis patrones gallegos me decían: ‘lo importante no es llegar, es mantenerse’ y nosotros nos mantenemos cuidando el producto, nuestra presentación, los uniformes, la higiene del carro, invirtiendo en el ploteo que le muestra a los turistas qué lugares de Uruguay visitar», explica el gastronómico.

Para probar uno de los manjares que preparan estos «reyes», basta desembolsar $ 35 por una torta frita común o $ 50 por una con gusto. El trailer solo cierra los lunes y los restantes días de la semana está abierto entre las 15:30 a las 20:30 horas.

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