Informe

Desde peluqueros a abogados, cada vez más uruguayos dejan sus profesiones y se reconvierten a la tecnología

Seis personas del sector explican cómo fue llegar desde otro rubro y qué les suma tener otra formación; desde la Cámara Uruguaya de Tecnologías de las Información alertan que faltan 5.000 empleados.

Profesionales de TI
Profesionales. Seis empleados del sector TIC's, cuentan por qué dejaron atrás sus profesiones y cómo fue asumir un nuevo rol. 

¿Qué tienen en común un biólogo, un peluquero, una educadora preescolar, una arquitecta, una bioquímica y un abogado? Todos dejaron sus profesiones para volcarse a un mismo sector, el tecnológico.

Ya sea por necesidad, por descubrir una pasión escondida o por buscar un rubro con mejor salario, flexibilidad laboral o cultura organizacional, cada vez son más las personas de diferentes edades y en distintas etapas de la vida, que deciden dar un giro profesional y comenzar a trabajar en tecnología.

Esta tendencia es bienvenida por un sector que, justamente, tiene en la falta de profesionales el gran escollo para seguir creciendo. Desde la Cámara Uruguaya de Tecnologías de Información (CUTI) aseguran que existe una faltante de 5.000 personas en la industria TI para resolver el problema actual.

A cambio, las empresas se nutren de profesionales que llegan con otra mirada y aportan más que la posibilidad de programar, gracias a habilidades que arrastran otras experiencias.

Desarrollador web de Moove-It
Martín Figares
Martín Figares
Martín Figares (26) es biólogo. De 2016 a 2019 tuvo cargos de investigación y docencia en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIbce) y las facultades de Ciencias y de Medicina. Su objetivo, contó, era conseguir una beca de maestría y luego de doctorado. Se recibió en 2019 y se presentó para los períodos de 2020 y 2021, pero no quedó. Esto lo llevó a pensar en un rubro con mayor salida laboral. «Había pensado estudiar Ingeniería de Sistemas en paralelo a biología, y cuando me rechazaron de la maestría, empecé a estudiar programación por mi cuenta, en C, Haskell y Python. Luego sumé JavaScript y desarrollo web», detalló. El empujón final se lo dio su hermano, que le comentó de un bootcamp de la tecnológica Moove-IT. «Me presenté y desde agosto de 2021 trabajó como desarrollador web de la empresa. Estoy más cómodo, la perspectiva y la paga son mejores y además la gente se preocupa porque uno esté bien. Haber hecho la otra carrera me ayuda a tener hipótesis bien fundadas y una mirada más crítica sobre muchos aspectos. También pude entrenar soft skills como liderazgo, autonomía y comunicación», destacó.
full stack developer en Commit Studio
María Noel Reissig
María Noel Reissig
Tras 12 años trabajando como arquitecta, primero como ayudante y luego en su propio estudio junto a una socia, María Noel Reissig (41), decidió que era hora de trabajar en su otra pasión: la tecnología. «En los últimos años que me dediqué a la arquitectura, con mi socia le dimos un giro más tecnológico al estudio y migramos todos los proyectos a la metodología BIM (Building Information Modeling) y eso me encantó», señaló. Pero en 2019 se mudó con su familia a California por el trabajo de su esposo (en TI) y fue el empujón que le faltaba para hacer el cambio. «Empecé de forma autodidacta, y luego hice cursos de front-end y un coding bootcamp de Javascript, ambos de madrugada en una academia en Uruguay. A la semana tuve tres entrevistas de trabajo, y al mes empecé a trabajar como full stack developer en Commit Studio, una software factory con base en Montevideo. De esto hace 10 meses. Hoy todos los desarrolladores de la empresa egresamos del bootcamp, la mayoría reconvertidos». Su experiencia anterior la ayudó, por eje mplo, a saber trabajar en equipo, indicó. Del sector TI le «encanta» su comunidad numerosa, el espíritu colaborativo, de aprendizaje constante e innovador.
front-end developer en Mercado Libre
Mauro Goyeneche
Mauro Goyeneche
Con 20 años como peluquero, la mitad de ese tiempo en el rol de formador de estilistas como responsable de Educación en L’Oréal Uruguay, Mauro Goyeneche (37) decidió «colgar las tijeras» y sumar una profesión más a su vida: desarrollador de software.
«Un día a inicios de 2019 me pregunté ‘¿esto es todo?’ y mi mente inquieta me plantó un ‘no’ absoluto», rememoró. «En mi adolescencia estaba decidido a volcarme a la ingeniería en computación, pero por circunstancias personales no pude avanzar y busqué salidas laborales rápidas», reconoció. «Así que volví a tomar impulso, abrí el computador y comencé a prepararme de cero como programador», recordó quien se considera multitasking y que todo el tiempo busca mejorar su propia versión. «Estoy en beta continuo», resumió. Así, tras estudiar, ingresó en 2021 a la multinacional Endava y desde abril es front-end developer en Mercado Libre. «Doy vida a la interfaz, tanto en lo visual como en experiencia del usuario y creo que por haber trabajado tanto en la estética le presto mucha atención a los detalles y a que las cosas se vean lindas, bonitas. También en centrar todo en el consumidor», cerró.
CEO de UpCamp
Valentina Tartarolo CEO UpCamp
Valentina Tortarolo
Valentina Tortarolo (39) es bioquímica. Por tres años se desempeñó en la Universidad de la República, en la cátedra de biofarmacia y si bien «las oportunidades estaban», reconoce que no era lo que quería. En esos años desembarcó Tata Consultancy Services (TCS), una amiga pasó su CV y la llamaron porque necesitaban «personas que hablaran inglés», algo que Tortarolo dominaba. «En TCS me formé en gestión de proyectos, trabajé 10 años y aprendí un montón». En paralelo se anotó en la Licenciatura de Sistemas en ORT pero descubrió que programar no es su vocación. «Mis habilidades van por otro lado, por cómo solucionar problemas macro, marketing, ventas y por eso hice analista de marketing», confesó. En 2013, por una situación personal comenzó a trabajar en Salto de forma remota y tres años después recibió el llamado de Matías Reina, CEO de Abstracta, y le «cambió la vida». «Llevé adelante la apertura (de la empresa) en el departamento. En 2019 lideré un programa para reconvertir mujeres en situación de vulnerabilidad laboral a TI», dijo. Hoy dirige UpCamp (una spin off de Abstracta), proyecto que busca dar una primera experiencia laboral en tecnología a personas que se formaron en el área.
Desarrollador en Moove-IT
Ignacio Galisteo Moove IT
Ignacio Galisteo
«En retrospectiva, creo que fue una de las mejores decisiones que tomé. Es un trabajo que me apasiona. Estás constantemente resolviendo problemas. Siempre tenés que aprender algo nuevo». Ignacio Galisteo (33) es abogado y si bien ejerció algunos años, sabía que no era lo que quería hacer toda la vida. «Lo que más me preocupaba era que con la abogacía iba a estar atado profesionalmente al país.
Otra preocupación era el mercado laboral; para las carreras tradicionales y en particular las sociales, no es bueno», sumó.
Así que, en paralelo a su trabajo en la Dirección Nacional de Aduanas como practicante de abogacía, decidió anotarse a la Licenciatura en Sistemas de la Universidad ORT y rápidamente pidió cambiarse en su trabajo al área de desarrollo, su primera experiencia en el sector TI. Luego, comenzó a buscar en el ámbito privado y hace casi tres años ingresó a Moove-IT como desarrollador. Valora poder trabajar desde su casa, tener un salario competitivo y acceder a opciones de crecimiento en el país y el exterior. A su vez, cree que venir de la abogacía lo ayuda en su actual trabajo. «Tiene mucho de estudiar y acá hay que hacer mucha investigación», cerró Galisteo.
área de videojuegos en Globant
Leticia Setaro
Leticia Setaro
Leticia Setaro (33) pensó que toda su vida se lo dedicaría a estudiar porque «es una forma de generar cambios». Se formó y ejerció como educadora preescolar hasta hace cuatro años, cuando decidió dar un vuelco a su vida. «Disfruté muchísimo pero los últimos años sentía que necesitaba cambiar, y con mucho miedo empecé a imaginarme qué podría hacer». Ese temor al cambio y ser «grande» la paralizaba hasta que conoció el testing. «Los testers buscan errores o formas de mejorar la experiencia de los usuarios en cosas que utilizamos todos los días; de alguna forma me atrapó», recordó. Entre que empezó a estudiar y consiguió trabajo en el área pasaron siete meses. Hoy hace cuatro años que trabaja en el área de videojuegos en Globant y dice que valora la flexibilidad, que se «crea mucho» en los objetivos y el poder distenderse «jugando al pool, a la Play, al bowling o simplemente ir a dormir una siesta». Pero sobre todo aprecia «la cultura del trabajo en equipo». Incluso sigue enseñando desde su rol: «doy charlas contando lo qué hacemos, dando visualización a este lindo mundo tecnológico, animando a las personas que sientan que necesiten un cambio a que lo hagan».
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