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Geely redobla su apuesta por Volvo y va por sus camiones

Pese a las restricciones del gobierno chino, la firma automotriz persiste en su búsqueda de ser más global. 

Negocio. La adquisición de acciones de los camiones Volvo le habría costado a Geely unos US$ 3.200 millones.
Negocio. La adquisición de acciones de los camiones Volvo le habría costado a Geely unos US$ 3.200 millones.

El gobierno de China ha hecho más difícil movilizar dinero al exterior. Las autoridades han dicho que castigarían a las compañías nacionales por invertir en ciertos sectores. Y les han dicho a las empresas que informen todos los tratos transfronterizos.

A pesar de todas estas medidas, las compañías chinas continúan en su afán de volverse globales.

En esa búsqueda, Zhejiang Geely Holding Group, la firma china que compró los autos de la marca Volvo en 2010, anunció días atrás la compra de un 8,2% de acciones en AB Volvo, el fabricante sueco de camiones, de la empresa de inversión activista Cevian Capital. El acuerdo, avaluado en los US$ 3.200 millones de acuerdo a estimaciones del periódico The New York Times, convertiría a Geely en el accionista más grande de la compañía fabricante de camiones.

Este es el última señal de que las compañías del gigante asiático están todavía en la búsqueda de acuerdos, siempre que estén en línea con los objetivos estratégicos del gobierno.

Es poco probable que las operaciones de compra en los sectores de entretenimiento y bienes raíces pasen desapercibidas, pero las empresas industriales, mineras y energéticas a menudo tienen luz verde.

China está tratando de construir lazos geopolíticos en el exterior con grandes proyectos de infraestructura que dependen en gran medida de acero, cemento y maquinaria.

En casa, quiere desarrollar gigantes domésticos en áreas como inteligencia artificial y energía renovable para competir con los incondicionales jugadores que vienen de Occidente.

«No es como si estuvieran retrocediendo. Están buscando proyectos que aún les interesan», afirmó Geoffrey Sant, socio de la firma de abogados Dorsey & Whitney, que asesora a empresas chinas en adquisiciones.

Bajo la lupa

En una declaración el martes 26, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la agencia del gobierno chino que supervisa la planificación económica, dijo que las compañías del país tendrían que informar de todas las transacciones de inversión extranjera a través de un nuevo sistema en línea. El organismo indicó que establecería un mecanismo para supervisar acuerdos en el extranjero «para salvaguardar mejor los intereses nacionales y la seguridad nacional». En agosto, Beijing indicó que prohibiría adquisiciones en sectores que van desde clubes de entretenimiento y deportivos hasta hoteles, reiterando una advertencia emitida el último año.

Ash Sutcliffe, un portavoz de la automotriz Geely, comentó que la compañía no estaba preocupada acerca de si las nuevas reglas sobre la inversión saliente afectarían el acuerdo de AB Volvo. «Estamos muy seguros de que el acuerdo continuará», arriesgó Sutcliffe, y agregó: «Geely tiene una larga historia de inversiones en el extranjero. No creo que sea un problema importante».

Estrategia que ya rindió frutos

La automotriz china Geely, dueña desde 2010 de la unidad de automóviles de Volvo, ha sido la artífice de la recuperación de la marca alemana. Logró insertarla exitosamente en China e impulsó las ventas globales, que llegaron a 534.000 vehículos en 2016. Geely adelantó que pretende seguir una estrategia similar con los camiones Volvo, de los que es la accionista mayoritaria. Empero, aseguró que no evalúa reunificar las divisiones de automóviles y vehículos industriales, separadas hace unos 20 años.

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