OPINIÓN

Las tutorías académicas fomentan la equidad

Para lograr reducir la equidad en las oportunidades y los logros educativos, es clave prestar atención a la particularidad de cada uno de los alumnos.

Foto: Getty Images
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El seguimiento uno a uno es una estrategia pedagógica exitosa. Es necesaria especialmente en alumnos de contexto crítico. Y no son programas caros: en cada país donde se aplicó este programa, aparecieron cientos de tutores a colaborar gratuitamente.

Investigadores de Harvard y Bocconi University acaban de publicar un estudio sobre el efecto de programa de tutorías. Se dio a conocer en enero, en Econometrica, uno de los cinco journals científicos más importantes del mundo.

No dejar a nadie atrás

Michela Carlana, Eliana La Ferrara y Paolo Pinotti se enfocan en adolescentes vulnerables de Italia; especialmente, se centran en inmigrantes recientes. Si estos estudiantes se quedan atrás en los estudios, va a impactar negativamente en sus capacidades y en sus oportunidades laborales futuras.

Lo primero que encuentran es una brecha en logros académicos entre los adolescentes inmigrantes y los autóctonos. Los inmigrantes se quedan atrás, aun teniendo las mismas capacidades que los autóctonos. Y el problema es todavía más acentuado en los varones.

Identificando alumnos con potencial

Los citados investigadores evalúan el efecto de un programa de tutorías conocido como EOP (Equality of Oportunity Program). El programa consiste en el seguimiento y asesoramiento de cada alumno de contexto vulnerable que tenga potencial para entrar a una universidad. Se los ayuda a fijarse metas educativas y laborales congruentes con sus talentos personales. No se trata de empujar a los estudiantes hacia caminos exigentes, sino hacerlos conscientes de las oportunidades que existen y de sus propias habilidades, para que tomen decisiones más informadas. El programa incluye una serie de reuniones para ayudar a los participantes a reflexionar acerca de sus aspiraciones y su potencial a través de ejercicios psicológicos especialmente diseñados para eso.

Para evaluar el efecto del programa EOP, los investigadores tomaron 147 centros educativos del norte de Italia (Milán, Turín, Génova, Brescia y Padua). Alumnos de 13 a 15 años de edad. Al azar, asignaron 70 centros a participar en el programa. Luego compararían a los alumnos de esos centros educativos respecto a los alumnos de centros donde no se ofreció el programa.

Descubrimiento

El programa resultó muy efectivo. Especialmente para los de contexto socioeconómico más complicado. Y en particular para los varones, que se estaban quedando atrás. Bajaron su tasa de repetición en 44%. Y aumentó 12% la chance de que siguieran su camino hacia la universidad.

Centrémonos ahora en los rasgos psicológicos. Los investigadores encuentran que los alumnos que recibieron tutorías, terminan el año con mayores aspiraciones educativas y mayor confianza en sus propias habilidades. Y estos alumnos perciben que las barreras que existen en su contexto de vida no jugarán un rol tan importante como para bloquearlos. Adquirieron la fuerza interior como para enfrentar esos obstáculos. Se sienten más seguros para tomar decisiones en el futuro.

Pero el efecto no sólo se observa en los alumnos. También los profesores de esos liceos se vieron removidos. Luego del programa, confían más en que sus alumnos podrán llegar más lejos en sus estudios. Entonces, aumenta la cantidad de alumnos a los que recomiendan seguir un camino universitario.
Otro efecto inesperado. Los alumnos que recibieron el seguimiento y consejo personal de tutores, terminan impactando positivamente en sus compañeros de clase.

Programa similar aplicado en Uruguay

A finales de 2021, la Fundación ReachingU realizó un plan piloto para probar este programa de tutorías en nuestro país. Se ofreció a adolescentes que estudian Ciclo Básico en centro de contexto crítico. La prueba resultó muy prometedora. Recuerdo haber difundido entre los alumnos de la Universidad de Montevideo el llamado a tutores voluntarios. Y me dio una gran alegría ver la cantidad de candidatos que se ofrecieron a ayudar, aun en medio de parciales y exámenes finales.

Los alumnos de la UM tutores trabajaron en coordinación y supervisado por un Articulador pedagógico de ReachingU. El tutor debía tener un perfil adecuado para el trabajo con jóvenes de contextos vulnerables. Se debía comprometer a un vínculo de comunicación de dos horas por semana, con apoyo online en matemáticas o inglés. El tutorado debía organizar el espacio de tutoría con temas que estuvieran alineados con los programas que el joven esté cumpliendo y con las debilidades y fortalezas que pueda percibir de su tutorado. Finalmente, el tutor debía rendir cuentas periódicamente al Articulador sobre el desempeño, compromiso y cuestiones relevantes del joven.

No al descarte

Aún en un mundo cada vez más tecnológico y digital, el mercado laboral demanda también habilidades blandas. Si un adolescente de contexto crítico tiene aspiraciones un poco chatas, seguramente no se va a esforzar mucho, y se va a perpetuar el ciclo negativo. Y los datos muestran los estudiantes provenientes de entornos en desventaja muchas veces les falta ambición y tienen una autopercepción negativa. Carlana, La Ferrara y Pinotti demuestran que es posible modificar las aspiraciones de los adolescentes a través de un programa que combina ayuda personal y herramientas psicológicas.

Para reducir la inequidad en las oportunidades y en los logros educativos, es clave prestar atención a la particularidad de cada alumno. Los programas de tutorías son exitosos y no son caros. Así lo señala la evidencia científica internacional. Mover las aspiraciones de los adolescentes es clave.
Ese es uno de los roles de la familia y los profesores. Animar a ir a más.

(*) Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad de Montevideo.

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