OPINIÓN

Seguridad Social: obstinación, confusión y exclusión

Ojalá el presidente o algunos de los líderes de la Coalición reaccionen a tiempo y no se embreten con compromisos autoimpuestos, irrelevantes y sin sentido.

Foto: Getty Images
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La Reforma de la Seguridad Social ha captado la discusión pública y polarizado las opiniones de actores políticos y sociales. Se ha insistido que es una reforma prioritaria, urgente y un imperativo ético. Veamos.
Hace algunos meses, dábamos cuenta del anuncio que la Rendición de Cuentas sería con costo cero: una imprudencia. Se advertía fácilmente que la rendición saldría con gasto adicional y así fue.

A días de la presentación de la Reforma nos caben consideraciones del mismo tenor, con más sustancia y peso político, pero nos genera la misma naturaleza de preocupaciones: ¿en quiénes se inspiran?

El gobierno se mete en un lío. O da marcha atrás en algunos postulados y cambia la urgencia y algunas de sus prioridades, o se compra un fardo, que involucra a toda la Coalición y que comprometerá la disputa del poder en 2024, como ya aconteció con Batlle con la Reforma de 1989.

¿Primero la Reforma?

Tras tres gobiernos del FA, a la Coalición se le da la chance de gobernar, no para reformar la Seguridad Social y reducir el déficit fiscal del futuro, ni para reducir el déficit global, pandemia mediante, si para dar un giro hacia la libertad de los ciudadanos en todos los mercados monopólicos, oligopólicos o hiper regulados, disminuir una carga tributaria desmedida y dar una señal de cambio luego de gobiernos que acumularon 15 años de grandes desatinos y actos de corrupción.

No va a aprobarse reforma alguna por capricho, ni del Poder Ejecutivo, ni de los expertos (1). Lo que cabe es una gran dosis de apertura para escuchar, a pesar del tiempo dedicado por la Comisión de expertos, muchas de las observaciones que se están haciendo son atendibles, aun de aquellos que tienen discrepancias más de fondo, incluso dentro de la coalición.

Verdades que impactan

El incremento de la esperanza de vida es traccionado por la mortalidad infantil, la que, mientras que para la OCDE se ubicaba en 5 o/oo, para la Región era 5 veces mayor. Ambos indicadores están correlacionados directamente con el PIB y la distribución de ingresos (2).

La esperanza de vida al nacer (3), es diferente según nivel de ingreso y gasto en salud. Mientras para OCDE alcanzaba los 80 años, para África los 50 y para Latinoamérica y el Mundo los 70. Estas diferencias se reflejan en la esperanza de vida a la interna de los distintos países y Uruguay no es excepción.

La esperanza de vida, la edad de retiro y los años de sobrevida cambian dramáticamente con los ingresos y la calidad de vida (4). Esta correlación es superior al 90-95%, lo que despeja cualquier duda respecto de cómo impacta el tramo de ingresos para considerar los años de retiro para la jubilación; sin embargo, en el Proyecto ha sido soslayado.

Desconocer la realidad

Los sistemas de reparto puro tienen debilidades, algunas diferentes a las que se suelen referir. No estimulan el ahorro ni el mercado de capitales y corren con el histórico prejuicio de la malversación de fondos, pero no ha sido demostrado que sean menos idóneos para mejorar el monto de las prestaciones y bajar las cargas y costos del Sistema.

La Comisión de expertos ha mostrado sus sesgos, en particular una vocación por disminuir el déficit estructural proyectado y una aversión particular por incluir otros aspectos de la Seguridad Social que no están vinculados a la Previsión Social.

La realidad es que las tasas de remplazo son del orden del 60% para Reino Unido Japón y Nueva Zelanda, pero en Israel, Bélgica Canadá y USA son superiores al 70-80%, lo que es consistente con edades con mayores demandas por salud y menor movilidad (5).

La tasa de remplazo-contribución obligatoria es del orden del 50%, incluso superior o muy superior, en Canadá, Israel, Bélgica y Alemania, y del orden 60% para la OCDE, siendo del aprox. del 30% en UK y Japón. En Brasil y China son superiores al 50% y exiguas en los casos de Chile, Hong Kong, Malasia e Indonesia (10-40%) (6).

La Seguridad Social no es un tema solo para supuestos “expertos” y dado que la solución planteada no tiene impacto en corto plazo, no es tampoco un tema literalmente urgente.

Toda reforma estructural con una larga transición requiere una inversión de recursos y aquí no se explicita. Adicional y complementariamente se requeriría, para allanar un cambio de esta envergadura, revisar el sistema tributario (y los aportes a la seguridad social), para adaptarse a un país en el cual se proyecta una crisis demográfica y laboral de proporciones épicas.

El Gobierno embretó a la Coalición, algunos jerarcas y asesores de la Coalición han fogoneado más que otros esta urgente y renga solución, a toda costa. Algunos de ellos, incluso, participaron en más de una de las soluciones incompletas llevadas a cabo en el pasado, de las que quedó un tendal de inequidades y omisiones, algunas de las cuales, movimientos sociales mediante (reforma de 1989) o los gobiernos del FA se ocuparon de mitigar. Se trata de un intento más, tal como está planteado, sin escuchar opiniones críticas de fondo, con tal que “otros vendrán y bueno lo harán”.

Los economistas no estamos todos de acuerdo y entendemos que hay racionalidad y consistencia en argumentos presentados contra esta versión del proyecto. La defensa de esta iniciativa se nos hace una repetición sistemática de lugares comunes, más la expresión de miedos atávicos a lo que pueda pasar hacia los años 2040-50.

Estos debes, más los señalados antes, son de tal magnitud que la reforma no va a salir como está planteada, salvo que se le hagan ajustes; de lo contrario, será una mala solución, de muy largo retorno, manteniendo inequidades inexcusables y llevará a sus mentores políticos a pagar los costos correspondientes.

Ojalá el presidente o algunos de los líderes de la Coalición reaccionen a tiempo y no se embreten con compromisos autoimpuestos, irrelevantes y sin sentido. Finalmente, esto se parece mucho a la discusión sobre el Impuesto a la Renta, que compartimos inicialmente, en contra de un sonsonete ortodoxo y monocorde, liderado intelectualmente por algunos técnicos del partido colorado y otros del partido nacional y aquellos a los que eficazmente convencieron; ¡vaya coincidencia!: igual que ahora.

1) Varios de los expertos protagonistas participaron en instancias de cambio o reformas previas, muchas de las cuales fueron sumar parche sobre parche (Acto Institucional No.9, decretos y resoluciones que dieron lugar a la Reforma Constitucional de 1989, Ley de 1995, reformas legales de 2008, 2018, etc. y normas reglamentarias y complementarias).
2) Ver Estudio sobre relación entre esperanza de vida e ingreso. Varios de estos dan resultados similares, en particular ref. a un análisis para LATAM de, K.Temporelli, V.Viego, Univ. Antioquia Medellín, jun/11.
3) Datos del Banco Mundial.
4) Más allá de las condiciones particulares que son los trabajadores sometidos a condiciones físicas o psicológicas muy demandantes, lo que debería estar además regulado.
5) Ver “Pensions at a Glance 2019: OECD & G20 indicators”, OECD año 2019.
6) Ver Estudio Renee Shaaf, Ahorro voluntario reinventado en la era digital, año 2019

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