Opinión

Optimismo al filo del nihilismo

Nietzsche sentenció en el siglo XIX la muerte de la verdad. Sostenía que era imposible ser alcanzada por el ser humano. En algunos ámbitos aplica mejor o peor; por ejemplo, políticos y periodistas trasmiten sus verdades, pero son siempre interpretaciones. 

Desafíos. Foto: Pixabay
Desafíos. Foto: Pixabay

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En un paralelismo algo forzado, Darío Sztajnszrajber dice “el periodismo está en crisis por el poder que detenta” y señala que no existe un rol tan esencial como plantear el desafío que implica esta discusión. Sócrates, seguramente fue el primero de los filósofos en morir por decir una verdad distinta, contra los traficantes de verdades absolutas y por cuestionar el statuquo. Luchó contra la opacidad y la distorsión de la realidad, en el entendido que desde el poder se instalan ciertas “verdades”, cuya lógica ofende nuestra inteligencia.

En nuestra sociedad, existe una irrefrenable tendencia, de quienes tienen responsabilidades e incidencia en la opinión pública, a inclinarse hacia distintas teorías del bien y del mal (los poderes del Estado, los sindicatos, las gremiales sectoriales, las ONG, etc.) y esto replica hacia adentro de cada uno de sus organizaciones (1).

Antesala. Estamos en uno de los años más intensos de los que tengamos recuerdo. Hay que remontarse a 1971, para equiparar las expectativas y posibilidades de cambio en las políticas públicas y en los actores, sea cual sea el resultado.

Desde aquel lejano 1971, aparecen dos elementos: un desgaste y desencanto en esas políticas públicas y un aumento de la participación de la gente, desde distintas plataformas y dando señales muy contradictorias, en un clima de incertidumbre y contrapuntos ideológicos en lo político, económico y social.

Quedaron atrás los términos de intercambio favorables, combinados con un entorno de crecimiento y estabilidad relativa de los mercados mundiales, de las que nos beneficiamos desde mediados de los 2000 y hasta la presente década y también las indefiniciones de política pública en el ámbito de la educación, seguridad e infraestructura de servicios públicos.

Llovido y mojado. Hay factores extremadamente críticos y condicionantes de la capacidad de reacción social para mejorar el estado de bienestar general a mediano plazo. El caso más emblemático es el enorme déficit educativo acumulado en la comparación con la región. El 75% de los uruguayos mayores de 15 años no terminó el bachillerato, lo que ubica al país en los últimos lugares, detrás de Paraguay (2).

Se suma el cambio del entorno internacional antes referido y regulaciones en determinados mercados que no permiten ajustarse a niveles de eficiencia. Por su parte, el año 2018 fue el más sangriento desde que se llevan estadísticas (380 homicidios), 35% más que en 2017 y 42% respecto de 2016. El doble que Argentina y tres veces peor que Chile (3)(4). El 2019 con 50 homicidios, suma y sigue.

Impunidad, benignidad de penas, indulgente y permisivo sistema de atenuación de la prisión, combinado con la realidad del resultado educativo reseñado, hacen un cóctel explosivo para lo cual los partidos de la oposición deben estar a la altura de las circunstancias y el Frente Amplio deberá asumir errores históricos en este terreno, dejando de lado las excusas, y de esa forma habilitar una gran transformación que nos merecemos. Caso contrario, nos vamos a enfrentar a un abismo del que nos va a costar salir y habremos hipotecado el país que le dejamos a la próximas generaciones.

Algo que ver. A los déficit estructurales reseñados se suman las políticas macro, como factor que las retroalimenta. La permanencia de ciertas políticas públicas restrictivas (crédito) impactan en los drivers de desempeño de varios sectores.

Por ejemplo, la lucha anti inflacionaria fue “exitosa” pero no ha culminado, y, al lidiar con algunas patologías incompatibles, ha dejado un “tendal”. Se suelen sobrestimar sus beneficios, por somera especificidad de sus impactos, pero sus efectos colaterales son insoslayables en la historia de la lucha anti inflacionaria de América Latina.

Descartando el inicio de los años 2000, por una distorsión formidable de precios relativos, nos enfocamos en el período posterior al 2004. Desde entonces se verifica una baja consistente de la competitividad, que llegó hasta el 50%, según el mercado analizado, y se retornó a los niveles pre-crisis.

No hay almuerzo gratis y la baja de la inflación en el contexto de variables desalineadas, como la expansión del gasto y del déficit público, se logró apelando al expediente del endeudamiento y aumento de tasas, que a largo plazo incidieron en el valor del dólar, en los costos financieros y la deuda acumulada.

A nivel global esta política termina limitando, en el margen, la holgura para apalancamientos genuinos futuros y aunque parezca lejano, en particular limita la capacidad a medio plazo para comprometer la contrapartida de pago necesaria para “pagos por disponibilidad” de proyectos prioritarios (PPP) que potencia el financiamiento e inversión privada complementaria.

De hecho, en un nuevo período y para cualquier gobierno será necesario aumentar los topes legales (compromisos anuales y acumulados en relación al PIB) q son claves para disparar la inversión privada, sin la cual será imposible seguir fortaleciendo la infraestructura en áreas críticas como en educación, salud, seguridad y vivienda (5). Opciones atractivas abundan.

(1) Definición de filosofo argentino Darío Sztajnszrajber sobre referencias de Niestche.
(2) Ver estudio específico sobre educación de Cámara Nacional. de Comercio y Servicios.
(3) Estadísticas de Fundapro, prensa, Ministerio del Interior y otras fuentas. Los datos de homicidos subestiman la cifra final porque hay un subregistro que corresponde a los heridos que mueren más tarde, más allá de los que quedan discapacitados. 
(4) Informe de Pablo Melgar, ene/2019, Diario El País, en referencia a información de Dr. Guillermo Maciel.
(5) Sin un reforzamiento legal que amplíe los limites de compromiso que por ley de PPP hoy están prácticamente comprometidos en su totalidad con los proyectos que están en ejecución o a ejecutarse y más allá de las críticas aisladas del Ministro de Transporte la Ejecución del Pipeline de Infraestructura en el capitulo proyectos PPP es una de las áreas que se puede exhibir en cuanto a gestión de la cosa pública refiere.


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