OPINIÓN

Innovación y creatividad

¿Qué sucede con el crecimiento económico cuando la población disminuye?

Foto: AFP
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El descubrimiento de nuevas ideas marca el ritmo de crecimiento económico de largo plazo. La caída de la población es una amenaza a esa innovación.

La población mundial descendió tres millones. Son las muertes por COVID-19. Pero no se queda ahí el efecto de la pandemia sobre el número de habitantes en el planeta. Nació menos gente. Los nacimientos cayeron 15% en China en 2020. Estados Unidos sufrió un descenso parecido. La fuente de estos datos es un artículo reciente de The Economist. Menos personas significan una pérdida de creatividad y nuevas ideas.

¿Qué sucede con el crecimiento económico cuando la población disminuye? Charles I. Jones, profesor de Stanford University, intenta contestarlo en una investigación reciente. Se titula: “The End of Economic Growth? Unintended Consequences of a Declining Population”. Encuentra que la caída de la población puede ser particularmente dañina. Ocurre lo que él denomina “Planeta Vacío”. El conocimiento y el estándar de vida se estancan para una población que gradualmente va desapareciendo.

No es suficiente educar mejor

Esa escasez de personas se podría mitigar invirtiendo más en educación y animando a la gente a trabajar en investigación. Sin embargo, el profesor de Stanford señala que no es suficiente.

Por ejemplo, puede aumentar la proporción de población que se dedica a investigación, pero la productividad de cada investigador está sujeta a rendimientos decrecientes. Las ventajas de la tecnología, machine learning e inteligencia artificial para sistematizar procesos y ahorrar mano de obra parecería que empujó a las naciones más ricas a “dormirse en los laureles”. Incluso parece que las llevó a dejar de priorizar la educación. ¿No habrá que volver a valorar el potencial tremendo de cada persona?

Jones concluye su investigación diciendo que no pretende tener la bola de cristal o ser un tremendista. Simplemente quiere encender una luz amarilla. Las caídas de población en muchos países pueden impactar negativamente el crecimiento económico de largo plazo.

Tendencias demográficas

Las mujeres en China e India tenían en promedio seis hijos en 1960. Estados Unidos tenía cuatro. Hoy India tiene una tasa de poco más de dos hijos por mujer. China y Estados Unidos sólo 1,8 hijos por mujer. Una visión global: en 1960, el promedio mundial era que las mujeres tenían cinco hijos. Hoy, 2021, la mujer promedio en el mundo tiene 2,3 hijos. Japón muestra hoy una de las tasas de fecundidad menores del mundo: 1,4 hijos por mujer.

El citado artículo de The Economist ofrece un recorrido por las distintas etapas demográficas.

La humanidad tuvo que esperar hasta el siglo XIX para llegar a mil millones de habitantes. Los segundos mil millones se agregaron en los años 1920. Los siguientes seis mil millones aparecieron en los siguientes cien años. La mayoría de las proyecciones demográficas que se hacían antes de la pandemia sugerían que el crecimiento de la población mundial se enlentecería y entraríamos en una meseta. En cambio, otros analistas señalan que el número de habitantes no se estabilizará, sino que en realidad va a caer. El libro “Planeta vacío” (2019) de Bricker e Ibbston, sugiere que la tasa de fecundidad a nivel mundial caerá por debajo de los 2,1 hijos por mujer. Por debajo de esa cifra, los nacimientos no lograrían compensar los fallecimientos. “La mitad de los habitantes del mundo viven hoy en países con tasas de fecundidad por debajo de 2,1 hijos por mujer”, señala The Economist.

Dinamismo económico

Investigaciones macroeconómicas recientes están empezando a prestar más atención a las fuerzas demográficas. Un estudio de Fatih Karahan, de la Reserva Federal de Nueva York, muestra una caída del dinamismo económico de Estados Unidos. Señala que una causa importante de esa lentitud en la creación de empresas es el descenso de la oferta de mano de obra. El “déficit de startups” está presente en casi todas las localidades y sectores de producción. La tendencia arrancó a fines de los ’70, y ya era avizorada por las tendencias demográficas de largo plazo.

Niklas Engbom (Reserva Federal de Minneapolis y New York University) destacaba en su tesis doctoral que el envejecimiento de la mano de obra está cambiando radicalmente el mercado laboral de Estados Unidos. En 1980, el porcentaje de trabajadores mayores a 45 años era 30%. Hoy esa cifra es 45%. Y la causa fundamental de este cambio en la composición de la mano de obra es la disminución de las tasas de fecundidad. ¿Qué consecuencias tiene esto para la actividad económica de Estados Unidos? Las personas mayores son menos propensas a cambiar de empleo y a generar nuevos emprendimientos. Menos emprendimientos significa menos oportunidades. Las empresas jóvenes son una fuente importante de creación de puestos de trabajo. Entonces, si hay menor creación de empresas, hay menos oportunidades nuevas y buenas para los trabajadores.

Movilidad de empresas y trabajadores

La creación de empresas y puestos de trabajo se da por el deseo de aprovechar oportunidades nuevas y mejores. Esas nuevas empresas suelen ser más productivas e intentan desplazar a las que existen desde hace mucho tiempo y se había dejado estar. Pero el problema es que el envejecimiento de la población reduce los incentivos a crear nuevas empresas e innovar. El envejecimiento en Estados Unidos explica entre 40 y 80% de la caída en la entrada de nuevas empresas y de la reducción en la movilidad laboral.

En definitiva, cuidado con pensar que el envejecimiento de la población en Uruguay es un problema sólo en términos de financiamiento de la Seguridad Social. La falta de crecimiento demográfico en Uruguay termina impactando negativamente en el dinamismo empresarial y laboral.

“Las nuevas ideas permiten a la economía de un país hacer más con menos recursos. Las nuevas ideas crean nuevas formas de ocupar los recursos de capital y mano de obra de una nación”, señala The Economist. Una población mundial que se achica puede parecer —equivocadamente— una bendición para los desafíos medioambientales. Pero contar con menos personas significa contar con menos ideas. Las personas no son solamente bocas que alimentar sino también una fuente de creatividad e innovación; también para resolver los problemas ambientales.

(*) Decano de Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Montevideo.

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