TEMA DE ANÁLISIS

Ingreso de los hogares en Uruguay: el castigo de la mediana

Cuando se analiza en perspectiva el nivel del poder de compra de los ingresos, ha caído desde 2017

Foto: Getty Images
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En 2014 abandonamos un ciclo económico en el que la economía creció de forma homogénea en todos los sectores y a impulso de todos los factores de demanda. En el actual ciclo económico, la macroeconomía tiene el compromiso de segmentar el análisis para identificar ganadores y perdedores, ágiles y lentos.

Además de las exigencias que el nuevo ciclo económico traslada a la macroeconomía para que su análisis sea más segmentado, en el estudio del mercado de trabajo y específicamente de los ingresos, existen ciertas especificidades. En primer lugar, es necesario entender qué tipo de ingresos se consideran: no es lo mismo considerar los ingresos personales que provienen del trabajo, o aproximarse a alguna medida del ingreso autónomo, o considerar el ingreso del hogar, que es un concepto más amplio. En segundo lugar, tampoco es lo mismo considerar promedios que otras medidas de distribución central, como la mediana.

Segmentar el análisis: el ingreso de los hogares

Está conformado no sólo por el ingreso por trabajo asalariado sino otros tipos de ingresos como jubilaciones y pensiones, ingresos por trabajo en cuenta propia, ingresos por rentas de activos físicos y financieros, ingresos por Fonasa, transferencias del tipo Asignaciones Familiares, Tarjeta Uruguay Social, entre otros.

Segmentar el análisis: no es lo mismo la media que la mediana

Cuando consideramos una variable como el ingreso, no es lo mismo considerar la media o la mediana. En general conocemos y tendemos a utilizar la media o promedio como medida de tendencia central. Sin embargo, cuando la variable de análisis cuenta con datos extremos (como resultan los relativamente escasos altos ingresos dentro de una distribución de una variable que es intrínsecamente heterogénea) la mejor medida de tendencia central a utilizar es la mediana. Este índice se define como el valor que separa el primer 50% de las observaciones del segundo 50%. Un ejemplo: si en una clase hay tres alumnos que miden 160, 170 y 180 centímetros (cm), el promedio y la mediana son 170 cm, y si se sustituye al alumno de 180 cm por otro alumno de 200 cm, el promedio será de 176 cm mientras que la mediana seguirá siendo el valor de 170 cm, que es el que separa el 50% de alumnos más bajo del 50% más alto. En el caso de los ingresos sucede lo mismo, algunos ingresos altos provocan que el promedio sea significativamente más alto que la mediana.

Algunos datos: la evolución postpandemia

¿Qué sucedió entre 2019 y 2021? Debido a recientes cambios de metodología de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) resulta muy difícil realizar comparaciones. No obstante, creemos que es posible contrastar variables que mantienen un alcance de medición relativamente similar, y con la misma estacionalidad. Así es que se procesan los microdatos del segundo semestre de la ECH de 2021 y 2019.

Un primer resultado, como se señala en el gráfico 1, indica que la media del ingreso de los hogares en el segundo semestre de 2019 alcanzaba a 66.900 pesos mientras que la mediana era de 52,500 (repare el lector lo señalado anteriormente: hay una diferencia de más de catorce mil pesos entre ambas medidas). En el segundo semestre de 2021 esas cifras se habían incrementado hasta 76.200 y 59.200 aproximadamente. Sin embargo, al considerar la variación de precios, el ingreso real mientras creció entre 2020 y 2021 (3,6% en media y 2,0% en mediana), aun en 2021 se encuentra por debajo de los niveles de 2019 (4,0% y 4,8%, en media y mediana, respectivamente).

Segmentar en análisis: los percentiles

A su vez, procesar los microdatos de la ECH permite conocer los niveles de ingresos para otros percentiles de ingresos: los cuartiles. Por ejemplo, el cuartil 1 concentra los ingresos del 25% de los hogares de menores ingresos, el cuartil 2 (que es la mediana) concentra los ingresos del 50% de los hogares relevados y el cuartil 3 concentra los ingresos del 75% de los hogares relevados.

Así, los datos de la ECH del segundo semestre de 2021 (gráfico 2) indican que el 25% de los hogares tienen ingresos menores a 37.000 pesos aproximadamente, el 50% —como ya señalamos con la mediana— 59.200 pesos y el 25% de ingresos más altos ganan 93.000 pesos o más.

Segmentar en análisis: la geografía

Por otro lado, el ingreso tampoco resulta homogéneo geográficamente: los ingresos en la capital son estructuralmente superiores a los que se reciben en el resto del país. El gráfico 3 da indicios de que, considerando las medianas, el ingreso durante el segundo semestre de 2021 en el interior urbano y rural representa un 75% del ingreso en Montevideo: aproximadamente 53.0000 pesos en el interior y 71.000 pesos en Montevideo.

Una mirada hacia atrás: el ingreso cae desde 2017

De acuerdo con lo anterior, y si bien el ingreso ha crecido respecto a 2021, no logra recuperar los niveles pre-pandemia (2019). Pero debemos preguntarnos acerca de qué tipo de referencia es el poder de compra de los ingresos en 2019. ¿Era un máximo? ¿Era parte de una trayectoria ascendente o descendente? La respuesta indica que el ingreso en aquel año ya señalaba un deterioro de esta variable.

Cuando se analiza en perspectiva el nivel del poder de compra de los ingresos, como se puede apreciar en el gráfico 4,  ha caído desde 2017, y aún más: el poder de compra de los ingresos del segundo semestre de 2021 se ubica —en mediana— cerca de 6 puntos porcentuales por debajo de los ingresos de 2012. Cuando se considera la media, la caída es menos pronunciada, cerca de 2 puntos respecto a 2013.

Para profundizar sobre esta evolución, resulta interesante analizar cómo ha sido la evolución de los ingresos según los diferentes percentiles de ingresos.

De acuerdo con el gráfico 5, los ingresos reales del percentil 25 (primer cuartil) —asociado a los hogares con menores ingresos— crecieron en términos reales por encima del resto de los percentiles, cayeron menos durante la pandemia y se recuperaron con mayor vigor. Con menor volatilidad —en tasas de variación— el percentil que agrupa los ingresos más altos se recuperó también con vigor en la pospandemia. Por otro lado, en términos comparativos (y relativizando la conclusión por los márgenes de error que podría implicar este tipo de estimaciones) la mediana se ha recuperado pero con menor vigor.

(*) Consultoría económica de PwC

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