OPINIÓN

Los fondos especializados y la financiación de la infraestructura en Uruguay

Existen firmes oportunidades de captar el interés del inversor global en rubros donde el país lo necesita para mejorar su capacidad productiva y la calidad de vida de las personas.

Foto: Pixabay
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Las inversiones en infraestructura permiten a las sociedades aprovechar de manera masiva las innovaciones tecnológicas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, brindando un acceso a servicios que incorporan economías de escala de capital y conocimientos. La inversión en infraestructura puede tener forma de desarrollo, construcción y gestión de proyectos en sectores tradicionales como ser transporte (autopistas, aeropuertos, puertos, vías férreas), utilities (distribución de gas, agua, energía y telecomunicaciones) y energía (renovables), hasta llegar a sectores relacionados con la “Internet de las cosas” como ser smarticities (ciudades inteligentes; por ejemplo vía redes de banda ancha comunitaria), datacenters e infraestructura social (colegios, hospitales y vivienda social).

Desde un punto de vista financiero, la infraestructura es muy intensiva en capital que debe ser invertido por largos periodos de tiempo, entre 15 y 20 años. De ahí que los inversores tradicionales en este tipo de activos en deuda y equity sean fondos de pensión y aseguradoras que necesitan “calzar” los ingresos de estos activos a largo plazo con los pagos de las prestaciones, también, en un largo periodo de tiempo.

Asimismo, los inversores privados globales han ido mostrando mucho interés en la infraestructura como un asset class atractivo, por tener una buena combinación de riesgo-retorno. Dependiendo las geografías y el tipo de riesgo, estos retornos pueden variar generalmente entre el 6% y el 12%. Actualmente, la inversión mundial en infraestructura está en el orden de los dos trillones de dólares por año – y es el 12% de la inversion global. Dicho volumen irá creciendo en el futuro, debido a que los fondos de pensiones y las aseguradoras están destinando cada año más dinero a este tipo de inversiones, incluidas dentro de las llamadas inversiones alternativas. Estas inversiones se materializan a través de fondos de equity y de deuda que invierten regional o globalmente y que, en América Latina, buscan invertir en países que tenga un rating de grado de inversión y/ o pertenezcan a la OCDE.

Los fondos globales invierten principalmente en capital (equity), ya que asimilan los negocios de infraestructura a los negocios de capital privado (private equity), con la ventaja de que la infraestructura tiene una estabilidad de los flujos de los proyectos y su duración. Quizás, desde el punto de vista de sus flujos, la infraestructura es comparable a las inversiones en renta fija. Por otro lado, la inversión en infraestructura (especialmente la infraestructura social) tiene algunas características similares a la inversión en activos inmobiliarios. Los proyectos brownfield tienen un riesgo (y rentabilidad esperada) menor a los proyectos greenfield, pero mayor que los activos de renta fija tradicionales. Más recientemente, la participación de los fondos de inversión en la financiación de estos proyectos se ha potenciado con la llegada de fondos de deuda, que durante los últimos años han contribuido con el 10% de los fondos necesarios para financiar proyectos en el sector.

El progreso del sector de infraestructuras en Uruguay está en línea con la experiencia internacional observada en Europa. El país ha desarrollado marcos jurídicos confiables y ha ido mejorando los contratos para el desarrollo de proyectos en una gran diversidad de sectores: energías renovables, carreteras, escuelas e infraestructura de energía.

Uruguay está atrayendo cada vez más a inversores globales que quieren invertir en Uruguay y en la región con horizontes de largo plazo. Nuestro país está en el radar de los inversores institucionales especializados en infraestructura, ante quienes destaca la institucionalidad, el riesgo país y el grado de inversión. La principal característica que juega en contra del financiamiento por parte de inversores globales es el tamaño de los proyectos.
Hasta ahora, CAF-AM ha desarrollado una gran tarea local y la realidad es que los proyectos uruguayos han obtenido financiamiento local especialmente. Sin embargo, existen buenas oportunidades para buscar financiamiento externo en el corto y mediano plazo. Lo concreto es que muchos de los proyectos de infraestructura (PPP) ya se están construyendo y una vez que estos proyectos estén operativos y se hayan superado los riesgos de construcción, existirá una nueva oportunidad de atraer inversores especializados del exterior para el refinanciamiento de los proyectos. Esta refinanciación es una práctica habitual, ya que se puede hacer a tasas inferiores que las tasas de interés originales.

A nivel mundial, existen actualmente actores del mercado global con alto interés en prestar de manera directa a los activos uruguayos. Es necesario estudiar si están dadas todas las condiciones para que estos actores puedan acceder de manera eficiente al mercado para mejorar así los costos financieros. La agregación de proyectos es otra práctica que puede ser clave para esta etapa futura en el desarrollo de nuestra infraestructura. Esto es invitar a un inversor a participar en varios proyectos en el país, de manera de hacer más atractivo el esfuerzo de análisis.

Los reales beneficios de la aplicación de los programas de inversión en infraestructura se verán en segundas y terceras etapas. Mirando hacia el futuro, las oportunidades en este sector estarían en el desarrollo de: (i) activos de energías renovables con privados, (ii) redes para la transmisión datos (5G), (iii) sistemas de almacenamiento de datos (datacenters) y baterías (iii) infraestructura relacionada con mejoramiento de la vida en las ciudades (smartcities) (iv) activos relacionados con la gestión de recursos naturales (embalses). En todo esto la tendencia es que el riesgo debe ser soportado en menor medida por el Estado y recaer más sobre la parte inversora, de manera asimilable a una pura actividad comercial.

(*) Columnistas invitados. Daniel Ferrés, director de la Maestría en Finanzas (UMPE) de UM; Matías Sottile, Managing Director de Ayres Partners Ltd.

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