¿Enfriamiento o deterioro en el mercado laboral?

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La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los datos del mercado de trabajo para el mes de setiembre. Sin embargo, para determinar si en el mercado de trabajo está ocurriendo un enfriamiento o un deterioro, hay que ser cautelosos contra el periodo que se realiza la comparación.

El mercado laboral durante el año 2021, y en particular en el segundo semestre del año pasado, mostró una rápida recuperación, logrando alcanzar los niveles previos a la pandemia. Por su parte, en el año 2022, luego de marzo se observa un cambio en esa tendencia.

En concreto, en el mes de setiembre la tasa de empleo, que mide la cantidad de ocupados sobre la Población en Edad de Trabajar (la PET), se ubicó en 56,8%. Por su parte, la tasa de actividad, que mide la población activa, es decir, que se encuentra trabajando o buscando trabajo, sobre la PET, se ubicó en setiembre en 61,9%. Mientras que, la tasa de desempleo, que mide la cantidad de desocupados en términos de la población activa, se ubicó en 8,1% en setiembre.

Medidas en términos desestacionalizados, las tres mediciones del mes de setiembre suponen una desaceleración respecto de las cifras de inicio de año 2022 y fines del 2021.

De estas mediciones y los últimos datos de población que publica también el INE, se estima que en setiembre había aproximadamente 1.65 millones de trabajadores ocupados y unos 148 mil desocupados. Si bien la cantidad de empleados se encuentra por encima de las cifras previas a la pandemia, implican una caída en la cantidad de personas empleadas respecto de diciembre de 2021 de aproximadamente 20.000 personas.

Sin embargo, estas cifras presentan una mejora en términos interanuales. Específicamente, si las comparamos con las de setiembre de 2021, la tasa de empleo mejoro 2 puntos básicos (56,8% frente 56,6% en setiembre de 2021). Mientras que la tasa de desempleo cayó 9 puntos básicos (8,3% frente a 9,4%) y se observa una mejora con respecto a setiembre 2021, 2020, 2019 y 2018. En este sentido, en términos anuales el deterioro que se observa en 2022 no significaría una reversión en la mejora del 2021 (ver gráfica).

En suma, si comparamos las mediciones del mercado de setiembre 2022, siempre en términos desestacionalizados, con respecto a las de diciembre, se observa cierto retroceso en el empleo y desempleo. Si comparamos estas mediciones con respecto a los meses previos, se observa un estancamiento. Mientras que si lo comparamos en términos interanuales, frente a setiembre del año anterior, hay una mejora.

Empleo por departamento

A nivel de departamental, según las últimas estimaciones del INE utilizando la Encuesta Continua de Hogares, en el trimestre móvil junio-agosto de 2022 se observa una importante heterogeneidad en el territorio.

En términos de generación de empleo lideran los departamentos de Flores (63,7%) y Maldonado (63,0%). En sentido contrario, los departamentos menos dinámicos, con aproximadamente 10 puntos de diferencia en la tasa de empleo, se encuentra Paysandú (51,9%), Rocha (51,9%), Treinta y Tres (52,1%), Río Negro (52,3%) y Tacuarembó (52,3%).

En términos de desempleo, Durazno, Flores y San José presentaron en el trimestre móvil junio-agosto las menores tasas de desempleo. Mientras que Paysandú, Rio Negro y Salto presentaron las mayores tasas de desempleo a nivel nacional.

Seguro de desempleo

Durante la pandemia, el seguro de desempleo y su flexibilización fueron una herramienta clave para amortiguar su impacto sobre el mercado laboral formal. Luego, durante el año 2021, la recuperación del mercado laboral se explicaba por una reducción en las personas que recibían seguro de desempleo. En el 2022, se sigue observando una reducción mes a mes en las personas en seguro de desempleo pero con una tendencia más suave.

En el mes de setiembre de 2022 el número de personas en seguro de paro se redujo a aproximadamente 48.000 trabajadores frente al mes anterior.

Si se considera únicamente a la población en seguro de paro total (40.200 personas) esta medida es también menor al promedio de trabajadores en seguro de paro total registrados entre 2015 y febrero de 2020, cuyo promedio fue de aproximadamente 45.000.

Salario real

Con respecto al salario real, la recuperación del mercado laboral post pandemia no ha sido acompañada por una mejora en los salarios. La caída del salario real se inició unos meses antes de la pandemia. En términos desestacionalizados, luego de julio de 2019 comienza el descenso en el índice y acumula desde julio 2019 a agosto de 2022 una caída del 4%.

La medición del mes de agosto fue positiva, luego de 34 meses de caída el índice del salario real (exceptuando abril de 2021 que tuvo un aumento del 0,4%) el aumento nominal de los salarios en 12 meses pudo alcanzar a la inflación, resultando en un aumento del salario real de 0,4% en agosto.

El dato de agosto podría significar un cambio en la evolución y el inicio de la fase de recuperación del salario real.

Proyecciones para el futuro

Según la Encuesta de Expectativas que realiza el Banco Central del Uruguay, en mediana los analistas encuestados proyectan una tasa de empleo del 57% para el cierre del 2022, más de un punto por debajo del nivel de diciembre de 2021. Esta retracción se daría en la comparación diciembre 2022 respecto de diciembre 2021, pero no implicaría un retroceso en la comparación del promedio anual.

Mientras que, en términos de la tasa de desempleo, en mediana los analistas proyectan se encuentre en 7,8% en diciembre de 2022, manteniéndose casi estable respecto a al cierre de 2021.

En cuanto al salario real, el mes de agosto parecería marcar el inicio de una recuperación salarial. Aunque en la medición anual el año 2022 sería un año de caída del salario real (de aproximadamente 0,6%), debido a la caída en el primer semestre. Con lo cual, tras las caídas de 2020 (-1,7%) y 2021 (-1,5%), de cumplirse estas proyecciones, se concretaría el tercer año de descenso en el salario real.

En este contexto de perdida de salario real, un enfriamiento del mercado de trabajo es relevante, porque podría poner cierta resistencia en la recuperación.

Finalmente, en cuanto al 2023, las proyecciones apuntan a cierta mejora en el mercado laboral, una tasa de empleo del 57,75% y de desempleo de 7,5%. El cambio más relevante del próximo año será el fin de la construcción de la segunda planta de UMP, que empleo en su pico de construcción a unas 6.500 personas, y el inicio de las actividades. La entrada en actividad se estima para el primer trimestre, para la que UPM calcula la generación de 10 mil empleos: 4 mil empleados de forma directa por UPM y otros 6 mil de forma indirecta por las actividades que rodean al complejo industrial.

(*) Sofía Harguindeguy. Gerente del Área de Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay y Paraguay