ENTREVISTA

Coronacrisis: un infarto en la economía globalizada

Una nueva forma de globalización va a emerger en los próximos años, sin tanta dependencia de China.

Michael Powell  - Experto en mercados financieros
Michael Power - Experto en mercados financieros

El coronavirus se convirtió en un “Cisne Negro” que le pega al mundo en un momento de fragilidad y del que se saldrá con una globalización diferente a la que conocemos, sostuvo el experto en finanzas sudafricano Michael Power. El especialista tenía previsto llegar a Uruguay la pasada semana. Lo que iba a ser una entrevista personal, dadas las limitaciones a la circulación, se convirtió en una extensa charla telefónica. Opinó sobre el desplome de mercados bursátiles, el margen de acción de los bancos centrales y la debilidad del dólar ante otras monedas fuertes. Afirmó que Uruguay está “del lado menos malo de los commodities”, dado que los alimentos sufrirán menor impacto que otras materias primas. Power es Dr. en Economía por la Universidad de Ciudad del Cabo, y posee formación en sobre Negocios internacionales, Derecho y Política en universidades inglesas. Experto en Finanzas, trabaja desde Londres y es recurrentemente consultado a nivel de opinión pública. A continuación, un resumen de la entrevista.

-¿Cómo califica la actual crisis global?

-Estamos ante un Cisne Negro, un evento inesperado que está noqueando al mercado. Aún no cayó un 20% (al 11/03) pero en pocos días eso va a ocurrir. Pronto estaremos en un bear market y creo que no es solamente un cambio de tendencia, es un cambio secular y no cíclico, donde esencialmente Asia va a ser el centro de la economía mundial, pero no precisamente China.

Es una situación extremadamente seria, aunque muy difícil medirla con exactitud, porque es diferente en su carácter en relación con la crisis de 2008 o cuando explotó la burbuja tecnológica en el 2000. Y le está pegando al mundo en un momento muy frágil en términos del ciclo de crecimiento. La única gran economía que ha mostrado signos de crecimiento real es Estados Unidos y está enlenteciéndose. Pero además, hay dificultades que están empezando a aparecer y muchos problemas que quedan expuestos.

-¿El desplome bursátil, con qué impacto se trasladará al desempeño económico?

-No hay una sola respuesta y esto va a cambiar de acuerdo a la exposición de mercados emergentes al comercio mundial. Los que están en una posición frágil, con déficit de cuenta corriente, exportadores de petróleo, por ejemplo, van a ser golpeados mucho más que aquellos que no presentan esas características. Varios países, como Vietnam, pueden -aunque no inmediatamente- beneficiarse de esta situación, en la medida que pueden convertirse en proveedores de los productos que demanda el mundo. Países financieramente más frágiles, como Líbano que defaulteó en la última semana, o Argentina, que no luce muy bien, deben preocuparse mucho.

Asia va a recuperarse primero. De hecho, hay señales de recuperación tentativa en China. Y van a volver a fabricar, pero, ¿la gente seguirá comprando como antes? La respuesta es no. Habrá repercusiones secundarias, existirá un efecto boomerang ya que compradores importantes, como Estados Unidos, Irán o Italia, están en primera línea entre los países que sufren con el brote del virus.

-Los mercados de EE.UU. parecen recuperarse más fuerte que el resto…

-No estoy seguro de que podamos hablar de mayor recuperación, más allá de algún rebote. Hay una gran volatilidad en los mercados de EE.UU., creo que estaremos enfrentando una recesión al final del segundo trimestre o principio del tercero en ese país y cuando eso comience a ser descontado por el mercado accionario, llevará a una nueva caída. Tenemos más probabilidades de que los mercados bajen de que suban. No podemos medir apropiadamente el efecto en EE.UU. aún, pero muchas compañías anuncian que no tendrán crecimiento este año...

-La crisis se propaga con rapidez por los canales financieros y la economía real. Las consecuencias, al final del día, ¿son imprevisibles?

-Es importante que bancos centrales y gobiernos actúen rápido para prevenir consecuencias aún más negativas en el sector financiero; me refiero al sistema bancario en particular. Lo que pasó hoy (11/03) en Inglaterra lo considero extraordinario, con el BoE tomando fuertes medidas precautorias y bajando la tasa medio punto. Junto con políticas fiscales expansivas. Y esa combinación de política monetaria y fiscal, está diseñada para parar o limitar el efecto de lo que pasa en la economía real. A su vez, desde el BCE, Lagarde dijo que harán lo que puedan en el frente monetario y que esperan que los diferentes gobiernos, Francia, Italia, Alemania, hagan estímulos fiscales también. Pero no creo que EE.UU. logre ese alineamiento entre objetivos de corte monetario y fiscal, menos en un año electoral.

-¿Los bancos centrales tienen margen?

-No en la forma convencional. El BCE y el BoE tienen tasas negativas lo mismo que el Banco de Japón y en términos reales también ocurre con EE.UU. y el Reino Unido, más allá que en términos nominales no lo sean. No hay mucho margen para actuar en esa línea. En pocos días la Fed va a volver a recortar tasas. Los mercados piensan que la baja será de 75 puntos básicos; si esto pasa, no le quedan muchas balas más a EE.UU. La acción ya no será por tasas de interés, sino por ofrecer soporte a la economía real y eso es lo que está haciendo, por ejemplo, el BoE.

-¿Cuál es el impacto para los emergentes?

-Estoy preocupado por Nigeria y Venezuela, Argelia y otros exportadores de petróleo, como Irak e Irán. Hay tremenda batalla entre Saudi Arabia y Rusia. E indirectamente, está involucrado el shale oil de EE.UU. Por eso temo que las consecuencias de estas tensiones se vean en el mercado financiero ya que la industria shale en EE.UU. se endeudó mucho, y a estos precios no podrán repagar esa deuda. Por tanto, hay posibilidades que algunas compañías de ese sector quiebren. Esa es la forma en que el virus se expande al sistema bancario.

-Las materias primas han perdido valor…

-Uruguay está del lado menos golpeado de las commodities, el efecto en los alimentos es menos importante que, por ejemplo, el petróleo. Las acciones de compañías como Walmart, caen mucho menos que otras. De todos modos, puede ser que precios de materias primas como leche o carne caigan algo, pero no en demasía. En cuanto al petróleo, primero que nada hay un shock de demanda muy grande en industrias como la automovilística o la aviación. La gente no saldrá como es costumbre, usará menos los vehículos y por tanto, menos combustibles. Allí está la base de la confrontación entre Arabia y Rusia. Los árabes quisieron recortar la producción, los rusos dijeron no y se entabló una guerra de precios donde Arabia está levantando su producción, agregando un enorme volumen adicional de crudo en los mercados.

-¿El dólar seguirá fortaleciéndose?

-En realidad, el dólar no se ha fortalecido, lo ha hecho frente a monedas de países emergentes. El índice que usamos para medir la fortaleza del dólar, nos muestra cómo, en realidad, el dólar se ha venido debilitando frente al yen, el euro y la libra. De hecho, en una ponderación por comercio mundial, el dólar mostró señas de debilidad. Lo que pasa que esa debilidad no se va a todas las monedas y frente a divisas de países emergentes está más fuerte. Pero no piensen que el dólar es a prueba de balas.

-Pasado el colapso sanitario, qué posibilidades existen de una rápida recuperación china?

-Hay más de un escenario. Una recuperación rápida, en “V” o una más lenta, en “U”. Otros pesimistas hablan de una “L”. Yo creo que será una “U”, pero llevará un tiempo para que se de el rebote y habrá un daño permanente al sistema. Habrá un cambio en la forma de la globalización, el mundo apuntará a una menor dependencia de China. Creo que la capacidad industrial se va a esparcir mucho más por todo el sudeste asiático, incluso India y esa será la nueva realidad productiva mundial.

-En materia geopolítica, los líderes que rechazan la globalización, ¿encuentran en esta crisis una oportunidad para fundamentar su postura?

-Son líderes de occidente los que promueven esa visión. Políticos como Trump están diciendo: “yo lo dije, todo lo malo viene de China”. Pero no tendrán éxito. Estados Unidos está en un momento de debilidad, y la intención de China de integrar a Asia, parte de África y América Latina a su cadena de comercialización, va a continuar una vez que se supere esta coyuntura. Pero sin tanta dependencia exclusiva de lo que produce China. Una nueva forma de globalización va a emerger en los próximos años.

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