ANIVERSARIO

Un siglo de la primera transmisión de fútbol: ¿cuál fue el mejor grito de gol de la historia?

El relato de Uruguay - Brasil que hizo Claudio Sapelli en la azotea del Solís el 1° de octubre de 1922 fue la primera transmisión deportiva en el mundo. Aquí un repaso por la historia.  

Se cumplió un siglo del primer relato futbolístico en radio que hizo Claudio Sapelli.
Se cumplió un siglo del primer relato futbolístico en radio que hizo Claudio Sapelli. Foto: Canva.

Mientras unos cantan en la ducha, el niño Carlos Muñoz imaginaba formaciones ideales y relataba partidos ficticios. No se perdía un picadito en la calle con amigos, aunque le entusiasmara más contarlo que correr atrás de la pelota. El hombre que bautizó ‘Superman’ a Jorge Seré por sus atajadas descomunales tenía 12 años la primera vez que alguien del club Oriental le colocó un micrófono en mano para que demostrara su talento en un ‘solteros contra casados’, partido clásico de los 1° de mayo seis décadas atrás. No le tembló la voz mientras lo escuchaba su club de baby fútbol entero a través de un parlante. Envolvió al auditorio imprimiendo pasión en cada jugada y se convenció, entre gritos de gol, que la radio sería su mundo.

El sueño de ese pibe se hizo realidad, en parte, gracias a Alberto Kesman. Conocía al hoy relator de Universal del baby fútbol y cuando entró al Clan 10 de Radio Ariel le pidió que le hiciera la “gauchada” si surgía una chance, y así en 1971, entró a trabajar con los número uno.

La pelota y su voz le permitieron ganarse la vida de lo que amaba, conocer el mundo y, sobre todo, que su estilo vibrante y emotivo fuera recordado por siempre: “No hay nada más hermoso que quedar en la memoria de la gente. Nada lo paga y yo sé que estoy con varios gritos de gol”, afirma orgulloso Carlos Muñoz a Revista Domingo.

Está convencido de que se debe “dejar la garganta en el micrófono” y que es imposible relatar sin el corazón. El fútbol es pasión, adrenalina y emoción, y el relator está obligado a contagiar ese mix para que suceda la magia de la radio. Es así desde aquel domingo 1° de octubre de 1922, cuando el inquieto don Claudio Sapelli realizó la primera transmisión deportiva de Uruguay y América desde la azotea del diario Del Plata, ubicada en el ala derecha del Teatro Solís. La locación le valió a los protagonistas de la aventura ser apodados ‘los locos de la azotea’.

Se eligió un partido entre Uruguay y Brasil jugado en Río de Janeiro por el campeonato Sudamericano de Fútbol -lo que hoy sería la Copa América- para dar comienzo a la historia del relato futbolístico en el mundo. Se hizo a través de la onda de General Electric y alcanzó a poco más de 50 privilegiados que tenían receptores de radio y a otros ocho mil que coparon la Plaza Independencia y sus alrededores para oír en tiempo real lo recreado a partir de telegramas que llegaban por cables de las compañías Western Union y All American.

“De las noticias recibidas se hacían dos copias: una iba a Sapelli que transmitía desde su estación portátil y otra a García y Bertonasco, que a través de un megáfono le contaban al público en la plazoleta del Solís algo parecido. Era medio en estéreo el laburo”, explica a Domingo Alberto Avellaneda, periodista deportivo y aficionado a la historia del fútbol.

Sapelli instaló los receptores facilitados por General Electric en los tres puestos de retransmisión -Hipódromo de Maroñas, Los Pocitos (estadio de Peñarol) y Parque Central- y probó que la señal llegara limpia y clara. Se agregó otro retransmisor a pedido expreso de la Escuela Industrial de Canelones en la capital canaria. Así lo narró el fallecido Walter Sapelli, hijo menor del pionero Don Claudio, en el borrador de un libro dedicado a la biografía de su padre al que accedió Domingo, y que no llegó a editarse.

La potencia de la transmisión, cuenta Avellaneda, llegó hasta Pando gracias a Soldamando y Olmos, que ofrecía la misma función a través de un receptor privado que le había vendido Sapelli -era electrotécnico recibido, se dedicaba a la fabricación de artefactos y en 1925 fundó la recordada Casa Sapelli-.

Visionario

Claudio Sapelli en la azotea del Solís aquel memorable 1° de octubre de 1922.
Claudio Sapelli en la azotea del Solís aquel memorable 1° de octubre de 1922. Foto: Archivo El País.

Sapelli iba siempre un paso adelante. Se enteró por alguna revista de la transmisión radial de la pelea Carpentier-Dempsey hecha en Estados Unidos en 1921 y quiso replicar aquí la hazaña. Ricardo Sapelli, uno de sus nietos, no deja de maravillarse por la intuición de su abuelo: “Veía lo que nadie ve”, dice a Domingo. Revela que era fanático del fútbol, hincha de Nacional y que se contactaba con capos del mundo radiofónico sin saber inglés: “El tipo estaba preparado a su manera”, agrega. Ricardo heredó de su abuelo el amor por la radio, y el 18 de marzo de 1985 fue uno de los encargados de inaugurar El Dorado FM.

Don Claudio logró, incluso, hacer el primer relato futbolístico del mundo un mes y cinco días antes de la inauguración oficial de la radio Paradizabal en Uruguay. Y en tiempos donde la prensa escrita miraba con recelo a la radiofonía por la puja de poder en materia informativa tuvo la habilidad de aliarse con el diario Del Plata para aprovechar sus conexiones de línea directa con Western Union.

No se sabe a ciencia cierta cada cuánto llegaba cada telegrama pero los datos que contenían eran escuetos: no decían mucho más que ‘ataca Uruguay’, ‘córner para Brasil’; el resto del relato corría por cuenta de la imaginación de Sapelli, que cautivaba a la audiencia a puro ingenio. No es casual que lo primero que venga a la mente de Claudio Sapelli, nieto primogénito, sea el talento de su abuelo para contar historias: “Era de esas personas con cierto magnetismo, y cuando hablaba la gente se callaba y lo escuchaba”, dice.

Sapelli se quedó sin grito de gol en aquel emblemático partido porque Brasil y Uruguay empataron 0 a 0. Pronto llegaron las dos conquistas en Juegos Olímpicos (1924 y 1928) para el fútbol uruguayo y el Mundial de 1930. Las proezas futboleras provocaron la adhesión del público y el aumento de ventas de receptores porque daba la sensación de que la radio nos había dado suerte. Ello demuestra que el exitismo no es asunto del presente, como tampoco lo es la pasión por la pelota y la emoción del relator.

Una anécdota de Alfredo Etchandy lo ilustra perfecto. “En 1930 el Sodre transmitió en directo la Copa del Mundo a través de la onda de CX6. Domínguez Riera relataba los partidos y Emilio Elena comentaba. En la final, Domínguez Riera le dijo: ‘Yo me voy a poner nervioso y me va a salir algo mal’; le pidió a Elena que relatara y él pasó a hacer los comentarios. Cambiaron los roles por la emoción, el miedo y el nerviosismo. Siguió relatando muchos años más a través de CX6. Y cuando morían los años 30 apareció Carlos Solé que fue el Gardel del relato”, apunta el abogado, periodista y estudioso de la historia del deporte.

recuerdo
Walter y Claudio Sapelli
Hombre de iniciativa
Sapelli fue el primero en encarar la radio como vehículo publicitario y transmitir un aviso: “Dijo algo así como, ‘pedimos a todo el que esté escuchando esta audición que tenga la amabilidad de avisarnos cómo nos oye. Hoy habrá audición a tal hora y mañana a tal otra’”, recrea Avellaneda. Además, asesoró a José Batlle y Ordóñez cuando el 13 de noviembre de 1922 dio el primer discurso político transmitido por radio.

Fiesta de voces

Roberto Moar, actual relator de la Sport 890, forjó su amor por la radio en casa de su abuela.
Roberto Moar, actual relator de la Sport 890, forjó su amor por la radio en casa de su abuela.

A Roberto Moar lo cautivó Víctor Hugo Morales cuando de niño escuchaba sus audiciones durante fines de semanas enteros en casa de su abuela: “Me parece el más grande del país por un estilo, una verborragia, un decir, un ritmo”, elogia el actual relator de la Sport 890 AM.

Tenía la costumbre de sentarse frente al televisor cada domingo para ver fútbol italiano en Deporte Total o la Bundesliga que transmitía Canal 5. “Si tenía las alineaciones, que no era sencillo porque había que ir a buscar revistas viejas que vinieran de Europa, seguía el relato y sino me armaba equipo parecidos y trataba de seguir el hilo”, cuenta Moar.

En la adolescencia le perdió un poco el gusto, o más bien lo cambió por la música. Retomó la pasión al ingresar en la UTU a estudiar periodismo. Si bien el relato fue de las últimas oportunidades que se le presentaron en su carrera, se convirtió en la tarea que más disfruta: “Una transmisión de fútbol es algo así como una fiesta de voces”, define.

-¿Qué recordás del folclore de cuando te iniciaste, allá por 1989?
-Desde que debuté a hoy cambió todo, desde cómo conseguir la información hasta cómo son las plataformas. Ahora muchos chicos utilizan YouTube, Twitch y otra plataformas. Nosotros bajábamos con la planilla al vestuario y hablábamos para que nos dieran el equipo. Lo pegaban en la pared o a veces salían con un papelito chiquito con los números anotados para dárselo a los periodistas. Hoy es impensado eso: estás chequeando a ver si el community pone el cuadro en las redes del club. No está toda esa operativa que era muy folclórica. Era otra época, otros esfuerzos.

doble festejo

Cincuenta años del mariscal en el dial

Este 1° de octubre fue doblemente especial para el relato: al aniversario de la primera transmisión de fútbol se suma que Alberto Kesman cumplió 50 años en Radio Universal este 2022. El Mariscal debutó en 970 AM transmitiendo un partido Clásico que terminó 1 a 1. “Estoy cumpliendo 50 años en Radio Universal y 55 de profesión. Jamás olvidaré a todos los compañeros con los que compartí y me ayudaron a crecer”, escribió en Twitter. El hombre que cuando aterrice en Qatar llegará a su doceavo Mundial acumula mil anécdotas en su vasta trayectoria, y en una nota con El País repasó el folclore de sus primeros pasos. Rememoró esas idas a casas de familia en tiempos donde no existía el celular y las conexiones desde las canchas se hacían con teléfonos cercanos: “Me tocó ir a casas de familias, que me atendieron muy amables. Eras como un artista de cine, el tipo que salía en radio no ganaba más que cualquier empleado pero era una personalidad”.

Mágica luz 

Carlos Muñoz mantuvo su estilo emotivo durante 47 años.
Carlos Muñoz mantuvo su estilo emotivo para relatar durante 47 años. Foto: Fernando Ponzetto.

Carlos Muñoz colgó el micrófono al finalizar el Mundial de Rusia, después de 47 años, y lo hizo para priorizar el tiempo de calidad con su familia.

“Tuve que cerrar la cortina porque tengo muchas nanas -hice infartos, soy operado del corazón y tuve cáncer de garganta- que por suerte están controladas, pero quería poder disfrutar a mis nietos, mi señora, mis hijos, y sino no iba a poder hacerlo, o quizás antes iba a tener un quebranto de salud. No me arrepiento. Me entra un poco de nostalgia cuando veo imágenes de Qatar por el Mundial, pero es la ley de la vida y lo veré por la tele tranquilo”, asegura Muñoz.

-¿Qué recordás de tus primeros pasos como relator?
-Lo difícil que era. Primero porque llegué al Clan 10 de Radio Ariel donde se estaba yendo Kesman y estaba nada menos que Víctor Hugo Morales y yo era su suplente. Víctor Hugo nunca se agotaba, nunca se enfermaba, era imposible poder relatar un partido porque nunca dejaba una chance, no por egoísmo, sino que físicamente era impresionante. Después de eso voy a CX32 como relator titular nada menos que con Lorenzo Rigó, un enorme comentarista de la época gloriosa de la radio argentina, que vino a trabajar a Uruguay y tuve la dicha de acompañarlo. En 1978 empiezo a vivir los mundiales en vivo, el primero en Argentina, y fue como un rayo que llegó para alumbrar mi casa, mi carrera y mi profesión.

Ranking

Máximo Goñi es el actual relator de Radio Oriental.
Máximo Goñi es el actual relator de Radio Oriental.

Elegir un grito de gol memorable resulta difícil para los relatores. Hay unanimidad en el penal que el Loco Abreu picó ante Ghana.

“Es la jugada perfecta o el gol perfecto. Un partido brutal que nos emocionó a todos: te abrazabas con el que tenías al lado, reías, llorabas, no sabías ni los sentimientos que tenías”, resume Moar. Y agrega que marcó a la generación más reciente: “La sequía del fútbol uruguayo es larga y las conquistas internacionales no me tocaron, pero sí los logros de la Selección y esta etapa de otras sensaciones con la Selección, y no la de quedar permanentemente afuera de los mundiales”.

Muñoz y Máximo Goñi -relator de Oriental- coinciden en otro par: el golazo de Diego Aguirre en 1987 para Peñarol contra el América de Cali por Copa Libertadores, y el penal de Tony Gómez que le valió a Nacional el título intercontinental en 1988.

protagonistas

El tipo de la radio te lo cuenta a pura pasión y vocación

Buen caudal de voz, grito de gol intenso, precisión, corrección en el lenguaje, estar interiorizado y actualizado en cuanto a reglas del juego, y sobre todo, pasión: algunos de los condimentos infaltables para un buen relato, según Carlos Muñoz, Máximo Goñi y Roberto Moar.

“Primero que nada vocación, sin eso no corre nada”, apunta Goñi. Y añade que es clave no dar toda la data digerida así el oyente puede meter cuchara: “Decir muchas cosas pero no todo para que haya un espacio donde el escucha pueda meter su imaginación, su opinión y lo complete”.

Muñoz, que se jubiló tras el Mundial de Rusia 2018, entiende que se debe seguir la jugada al pie del cañón, sobre todo a partir de la televisación, donde si no seguís el ritmo del partido, “quedás pegado”.

Moar, en tanto, considera que no existe relato sin pasión y cree que es de esos oficios donde pesa más lo innato que lo adquirido en la academia: “No creo que sea fácil de formar, ‘vení, aprendé y hacemos un curso de relator’. No se me ocurre. Creo que es algo que llevamos adentro nuestro y lo vamos desarrollando”, opina el relator de la Sport 890.

Vive y lucha

Carlos Solé está entre los mejores del relato nacional.
Carlos Solé está entre los mejores del relato nacional. Foto: Archivo El País.

Esa imaginación tan valorada antaño es, según Goñi, pieza esencial para que el relato radial haya sobrevivido a la televisación de los partidos y haya mantenido su mística, pese a tener a la tecnología avanzando a pasos de gigante.

En definitiva, permite al oyente seguir siendo protagonista y participar del juego, aunque sea camuflado. “Vos por radio jugás tu partido. Escuchás el servicio que te dan el relator y comentarista pero también está tu imaginación, tu impronta, cómo interpretás cada énfasis que da el relator, la pasión por los colores: le agregás cosas. Hay un ida y vuelta en el inconsciente que es fantástico entre el relator que está en la tribuna del Centenario y un oyente que está en Artigas, aunque no se vean. En fin, te hace sentir parte del espectáculo radial”, observa Goñi.

Hubo un tiempo en que la radio fue un bien suntuoso y, por ende, reservado para algunos privilegiados: “En un primer momento solo había radios a galena y era muy poca la gente que accedía porque eran costosas y no había donde comprarlas, hasta que WestingHouse y General Electric empezaron a traerlas. La gente se reunía en las casas para poder escuchar”, recuerda Etchandy.

La imagen de un grupo de personas reunidas alrededor de ese aparato -por entonces pesado y gigante- atentas a la voz de un hombre y pendientes de la data que proporcionaba el relator para poder fundirse en un abrazo con el otro al grito de gol, era moneda corriente, incluso durante la gesta de Maracaná.

Las nuevas generaciones, criadas viendo fútbol a través de múltiples pantallas -televisión, computadora y/o celular- dirán que oír el gol sin chance de verlo es prehistórico y no podrán creer que no exista el replay.

El tipo de la radio, al que Tabaré Cardozo le dedicó una canción, no se rinde, ahora más afín a los auriculares y TuneIn que a la Spica pegada a la oreja en la tribuna.

La radio es única. Es el acompañar al chofer del ómnibus y del taxi, al portero del edificio, a los enfermos en los hospitales, a los que están privados de libertad: a todos. La radio es el medio por excelencia, y tiene el amor de la gente que la lleva al estadio y sigue el partido minuto a minuto. El relato radial es único”, cierra Carlos Muñoz.

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