CULTURA

Octubre, el mes de la diosa Durga

¿Qué se celebra y cómo es la fiesta de India más importante del año?

Durga, diosa hindú
La victoriosa Durga.

Mahishasura. Este nombre infundía miedo hasta en los dioses. El demonio búfalo era tan poderoso que nadie podía enfrentársele, ni siquiera las deidades. El poder de Mahishasura no provenía de un azar cósmico o de una manifestación trascendental espontánea. Era el fruto de un sacrificio, una penitencia. Mahishasura era el hijo de un asura, un demonio, y estos siempre perdían en sus enfrentamientos con los dioses (llamados Devas).

Frustrado por esas constantes derrotas, Mahishasura inició un largo período de autoimpuesta penitencia, como para impresionar a los dioses. Y observen: Brahma —una de las deidades fundamentales de la mitología hindú— tomó nota de esa penitencia y decidió premiar a Mahishasura.

“¿Qué bendición deseas que te otorgue?”, le preguntó. Mahishasura respondió: “Una que haga que ningún hombre ni Dios pueda matarme”. Y así fue.

Mahishasura, ni lerdo ni perezoso, aprovechó la bendición de Brahma para hacerse de eso que no solo los hombres ansían, sino también los dioses: el poder. Reunió a su legión de demonios y los lideró hacia la invasión de la Tierra. Muertes, dolor y saqueos plagaron la existencia de los humanos, derrotados por los demonios. Mahishasura, envalentonado por la victoria en lo terrenal, quiso liderar su legión de demonios y tomar también por asalto el reino celestial.

Los dioses organizaron una cumbre para ver cómo enfrentar la amenaza que se cernía sobre sus dominios. ¿Qué hacer? Brahma lo había bendecido con un poder inmenso. No había hombre ni dios que pudiera derribarlo. Está bien: ningún hombre ni dios podría enfrentarse a Mahishasura pero ¿una mujer? Voilá. Los dioses habían encontrado la solución.

Brahma, Vishnu y Shiva se unieron y crearon a Durga, una mujer a la que dotaron de armas y a la que otro dios, Himavat, el dios del Himalaya, le otorgó un león para que monte cuando se lanzara a la batalla.

Mahishasura, en una machiruleada típica, subestimó a Durga. “Mirá si una minusa me va a derrotar a mí, el uno”, pensó cuando vio que Durga avanzaba hacia enfrentarlo. Esa subestimación fue su caída, claro. Pero no se entregó así nomás. A Durga le llevó 10 días de lucha derrotar a Mahishasura. En parte, porque Mahishasura tenía la capacidad de cambiar de forma múltiples veces.

Sin embargo, Durga tenía una puntería infalible y cada vez que Mahishasura hacía lo mismo que hace la villana Mystique en la saga de superhéroes de historietas X Men, ella estaba ahí para asestarle un golpe decisivo.

Cuando Mahishasura finalmente adoptó la forma del búfalo —su esencia— Durga le cortó la cabeza. El azote de Mahishasura había terminado. Cielo y Tierra se habían liberado del demonio.

Durga, entonces, pasó a ser una deidad celebrada y agasajada. Y la época en la que se conmemora y se festeja la victoria de Durga sobre Mahishasura abarca el mes de octubre, en una festividad llamada Durga Puja (se pronuncia “puia”). No existe una fecha fija para Durga Puja. Como explica el ingeniero de software Oupamya Banerjee —“Opu” para los amigos— a Revista Domingo, hay más de un calendario para los diferentes pueblos que conforman la nación india.

Fiesta Durga Puja
Opu, a la derecha.

Por eso, en algunos casos el festival se realiza en una fecha y, en otros casos, en una jornada diferente. “Un año, el Durga Puja puede ‘caer’ en una fecha del calendario occidental y al año siguiente en otra”. Lo cierto es que este año, y en Uruguay, la comunidad de indios ya llevó a cabo la conmemoración y celebración de esta festividad.

Durga Puja, a pesar de tener origen en la religión hindú, es tan importante que es celebrada por la inmensa mayoría de los habitantes de India, incluso por quienes son ateos o devotos de otras religiones. “Más o menos como la Navidad, que en occidente es celebrada incluso por quienes no profesan la fe cristiana”, comenta Opu. Convertida en una celebración de carácter más social que religioso, Durga Puja ya es parte del patrimonio intangible de la humanidad según la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura, o Unesco.

Festival Durga Puja
A toda candela.

Y, en ese sentido, hay un lugar que es central en importancia respecto a Durga Puja: Kolkata, la ciudad antes conocida como Calcuta. Esa ciudad se revoluciona cada año cuando empieza a acercarse Durga Puja. Y no es un día o dos. Durga Puja dura 10 días. No será como el carnaval uruguayo, el más largo del mundo, pero...

Cuando Unesco incluyó al festival en su listado de patrimonios intangibles de la humanidad, hubo eventos protocolares y declaraciones formales sobre la relevancia cultural y social de la celebración. El director de la sucursal india de Unesco, Eric Falt, hizo alusión a un componente fundamental de un acontecimiento de esas características. Más allá de lo que significa para la población de Kolkata en cuanto al respeto y el apego a tradiciones y sentido de pertenencia e identidad, Falt señaló algo que considera los aspectos comerciales de un festival como este: “Estoy seguro que esto le ofrecerá a las comunidades locales un gran aliento, así como también a los turistas y visitantes que participen de esta festividad inclusiva”.

Opu hila más fino y explica: “Es uno de los festivales más importantes de toda India, pero es particularmente relevante para la parte oriental, donde está Kolkata. Mientras que en otras partes de India Durga Puja tiene una connotación de celebración del ‘poder femenino’, en Kolkata las connotaciones están más sujetas a lo tradicional y religioso: se conmemora y se festeja el arribo de la diosa Durga, donde se quedará durante cinco días”.

Para los habitantes de la ciudad, Durga Puja es más que un festival, escribe Opu, por WhatsApp. “Es una emoción” dice Opu, él mismo oriundo de Kolkata.

Con la cada vez mayor relevancia de India en el contexto político y económico -se estima que para 2030, India será la segunda economía mundial tras China- la cultura de este país comienza a extenderse allende sus fronteras para vincularse con las tradiciones de otros países.

Así, si uno googlea “Durga Puja 2022” verá que se llevan a cabo eventos y conmemoraciones en muchos países. En Uruguay, la comunidad de expats (por “expatriados” indios consta de entre 2.000 y 3.000 personas, gran parte de ellos trabajadores del rubro tecnológico). Ellos ya realizaron su propia celebración de Durga Puja e invitaron a conocidos y amigos uruguayos a participar.

Con vestidos tradicionales, comidas ídem (ver recuadro) y costumbres típicas, Opu y sus amigos llevaron a cabo su propio Durga Puja para sentirse un poco más cerca de su patria y de su gente. “¿Viste cómo mucha gente en este país y otros, cuando se va acercando la Navidad empiezan a prepararse para eso, pero también para, si pueden, viajar a otros países donde tienen seres queridos para estar con ellos durante las fiestas? Bueno, para muchos de nosotros Durga Puja es algo similar. Queremos sentirnos cerca de nuestra cultura, pero también de la gente de nuestro país o compatriotas que se encuentran en otros países”.

Opu cuenta que en Kolkata se llevan a cabo muchas actividades en los preparativos para Durga Puja, entre ellas la construcción de grandes pandals, estructuras temporales o permanentes que sirven de lugar de encuentro para multitudes que se reúnen. “En esta época del año, no hay límites para la celebración de Durga Puja. Y va más allá de la religión de cada uno. Hay musulmanes, por ejemplo, que participan de Durga Puja, y cristianos. No es algo exclusivamente para hindúes”, cuenta Opu de 27 años. “Yo tengo varios compañeros de la universidad que son de otras religiones o de otras orientaciones políticas, pero cuando llega esta época esas diferencias dejan de importar, y lo que es relevante es reunirnos, como podamos, para festejar”.

Opu vive en Uruguay desde hace aproximadamente un año y medio, y no sabe si para el año que viene seguirá viviendo en Montevideo. Lo que sí sabe es que esté donde esté, cuando llegue la época en la que se celebre Durga Puja él hará todo lo posible por juntarse con otros compatriotas -y los locales que se sumen- para sentirse parte de una tradición que le da a buena parte de los indios un sentido de comunidad y pertenencia.

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