SALUD

Un nuevo camino hacia el deseo sexual femenino

Bautizado Vyleesi, el nuevo fármaco recién aprobado en Estados Unidos promete estimular a las mujeres y mitigar así uno de los principales problemas de su sexualidad, que repercute en las relaciones de pareja.

Mujer, erotismo
Vyleesi promete aumentar el deseo sexual femenino. 

Un nuevo fármaco, llamado Vyleesi, promete reconfigurar el deseo femenino. Históricamente, el placer sexual ha sido, desde que las personas se asentaron en aldeas, pueblos y ciudades, una de sus búsquedas más afanosas. Un El Dorado al alcance de casi cualquiera, a una distancia tan corta como la que llevaba ir de la cocina hasta el dormitorio. A veces, ni se necesitaba recorrer ese corto trayecto.

Para alcanzarlo y potenciarlo, se recurrió primero a la naturaleza: frutillas, espárragos, remolacha, diferentes arbustos o “yuyos”, al decir de nuestras abuelas. Luego apareció el chocolate, el café, la combinación de leche y miel, y mucho más. Para darle coherencia a todo eso, nos acordamos de la diosa del amor en la mitología griega, Afrodita, y los afrodisíacos —sean eficaces o consecuencia del “efecto placebo”— acompañan el impulso sexual desde entonces.

lencería
Foto: Pxhere

Pero hay un inconfundible espíritu masculino en torno a los afrodisíacos. Se dice y se insiste que para ellas también hay. Pero, en realidad, esos sabores y combinaciones tienen como principal destinatario imaginario al hombre, no a la mujer, cuya estimulación erótica tiene otras características y claves. Como dice el único integrante uruguayo de la Academia Internacional de Sexología, Santiago Cedrés: “En la sexología, siempre decimos que el deseo sexual femenino es el gran misterio”.

Tatuaje, espalda
Ellas y su deseo

La ley del deseo de ellas

Cedrés conversó con Revista Domingo sobre Vyleesi, el nuevo fármaco que ya ha sido bautizado, una vez más, como el “Viagra femenino”. Pero es un mote engañoso, porque como el propio Cedrés explica, el deseo masculino y el femenino son en esencia diferentes, y operan de acuerdo a inductores distintos. “En el caso del hombre, es un tema vascular. Los cuerpos cavernosos del órgano genital se llenan de sangre, y con eso el hombre ya se activa”, dice Cedrés. Pero con la mujer es muy distinto, agrega. “Porque la sexualidad femenina es mucho más contextual y su deseo tiene un aspecto mucho más ‘encadenado’: se activa no por lo que vea, sino muchas veces por lo que siente, por cómo se siente, por el lugar dónde está, qué grado de intimidad siente hacia la otra persona, por cómo está el vínculo en la pareja, por un montón de factores. Todo eso es lo que la va a llevar a activarse sexualmente. O no. Porque la motivación sexual es fundamental”.

Para él, la llegada de la nueva droga, cuya denominación científica es bremenalotide, es algo muy bueno. “Para nosotros lo es. Teníamos muchas herramientas terapéuticas, pero no farmacológicas. Una mujer que tenía ganas de tener relaciones sexuales dos veces por mes, ahora va a tener ganas cuatro veces por mes. Es muy novedoso y específico. La mujer vivió una gran liberación cuando se crearon los anticonceptivos orales. Y esta es la segunda liberación”.

La principal causa de optimismo para Cedrés es que la droga puede ayudar a solucionar el principal problema sexológico de las mujeres: el DSH, o deseo sexual hipoactivo. El DSH ocurre, añade el experto, cuando la mujer tiene muy poco apetito sexual. Es la disfunción más común, la más prevalente, en todas las etapas de la vida de la mujer, según lo que dice Cedrés que además cuenta que de 100 consultas sexológicas de mujeres, aproximadamente 80 tienen que ver con el DSH, que muchas veces, además, genera conflictos en la pareja: “A menudo, es el hombre que ‘trae’ a la mujer a la consulta. Es como un clásico. Ella, en su rol de madre, tiene que ocuparse de la vianda y la mochila de los hijos, de las tareas domésticas... Todo eso puede influir negativamente sobre sus ganas de tener relaciones sexuales”, comenta Cedrés y recuerda el carácter “contextual” del deseo sexual femenino.

Agustina Fulgueiras, psicóloga y también sexóloga, suena un poco más escéptica respecto al fármaco. Ella cree que el mero hecho de que llegue una nueva droga que promete mayor deseo sexual va a tener efectos positivos, porque —como dice— solo el “efecto placebo” que se da por probar algo nuevo, motiva.

Pero, como también acota, no hay que depositar toda la confianza en una sustancia. “El deseo es algo muy complejo en la mujer. No hay una pastilla mágica. Lo que pasa es que hoy estamos en la era de la inmediatez, y la gente quiere soluciones inmediatas. Eso, a mi entender, no funciona. El deseo de una mujer es multifactorial, y en él influyen no solo cosas como el vínculo de pareja, sino también el estilo de vida, si la persona tiene buenos o malos hábitos de salud, sus creencias... Habría que ver cómo las mujeres aceptan este nuevo fármaco. Quizás se convierta en una herramienta más para la terapia sexual. Pero no creo que sea la solución. Ni este ni otros fármacos”.

Además, Fulgueiras señala otros limitantes, que tienen que ver con la aplicación de la droga. “Si hay que calcular el tiempo que tiene que pasar antes del encuentro sexual para aplicar la droga, eso actúa como una limitación. No es muy romántico o erótico que digamos”. Por último, resalta que una droga no asegura un orgasmo, aunque el orgasmo no tenga que ser, de manera obligatoria, la finalidad última de una relación sexual.

Sexo

Manual de instrucciones

La nueva droga se aplica mediante una inyección subcutánea. 

La aplicación debe realizarse 45 minutos antes de la relación sexual.

No se puede aplicar más de una inyección por día, y tampoco se puede recurrir a la droga más de ocho veces al mes.

Está principalmente destinada a mujeres que están en las etapas previas de la menopausia.

En términos técnicos, es “una molécula agonista de los receptores de las melanocortinas”. 

Es para mujeres que tienen una disfunción sexual adquirida, “no la que tuvo bajo deseo sexual siempre. Y para un bajo deseo ‘generalizado’. No, por ejemplo, para mujeres que tal vez sienten poco deseo sexual con su pareja, pero sí tienen un alto deseo sexual con otras personas”, según el sexólogo Santiago Cedrés. 

Cedrés concuerda con que no es magia, y que no alcanza con una nueva sustancia. Como también dice, “es normal que el deseo sexual vaya cambiando a lo largo de la vida”. Pero la droga puede ser útil para casos como los que ejemplifica: “Hay parejas que tienen todo a favor y donde hay amor. Y aún así la mujer siente que no se puede activar, que no tiene ganas”.

Ernesto Laborde es ginecólogo y además licenciado en la nueva especialidad Medicina Sexual. Para él, todo lo que se pueda investigar y desarrollar para una vida sexual más plena, es “muy positivo”. Pero, agrega, es un primer paso, un comienzo. “Habrá que ver cómo resulta su aplicación”.

Laborde, además, aporta algunos datos. En uno de los estudios clínicos con la nueva droga, se demostró que 25% de las mujeres que se habían inyectado Vyleesi habían constatado un deseo sexual aumentado. Para las que se habían inyectado un placebo, el indicador fue 17%.

“La Food and Drug Administration (NdR: FDA, más o menos como el Ministerio de Salud Pública en Estados Unidos) declaró que el desarrollo de fármacos para mejorar la vida sexual era prioritario, lo cual está muy bien. Eso debería pasar en nuestro país también, donde estamos muy rezagados en ese aspecto. Y que se haya realizado una investigación enfocada en la sexualidad de la mujer es sumamente importante. Históricamente, casi toda la investigación científica referida a la sexualidad tuvo al hombre como objeto”.

También es importante tener en cuenta, que no todo se puede resolver con farmacología. “Sabemos que hay aspectos vinculados a lo psicológico, a lo social y a otros fenómenos que inciden sobre el deseo sexual de la mujer. No podemos pretender que de una vayan a mejorar todos los componentes que involucran al deseo sexual femenino”.

Optimista o escéptico, la llegada de una sustancia que apunta al estímulo sexual femenino plantea nuevos desafíos y oportunidades en el siempre cambiante paisaje de las relaciones de amor.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados