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Keith Richards: con 78 años, encara una nueva gira con los Rolling Stones

El guitarrista sigue tan campante luego de una vida repleta de excesos. En junio se lo verá nuevamente en los escenarios

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Keith Richards: cuando tenía veintipico, decían que no llegaría vivo a los treinta..

Cuando tenía veintipico, los agoreros del rock -que los hubo en los sesenta como en las décadas siguientes- decían que no llegaría a los 30 años. Hoy, pisando los 80 y después de una vida repleta de excesos, el guitarrista de los Rolling Stones está a punto de embarcarse en una gira europea con la banda más longeva del mundo. Otra vez posará sus dedos -que no pueden ocultar una avanzada artrosis- sobre el diapasón de su Fender Telecaster para ejecutar los riffs icónicos que lo han llevado a ser una megaestrella de la música.


El chiste fácil podría ser que Keith Richards (78) está más cerca del arpa que de la guitarra. Pero el creador de temas como Jumping Jack Flash, (I Can’t Get No) Satisfaction o Angie es (casi) inmortal. De hecho, hasta la ciencia ha intentado echar luz sobre cómo ha logrado sobrevivir el músico cuya vida ha estado vinculada permanentemente a la ingesta de drogas ilegales y alcohol. Según el doctor Robert Lefever, experto en adicciones del centro de recuperación Promis en Kent, el condado inglés donde nació el guitarrista, solo hay una explicación posible para su longevidad: “Debe tener la constitución de un buey”, dijo el especialista, en un comentario no tan de especialista (BBC Mundo, octubre de 2010).

Pero las propias memorias de Richards revelan que podría haber otras claves para su supervivencia. El músico ha sido mucho más cuidadoso con su consumo de sustancias de lo que quizás nos ha hecho creer. Porque los Stones siempre tuvieron fama de ser los “malos” frente a los “buenos” de los Beatles. Eran los que cantaban Simpatía por el demonio, los chicos que las madres no querían para sus hijas; aunque hoy todas estas cosas de los sesentas y los setentas sean vistas como de una inocencia supina.

En su autobiografía, titulada Life (“Vida”), que ya tiene más de una década, habla con franqueza sobre el alcance de su consumo de sustancias durante su extensa carrera. Allí cuenta, por ejemplo, cómo decidió dejar la cocaína a los 62 años, después que bajo los efectos de este polvo se partió el cráneo al caer de una palmera mientras intentaba bajar cocos. Luego de eso, tuvieron que intervenirlo quirúrgicamente, abrirle la cabeza.

“Solía caminar por Oxford Street con un paquete de hachís del tamaño de una patineta”, dice uno de los pasajes de Life, el libro en el que describe sus recorridos por Londres en los alocados sesentas estimulado por speedball, un coctel de cocaína y heroína al cual se refiere con su acostumbrado lenguaje directo como “el desayuno de campeones”.

También cuenta que, en 1967, cuando la Policía entró a su casa de Sussex, vio a los guardias de la ley como “enanos que vestían trajes azul oscuro, con cascos y adornos brillantes”, luego de haber consumió abundantes cantidades de LSD, la droga “de moda” de la época que le dio mala fama a otras bandas importantes como Pink Floyd.

Pero hoy este adulto mayor que se prepara para una nueva gira por Europa sabe que Highlander hay uno solo. Perdió el año pasado a su compañero de ruta durante seis décadas, Charlie Watts, el baterista que tenía 80 años y le recordó que los Rolling Stones no son inmortales. Aunque los miembros originales del grupo lo tienen muy claro. Mick Jagger sabe que debe ejercitarse y comer adecuadamente para estar a la altura en los shows (tiene un estado físico envidiable a sus 78 años). Al guitarrista Ronnie Wood (el “nene” de la banda con 74 años) nadie le va a quitar el cigarrillo a esta altura del partido. Y a Richards no le van a negar un aperitivo cada tanto, aunque es sabido que desde hace décadas el entorno del guitarrista lo tiene bastante “controlado”.

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En junio comienza la gira europea de los Rolling Stones.

El joven Keith

Keith Richards nació el 18 de diciembre de 1943 en el Hospital Livingston de Dartford, en el condado de Kent. Fue hijo único de Bertrand Richards (un obrero que luchó y resultó herido en la Segunda Guerra Mundial durante la invasión de Normandía) y Doris Dupree, de quien heredó sus genes musicales: el abuelo de Keith recorrió Gran Bretaña con una banda de jazz llamada Gus Dupree y sus muchachos.

Su madre le compró la primera guitarra, con la que comenzó practicar sacando de oído temas de Billie Holiday, Louis Armstrong, Duke Ellington y muchos artistas del blues norteamericano que lo marcaron para siempre. De hecho, los Rollings Stones comenzaron haciendo clásicos de la música negra antes de incursionar en sus propias canciones. El encuentro de una de las duplas compositivas más importantes del rock (equiparable en su época a la de Lennon-McCartney) se dio cuando asistió a la Wentworth Country Primary School, donde coincidió con Mick Jagger, de quien fue su vecino hasta 1954. Luego asistió a la Escuela Secundaria Dartford Technical School, por lo que sus caminos se separaron. Fue en 1961 que, por un encuentro fortuito en una estación de tren, fundieron sus inquietudes artísticas, esas que los hermanaron para siempre.

La vida de Richards con los Stones es inabarcable. Ha hecho de todo, ha tocado con todos y en todos lados. Y sigue en la ruta. También ha tenido una carrera solista que ha dejado interesantísimos discos como Talk is Cheap (1988), Live at The Hollywood Palladium (1988), Main Offender (1992) y Crosseyed Heart (2015).

En una entrevista que hizo el año pasado con Apple Music Hits, admitió que “lo último que quería hacer era una gira de los Rolling Stones sin Charlie Watts”. Pero su amigo le dijo antes de morir que lo hicieran. El show debe continuar. Ésa es la máxima. Y no se trata de dinero (que no les faltará a sus hijos, nietos, bisnietos y más allá), sino de amor por la música.

El nacimiento de los Stones

El 17 de octubre de 1961 Keith Richards se acercó a Mick Jagger en la estación de tren de Dartford. Le preguntó por el disco de Chuck Berry que llevaba bajo el brazo y se pusieron a hablar de blues, de otros artistas negros como Howlin Wolf, Muddy Waters y John Lee Hooker. La charla desembocó, no mucho después, en el nacimiento de una de las bandas más grandes de toda la historia del rock.

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Los Stones nacieron por un encuentro fortuito entre Richards y Jagger en una estación de trenes.

Padre de cinco hijos y abuelo de cinco nietos

La primera pareja de Richards fue la actriz Anita Pallemberg, con la que convivió doce años y tuvieron a Marlon en 1969 y a Angela en 1972. Esta última nació con problemas porque la madre tomó drogas hasta el quinto mes de embarazo. También fueron padres de Tara, muerto a los dos meses por una gripe. En 1983, el día de su cumpleaños número 40, se casó con Patti Hensen, también actriz. De ese matrimonio nacieron Theodora en 1985 y Alexandra en 1986. Hoy tiene cinco nietos.

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