NOMBRES

John Williams: el hombre detrás de la música de Star Wars, Indiana Jones y Harry Potter

Es el compositor de las grandes películas de Hollywood. Cumplió 90 años y sigue en actividad.

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John Williams trabaja en sus dos últimas partituras.

La cortina musical del Chavo del 8 se inspiró en una obra clásica de Beethoven. Y la de la Pantera Rosa, esa con la que todo el mundo esboza una sonrisa al escuchar sus primeras notas, pertenece a un célebre compositor y director de orquesta del siglo XX, Henry Mancini. Hay veces que no dimensionamos la importancia que la música ha tenido en el mundo de la producción audiovisual. Incluso cuando algunas canciones estén más presentes en el inconsciente colectivo que las propias películas.

El caso más notable de todo este fenómeno probablemente sea el de John Williams, un hombre que, aunque cumplió 90 años el mes pasado, es un perfecto desconocido para muchos neófitos del cine. El maestro forma parte de la historia del séptimo arte gracias a composiciones memorables para las sagas de Star Wars, Indiana Jones, Tiburón, Superman, Jurassic Park y Harry Potter. Y lo más asombroso es que sigue en actividad, luego de haber ganado cinco Óscar (fue nominado 52 veces al premio de la Academia), cuatro Globos de Oro, siete BAFTA y 23 Grammy.

Según una nota del New York Times, a comienzo de la pandemia, cuando la producción cinematográfica se detuvo y los estudios de grabación cerraron, el músico se encontró por primera vez en su carrera de casi siete décadas sin una película por la que preocuparse. “Esto fue demoledor para el mundo altamente ritualizado de Williams con sus mañanas dedicadas a estudiar escenas de películas e improvisar en su Steinway, un sándwich de pavo y una copa de Perrier al mediodía y las tardes dedicadas a revisar el trabajo”, escribió el periodista Javier Hernández.

En los meses que siguieron, el famoso compositor y director de orquesta de Hollywood llegó a disfrutar de su libertad. Tuvo tiempo de componer un concierto para violín, sumergirse en partituras de Mozart, Beethoven y Brahms, y dar largos paseos por un campo de golf que se encuentra cerca de su casa de Los Ángeles.

Aunque la pandemia no ha terminado, la nueva normalidad indica que no todo se puede parar para siempre. La industria del cine está de vuelta y Williams se encuentra una vez más con sus arrugados dedos sobre el piano. Aunque eso sí: para escribir sus últimas dos partituras, para su gran amigo Steven Spielberg. Una será para la película The Fabelmans, basada en la infancia del cineasta, y la otra para acompañar la quinta entrega de Indiana Jones, que se estrenará el año próximo.

Del espacio a la Tierra

La banda sonora de Star Wars fue elegida por el American Film Institute como la mejor obra musical del cine estadounidense. En este caso, Williams empleó una orquesta sinfónica completa para dar vida a una música que aportó los climas exactos que precisaba el director y creador de la fábula galáctica, George Lucas. En 1981, para la siguiente película que terminó por colocar en la cúspide a Harrison Ford, Indiana Jones, Williams compuso otra de sus melodías legendarias. Y trabajó después en todas las secuelas de la serie.

Williams y Spielberg formaron una sociedad que ha perdurado medio siglo y que generó más de dos docenas de películas, incluidas Encuentros cercanos del tercer tipo, E.T. El extraterrestre, La lista de Schindler, Jurassic Park y Tiburón, en la que el ostinato de dos notas del compositor calaba hasta la médula. (Algo similar a lo que ocurrió con la música que envuelve la escena en la que Janet Leigh se da una ducha en Psicosis). “Su música era más aterradora que ver al tiburón”, dijo alguna vez Spielberg, resaltando el trabajo de su amigo. Al menos se puede decir que ha envejecido mejor que el escualo que, aunque en su momento era de temer, tiene unos movimientos demasiados robóticos en comparación con los efectos visuales de la actualidad.

Así, en una entrevista con The New Yorker de 2020, describió Williams el día en el que se cruzó con Spielberg por primera vez: “Conocí a lo que parecía ser este chico de diecisiete años, este chico muy dulce, que sabía más sobre música de cine que yo: cada partitura de Max Steiner y Dimitri Tiomkin. Tuvimos una reunión en un elegante restaurante de Beverly Hills, organizada por ejecutivos. Fue muy lindo, tenías la sensación de que Steven nunca había estado en un restaurante como ese antes. Fue como almorzar con un adolescente, pero brillante”.

John Williams con Steven Spielberg
John Williams con Steven Spielberg

Música desde la cuna

Nacido el 8 de febrero de 1932 en Nueva York, John Williams se interesó en la composición a temprana edad, luego de haber mamado la música desde la cuna junto a su padre, un baterista de jazz que tocó con el legendario quinteto de Raymond Scott. A los siete años, comenzó sus estudios de piano y a los diez de trombón. Posteriormente aprendió a tocar la trompeta y el clarinete, siempre por el impulso de su padre, quien también trabajó para bandas sonoras de películas.

En 1948, la familia Williams se mudó a Los Ángeles, donde John, para entonces de 15 años, completó el secundario. Más adelante, estando ya en la universidad, estudió piano y composición. Sus dotes como intérprete, creador y arreglista, eran inocultables para ese entonces.

En 1952, durante la Guerra de Corea, fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos, donde arregló y dirigió música para la banda de la Fuerza Aérea. Y tras ser reconocido como pianista de sesión en Hollywood, halló trabajo como compositor de cine y televisión. Debutó en Daddy-O, una comedia sobre carreras que se estrenó en 1958.

Su vida personal estuvo llena de sobresaltos. En 1974, cuando tenía 42 años, sufrió lo que él llamó “la tragedia de su vida” cuando su primera esposa, la actriz y cantante Barbara Ruick, murió repentinamente por una hemorragia cerebral.

“Me enseñó quién era yo y el significado de mi trabajo”, dijo el músico sobre este hecho luctuoso. Los años siguientes fueron difíciles: tuvo que luchar como padre viudo de tres hijos y llevar adelante su agitada carrera.

Star Wars, la película que marcó un antes y un después en la historia de la ciencia ficción al estrenarse en 1977, lo colocó en una galaxia de popularidad de la que jamás ha regresado. Y en la que ha brillado junto a las estrellas más rutilantes. Con seguridad, jamás otro compositor de música de Hollywood volará tan alto como lo ha hecho John Williams.

Un "matrimonio perfecto" con Spielberg

Según un informe de la Deutsche Welle, la forma de trabajar de Williams es inusual: nunca lee los guiones, sino que hace que le muestren la película terminada antes de empezar a componer. Solo entonces se retira y empieza a trabajar. Escribe las notas a mano, no utiliza una computadora. Los primeros y mayores éxitos los obtuvo con sus composiciones para las superproducciones de Steven Spielberg. En 2016, durante la celebración del premio a la trayectoria del American Film Institute, Spielberg enumeró las cualidades del arte de Williams: desarrollar la música para la película terminada, saber qué poder hay en la música pero también en la ausencia de música, y componer de forma compleja como Debussy o madura como Stravinsky. Y describió la conexión entre director y compositor como “un matrimonio perfecto”.

“Sin John Williams, las bicicletas ni las escobas vuelan, las alfombras no tienen fuerza, los dinosaurios no caminan, no nos maravillamos, no lloramos”, elogió Spielberg al compositor en su momento.

También ha sido muy elogiado por la crítica, tanto por la calidad como por la importancia de su obra. “Él no necesita las películas, las películas le necesitan a él”, escribió una vez la revista musical Rolling Stone sobre el compositor estadounidense.

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