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Un "hágalo usted mismo" uruguayo y en Instagram

Desde rediseñar a pequeñas obras de construcción, es posible acondicionar un espacio por cuenta propia. Estos son los consejos de una arquitecta.

Reformar la casa por cuenta propia
Reformar la casa por cuenta propia

A la tía de Florencia Servente se le ocurrió aprovechar la cuarentena para arreglar el revoque de la terracita de su apartamento. Tenía que estar aislada y no quería ayuda, pero, por suerte, se le ocurrió escribirle a su sobrina arquitecta, que por WhatsApp le dio las indicaciones precisas para que la hazaña no saliera tan mal.

Primero rasqueteó los bordes desprendidos del revoque viejo. El siguiente paso fue aplicar con una llana lisa —una herramienta que no es más que una superficie plana metálica sujeta con un mango de madera— el revoque nuevo. Para esa instancia aprendió que en el mercado local venden un preparado digno del “hágalo usted mismo” al que solo hay que añadirle agua y que es impermeable. Para el tercer punto no le alcanzó la paciencia y se lo salteó: una vez seca, debía lijar la superficie para un acabado prolijo. Por suerte, para la tía de Florencia, la pared no era lisa, así que pudo omitir también la parte en la que se pasa enduído apto para exteriores y solo pintó.

En ese momento Florencia hacía muy poco tiempo que había comenzado con la cuenta de Instagram @Mamaarquitectauy y estaba enfocada, sobre todo a la decoración, a dar ideas y explicar cómo ejecutarlas: diseñar la pared de un cuarto con cinta de papel y pintura, crear una pizarra para su hija, los vinilos como alternativa a la pintura para renovar un ambiente, etcétera. “Con los vinilos, por ejemplo, tenés la posibilidad de transformar una cocina o un baño pegándolos en los azulejos. Es superaccesible de pagar y de hacer”, explica a Revista Domingo.

Antes y después del revoque en una terraza
Antes y después del revoque en una terraza. Foto: cortesía @mamaarquitectauy

“El clic fue mi tía que me preguntaba por WhatsApp cómo arreglaba unos revoques en la terraza de su casa. Ese fue el primer ejercicio de pensar un poco el cómo le paso la receta para hacer esto a alguien que no es un albañil. Que fuera fácil, con lo que ella pudiera llegar a conseguir”. A cada paso que daba, la tía le iba mandando fotos de cómo estaba quedando su obra. “No era algo que pensaba subir, pero ella estaba tan orgullosa de lo que había hecho que lo compartía en grupos familiares de WhatsApp. Y pensé que si a ella le sirvió tanto, por ahí a la gente de las redes le sirve también. Lo subí a la cuenta y fue una locura. Lo entraron a compartir, a seguir un montón de personas”.

A poco más de dos meses de haber creado la cuenta, Mamá Arquitecta está casi en la línea de los 10 mil seguidores. El antes y después de la terraza fue el punto de quiebre de ese Instagram al que ahora acceden personas que buscan soluciones prácticas para las cosas de la casa. Tan prácticas que no se necesita más ayuda que un par de herramientas y algunos materiales. “El mensaje fue algo así como ‘sí ella lo pudo hacer, yo también’”.

Ideas para replicar en casa

Hay receta para rescatar del espanto a esos muebles de melamina, para saber cómo colgar cuadros en una pared según sea de yeso o concreto, para pegar zócalos sueltos o para restaurar un piso de baldosas sin necesidad de cambiar todo.

“Ahora estoy por compartir un tutorial sobre cómo se usa un taladro, por ejemplo. Pregunté si interesaba y el 80% dijo que sí. A la mayoría les da miedo animarse a usar la herramienta que, para mí, está entre las más básicas que necesitamos en casa”, comenta.

Para enseñar a rescatar muebles de melamina, enchapado y fórmica, la arquitecta compartió un trabajo suyo con una biblioteca de su casa. “Esa biblioteca me tenía loca, era pesada, oscura y no combinaba con nada”, escribió en la publicación. Pero entonces limpió profundamente el mueble, destornilló los tiradores y le retiró el fondo, extrayendo clavos con un martillo. Utilizó masilla que sirvió para solucionar las áreas astilladas o maltratadas. En su caso no fue necesario, pero de ser roturas grandes, después seguiría el pasar la lija por donde está la masilla para emparejar.

Antes y después de una mesa que se transforma en escritorio infantil
Antes y después de una mesa que se transforma en escritorio infantil Foto: cortesía @mamaarquitectauy

Antes de pintar con el color oficial que eligió en pintura tiza, extendió dos o tres manos de pintura al agua. “Esta pintura se prende a lo que sea, incluso vidrio. No es necesario lijar ni pasar imprimación antes. El acabado es muy lindo, como aterciopelado y ultra mate. Lo hice con rodillo y pincel en algunas zonas difíciles de alcanzar. Tenía una lata de 900 ml casi llena y me la gasté toda. Amo la pintura al agua porque todo se limpia solo con agua: tus manos, el pincel, las gotas que se te chorrean por ahí, una maravilla”, detalló.

Para proteger la pintura depende del uso que tendrá el mueble. De menos a más, las opciones son: cera, laca o barniz. El ejemplo fue con una estantería, pero la técnica bien se puede aplicar para darle un lavado de cara a la cocina sin necesidad de un gran presupuesto.

Ese Instagram es también la manera que encontró Florencia de reencontrarse con el rubro que eligió para su vida. Uno en el que, dice, la maternidad suele ser un obstáculo. “Yo lo que hago es compartir consejos de reparación y construcción para casas reales, uruguayas”, cuenta. “El 95% de las personas que me siguen son mujeres entre 25 y 40 años. Y creo que es una generación, dentro de la que estoy, que está un poco con la idea en la cabeza de no esperar a que venga tu padre o tu pareja a arreglar algo de la casa, que ya fue. Que vos podés hacerlo sin problema”.

“Pero incluso a mí me pasa que entro a las cuentas de las ferreterías y las barracas, y la única foto de una mujer que se ve es la del 8 de marzo en la que felicitan a las compañeras. Falta representación. Y por eso creo que a la gente le llegó muy fuerte @mamaarquitectauy”.

Florencia experimentaba antes de la carrera y lo sigue siendo ahora. Su casa es como su laboratorio y todo lo que hace por allí ahora lo comparte en esa cuenta. Su último proyecto es reformar el minilavadero de su apartamento, adaptando ideas de Pinterest a la realidad de sus pocos metros cuadrados. Los estantes de los productos de limpieza eran antes los cajones de un mueble que ya no usaba. Los pintó y los colgó con un pegamento superresistente.

“La gente, me da la sensación, está cansada de la casa perfecta. Por ahí me escriben personas que me dicen que les encantan los programas de remodelaciones del cable. Pero esos programas arreglan una casa de mil metros cuadrados en Estados Unidos y yo vivo en un apartamento en Tres Cruces y tengo una humedad en la medianera que no sé cómo resolver o tapar”.

El principal consejo que brinda la arquitecta es ir paso a paso. Por lo general, las obras hechas por uno mismo ocupan los ratos libres y tienden a llevar más tiempo, así que para evitar ser abrumado, lo mejor es ir habitación por habitación, concretando cada decisión tomada.

Reutilizar

La segunda vida de las cosas

Florencia es una defensora del “nada se tira, todo se transforma”. Así, por ejemplo, convirtió una mesa vieja en escritorio y banco para el dormitorio de su hija. Cortó las patas, lo pintó con colores acordes y quedó listo para usar. También convirtió los cajones de un mueble viejo en estantes para un lavadero en reforma. Otro ejemplo es utilizar esos cajones como macetas o viejas ruedas de auto para una banqueta.

Apps

Visualizar el cambio

Al empezar a reformar es importante iniciarse en lo sencillo para que no frustrarse. La arquitecta Florencia Servente recomienda pintar, pegar vinilos, cambiar tiradores de los muebles, por ejemplo. Y, además, aprovechar aplicaciones que permiten visualizar cambios con una fotografía del ambiente. Así como crear tableros (virtuales o con recortes) con ejemplos que inspiren.

Fondo de armario

Las herramientas básicas

Las listas de “herramientas básicas para tener en casa” suelen incluir unos 15 ítems, desde el básico martillo a un alicate hasta un nivel o guantes y gafas protectoras, cinta métrica enrollable, destornillador eléctrico. Florencia, por su parte, acorta los imprescindibles y dice que en su casa no hay mucho más que un taladro, martillo, una sierra, trincheta, un par de destornilladores y tijeras. Lo demás se consigue cuando se necesita.

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