Entre el Grinch y la fiesta: ¿cómo se sienten los uruguayos esta Navidad?

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Cansados, estresados, quemados, con pocas ganas de festejar la Navidad y Fin de Año y con todos los boletos puestos en que 2023 será mejor que este año. Ese es el resumen del estado mental de los uruguayos a esta altura del partido, según una encuesta de Havas Insights & Analytics sobre cómo nos sentimos a pocos días de terminar el año.

No es para menos. A las corridas habituales se suma que los niños están por terminar las clases, que hay que cumplir con una serie de encuentros y despedidas (muchos con gente que uno no quiere ver), que vienen las olas de calor y que ya no queda energía en la reserva.

Para algunos, especialmente para un 32% de los uruguayos, se suma un pesar: recordar que hay seres queridos que ya no están para compartir las Fiestas.

Ese grupo, llamado en el estudio como “nostálgico”, comparte un sentimiento de malestar con un 22% que declara padecer el “síndrome del Grinch” (por el duende creado por Dr. Seuss); es decir, aquellos que sienten aversión por la temporada navideña, ya sea porque la considera un momento de alto estrés o porque no tiene ningún significado personal.

Entre unos y otros, más de la mitad de los uruguayos no disfruta del clima festivo de diciembre (menos de sus obligaciones), dejando al 46% restante el espíritu navideño.

A Diego Candelone, director de la nueva unidad de Havas Insights & Analytics para proyectos vinculados a datos y estrategia, un resultado le llamó la atención: tres de cada cuatro uruguayos dicen que van a pasar las Fiestas con el núcleo familiar más cercano.

Esto puede ser un “resabio de la pandemia por covid-19” pero, sea por la razón que sea, la realidad de estas personas contrasta con la “mesa grande” de las familias extendidas que promueve la publicidad para esta época.

“La Navidad del uruguayo podía asemejarse más a una Navidad de monoambiente”, apuntó.

 ¿Y por qué parece que la mayoría de los uruguayos no disfruta de las Fiestas? Seis letras: e-s-t-r-é-s.

Siete de cada 10 encuestados manifestaron tener una mala o muy mala o ni una buena ni mala relación con el estrés. Les preocupa, además, su situación económica y su trabajo. Los “Grinch” y los “nostálgicos” se sienten más estresados que aquellos que adoran la Navidad.

En comparación, las mujeres se sienten con mucha más carga mental que los hombres. A las obligaciones profesionales se les suma el trabajo familiar que impacta también en mayores niveles de estrés.

“El Mundial fue un paréntesis pero disimuló solo un poco”, dijo Candelone respecto a un evento que podría haber traído alegría para las personas pero que terminó en una decepción porque la selección uruguaya de fútbol no pasó de la fase de grupos. “Todas las cosas con las que llegamos a fin de año ayudan a explicar esos niveles de estrés”, agregó.

El estudio de Havas Insights & Analytics, por el que se consultó a 300 uruguayos de todo el país durante noviembre, plantea una situación que recuerda el dilema del huevo y la gallina. Por un lado, deja en claro que el uruguayo es proclive a procrastinar ciertas actividades para sacarse momentáneamente un peso de encima; por otro, esa postergación de ciertos compromisos le refuerza el estrés. Esto se refleja con un dato: el 71% deja las compras de los regalos navideños para último momento (todos lo hemos vivido en carne propia en esas largas jornadas en shoppings o ferias abarrotados de gente alterada).

“Lo que llamó la atención es que frente a eso de dejar todo para después y el estrés de los uruguayos uno pensaría que el e-commerce es una solución o un atenuante, pero un 75% de los uruguayos declara que seguramente no realice compras a través de canales de e-commerce. Quizás al dejarlo todo para el último momento, no tienen confianza en que las cosas van a llegar a tiempo”, explicó Candelone en diálogo con El País.

Así como a la mayoría de los uruguayos le escapa al espíritu navideño y pasa diciembre arrastrándose entre la desidia y la ansiedad, también existe una creencia mágica: apenas el reloj marque las 0:00 del 1º de enero cambia la rosca.

Por eso, aunque siete de cada 10 uruguayos dicen que el país atraviesa una situación “mala/muy mala” o “ni buena ni mala” (quienes demuestran mayor disconformidad son las mujeres, los montevideanos, los sectores medios y los “Grinch”), tres de cada cuatro “espera el 2023 con optimismo”, señaló el representante de Havas Insights & Analytics.

En concreto, el 34% de los encuestados sostiene que 2023 será un gran año; mientras que 41% está “algo de acuerdo” con esa afirmación.

Viendo los resultados del estudio, la clave no estaría en una verdadera mentalidad optimista de que todo va a mejorar (el trabajo, la pareja, la familia, la situación económica, el país y uno mismo) sino porque llega el verano y con él las ansiadas vacaciones.

“Después de las Fiestas necesito desintoxicarme” fue una afirmación con la que se identificó el 55% de los uruguayos.

La solución al estrés son las vacaciones de verano que son vistas como un espacio de relajación, descanso y placer. Verlas a la vuelta de la esquina hace que se arranque el año con una cabeza despejada y positiva.