CAMPEÓN Y LEYENDA

Cinzano: la historia del caballo uruguayo que movilizó hasta al FBI

Se fingió su muerte en Estados Unidos para cobrar su seguro y volverlo a hacer correr bajo un nombre falso.

Cinzano 1
Cinzano, el purasangre uruguayo que asombró en EE.UU.

Hace casi cinco décadas había un purasangre uruguayo que sorprendía por su condición atlética y sus rachas ganadoras. Su nombre era Cinzano. La leyenda dice que murió en 1977 cuando viajaba por una carretera de Estados Unidos, mientras era transportado por su nuevo dueño en un camión junto a otro caballo, un matungo llamado Lebón que hacía dos años que no ganaba en el Hipódromo de Maroñas. El seguro de vida del crack celeste representaba una fortuna. Y aunque por Lebón nadie daba dos pesos, curiosamente ese pingo flaco comenzó a ganar en competencias de distancia y pista para las que no estaba calificado. En el ínterin, alguien ganaba mucho apostando poco dinero. Todo muy raro, ¿no? La historia -que parece extractada de un guión cinematográfico- terminó con la intervención del FBI, que incluso envió a dos de sus agentes a Montevideo.


“El turf estuvo presente durante toda mi vida, a mi padre le gustaban mucho las carreras y mi madre tenía unos tíos en Nueva Palmira que eran dueños de caballos. Recuerdo que cuando yo era niño vivíamos en Montevideo porque mi padre era futbolista. Y los jueves, si podíamos, íbamos al hipódromo. Pero además, cuando él jugaba los sábados, los domingos también íbamos”, dice a Revista Domingo Daniel Torres, autor del libro Cinzano: campeón, convicto y leyenda, que acaba de ser publicado.

El trabajo de este coloniense es la primera aproximación documentada a una historia que si bien parece de ficción, no lo es. “Antes conocía la leyenda como cualquier aficionado. Pero ahora obviamente le tengo un cariño especial al caballo, por todo lo que fui descubriendo durante la investigación”, destaca.

El escritor anota que aquel fraude, un cimbronazo para el mundo de la hípica, pudo descubrirse gracias a la labor de dos periodistas uruguayos, Julián Pérez (Mundocolor) y Daniel Rodríguez Oteiza (El País), quienes se dieron cuenta de la maniobra y alertaron al Jockey Club de Estados Unidos. Esto hizo que la Asociación de Carreras de Caballos de Nueva York (NYRA por su siglas en inglés) comenzara a investigar lo ocurrido en ese accidente carretero, que había tenido más difusión de lo habitual tratándose de la muerte de un animal. Los periodistas uruguayos sostenían que Lebón era en realidad Cinzano. Y enviaron por correo la documentación que lo sustentaba. ¿Qué pruebas tenían? Las reseñas oficiales de ambos, muy distintas entre sí, provistas por el Jockey Club de Montevideo.

A medida que pasaban los días y aparecía nueva información, la pesquisa de El País y Mundocolor ganaba espacio en la prensa norteamericana: el 25 de octubre, el Daily News publicó un artículo en el que aseguraba que la investigación de la NYRA avanzaba, mientras estaban a la espera de la llegada de documentos procedentes de Uruguay. En esa nota, se menciona por primera vez el cobro de un seguro de US$ 150.000 por parte del propietario de Cinzano y se informa que el caballo muerto había sido cremado. La avalancha había comenzado y ya no se detendría. Ese mismo día, la NYRA, apoyada en la información periodística y las reseñas del Jockey Club uruguayo, detonó la bomba al confirmar que Lebón no era Lebón.

En el Salón de la Fama

El libro de Daniel Torres empezó a gestarse en 2011 (y estuvo muchos años en el freezer), pero la historia lo había atrapado cuatro años antes, cuando por casualidad se topó con la noticia de que un pingo llamado Cinzano había ingresado al salón de la fama de la Virginia Steeplechase Association (la Asociación de Carreras con Obstáculos de ese Estado norteamericano) ¿Sería el uruguayo? Una búsqueda por Internet confirmó la sospecha. Y lo llevó a la historia del purasangre contada por los medios norteamericanos.

“Yo conocía más o menos la leyenda local, la que hablaba de la mafia, de un veterinario que trabajaba para ellos, de que era propiedad de Telly Savalas (el actor de la serie de TV Kojak) y del asesinato de Lebón. Cuando vi que todo lo que había aprendido era mentira y que la historia era otra, me transformé en un Xeroque Rolmes, nombre que le dan los brasileños a los pseudo-detectives, y empecé a buscar en Google a cuatro manos, a meterme en todas las hemerotecas gratuitas y a armar un archivo”, recuerda Torres.

Mientras más descubría y más escribía, menos entendía cómo todavía no se había hecho una película con la historia. “Si alguien escribe una ficción con este argumento, se la rebotan por fantasiosa”, opina.

Cinzano 2
Cinzano en carrera de obstáculos.

Leyenda para burreros

Leonardo Farber, director de la revista hípica digital eleTurf, explica a Revista Domingo que Cinzano fue una leyenda dentro de la comunidad burrera local y de los Estados Unidos. Por eso, valora el hecho de que haya sido publicado un libro que aporta detalles de una trama con -efectivamente- ribetes cinematográficos.

“Para quienes andábamos ya enganchados con la actividad del turf casi medio siglo atrás, Cinzano fue un excelente caballo de pistas dentro de una muy destacada generación que dio -por ejemplo- a un multiganador clásico en Brasil como Mogambo. Cinzano estuvo cerca de ser triple coronado en Maroñas, donde luego obtuvo el Ramírez. No era extraño en aquellos días el interés del exterior, por lo que tampoco sorprendió que unos meses después se concretara su venta y fuese exportado a Estados Unidos, interviniendo en la transacción el veterinario de otro purasangre muy famoso, Secretariat”, dice Farber.

El periodista experto en temas hípicos indica que, en su momento, llamó la atención que en el mismo vuelo donde viajaba el crack oriental fuera transportado Lebón, un caballo cuyo nivel deportivo no daba para grandes cosas a nivel local. “Aquí es donde la historia se transforma en un puzzle, que terminó sobre la mesa del FBI y con intervención de la Justicia estadounidense. Merecía ser reunida en un libro. Daniel Torres ha tenido la virtud de narrar la trama en tres capítulos de un modo coloquial, ameno, condimentado y entretenido”, dice el director de eleTurf.

Luego de un sonado juicio en Estados Unidos, en el que corrieron ríos de tinta, “Cinzy” volvió a las pistas bajo su verdadero nombre. Volvió a acumular triunfos, hasta que con el avance de la década de 1980 fue perdiendo su brillo, si bien siguió siendo la estrella del Estado de Virginia, donde su presencia duplicaba la concurrencia de aficionados que gritaban “¡Te amamos, Cinzano!”, mientras el zaino surcaba las pistas. En total, ganó treinta de las cuarenta y dos carreras que corrió, como para respaldar el concepto que manejaba todo jinete que lo montó en el Circuito de Virginia: “Es el mejor caballo que he corrido”.

Tras su retiro, tuvo una jubilación a campo abierto. Comandó las cacerías de zorros que hacían sus últimos dueños, los esposos Randy Rouse y Michele O’Brien, hasta el año 1999, cuando a los 26 años, su enorme corazón dijo basta.

La temporada de 1987 fue la última en la carrera deportiva del crack uruguayo: la corrió íntegramente en la categoría jocketas con la monta de Michele O’Brien. Como ella misma reconocería después, el caballo no estaba bien de salud: una vieja lesión en un nudo se le había ido agravando. Pero no se dio cuenta en ese momento y confió en la experiencia de su marido. En retrospectiva, lamentó que Randy Rouse lo hiciera correr ese año porque “le dio una despedida que Cinzano no merecía”.

Daniel Torres
Daniel Torres, autor del libro Cinzano: campeón, convicto y leyenda.

Juicio en Estados Unidos

El 1° de noviembre de 1977 la noticia del “cambiazo” de los caballos uruguayos abandonó las páginas de turf y se mudó a las de policiales. Incluso compartió espacio con el juicio a David Berkowitz, el tristemente célebre “Hijo de Sam”, quien asesinó a sangre fría a seis personas e hirió a otras siete.

Poco después se confirmó oficialmente que otros dos caballos argentinos, Chirico y Sundoro, importados por el mismo comerciante implicado en la demanda, habían sido también utilizados para un cambio de identidad. El juicio sobre el caso de Cinzano fue muy mediático para su época. Mientras tanto, el pobre caballo estuvo "preso" varios meses sin poder hacer ningún tipo de actividad.

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados