EL PERSONAJE

Camila Rajchman: "Hubiera cantado gratis con Rombai, no me movía lo económico"

Mover masas con Rombai fue tocar el cielo con las manos. Renunció a la banda en pleno furor pero se mantuvo activa en los medios. Su presente es en Aweno TV y sueña con volver a cantar.

Camila Rajchman integra el staff del canal de entretenimiento Aweno TV. Foto: Erika Werner
Camila Rajchman integra el staff del canal de entretenimiento Aweno TV. Foto: Erika Werner

Hay escenas, situaciones, emociones, lugares o personas que merodean nuestra mente cada día. Están siempre ahí, latentes, y sabemos que su recuerdo nos visitará en algún momento del día. ‘¡Qué ganas de volver a cantar!’ es la sensación que invade a Camila Rajchman los 365 días del año.

Pasaron seis años desde que comunicó a sus fans que era hora de dar un paso al costado de Rombai, aunque le doliera en el alma, para no obstaculizar el crecimiento musical de la banda que la había hecho tocar el cielo con las manos. Lo hizo con un video de YouTube, sentada en el pasto, con Fer Vázquez a su lado, y secándose las lágrimas con un pareo.

Pasó mucha agua debajo de ese puente, y hoy confiesa a Revista Domingo que se fue porque algo se rompió en el vínculo con líder y productor de Rombai: “No era más genuino, había intereses económicos, luchas de egos, distintas prioridades”. En síntesis, se acabó la magia.

La carrera de Camila tomó otro rumbo justo en el momento que la banda de cumbia pop facturaba más. Le surgieron nuevos proyectos que la desafiaron, incluso en la vecina orilla, y terminó siendo panelista de Gran Hermano ese 2016.

Nunca le faltaron propuestas. En julio de este año se despidió de Desayunos Informales porque, según expresa, no encontraba un rol para ella en el programa de La Tele, y en menos de una semana le ofrecieron sumarse al novedoso Aweno TV (ver recuadro aparte), donde está hoy.

Se mantuvo activa. Nunca frenó. Sin embargo, desde marzo de 2016 no hay un día que no recuerde aquel recital a beneficio que dio Rombai en El Chaco (Argentina) bajo el sol donde se cortó la luz y los 40.000 espectadores siguieron coreando los hits como si nada. “Yo me quería tirar arriba del público”, rememora Camila.

El 12 de octubre fue al Antel Arena a ver a J Balvin: disfrutó, agitó y bailó reguetón. Ya en su casa y pasada la euforia, la atrapó la nostalgia y subió una seguidilla de historias a Instagram con fotos y videos de su gloriosa época en Rombai: “Ahora no voy a poder dormir de tanto pensar en las ganas que tengo de volver a cantar”, escribió sobre una imagen.

Que extraña mucho y le gustaría volver a mover masas es un hecho, aunque ya no piensa en armar una banda o ser solista: “Me gustaría que alguien me presente una canción, o que venga tal artista, me invite y suceda. No tengo ganas de forzar algo. Si se me presentara una linda oportunidad volvería”, confiesa.

Si sucediera sería sin la ingenuidad de aquel video improvisado que grabó en diciembre de 2014 en Punta del Este junto a diez amigos en su barco, entre caipiriñas, cuando no los conocía nadie, sin más berretín que mostrar la nueva canción de la banda: el video de Locuras contigo hoy supera las 80 millones de reproducciones y les cambió la vida.

Confiesa que ahora tendría más ambición porque conoce el funcionamiento del negocio. Sabe que aquella magia es irrepetible, pero está convencida de que el fenómeno sigue intacto.

“Estoy segura de que si me subo al escenario y canto cualquiera de las canciones que cantaba con Rombai se muevan masas porque nos quedaron a todos. No hay un día que no me etiqueten en redes con recuerdos de esa época”, dice.

Renacer

El equipo de "Weno qué pasó": Camila, Agustina Morales Patricio Rebullo y Julián Pintos. Foto
El equipo de "Weno qué pasó": Camila, Agustina Morales Patricio Rebullo y Julián Pintos. Foto: Erika Werner

Camila tiene 27 años, es la menor de cuatro hermanas, y la niña mimada de la casa. Ser protagonista es su esencia: hacía desde berrinches hasta shows para llamar la atención. Jamás pasaba desapercibida puertas adentro, aunque entre desconocidos era muy tímida. Nunca le gustó ir a la escuela, ni quedarse a dormir en casa de amigas. “Extrañaba pila. Siempre fui muy apegada a mi mamá. De grande, en terapia, le encontré una explicación bastante válida”, relata.

Tenía entre ceja y ceja llegar a ser una celebridad. De niña imitaba a Shakira, soñaba con protagonizar una novela y ver su rostro en la pantalla. “Nunca quise otra cosa más que cantar, estar en un escenario y hacer shows para la gente”, asegura.

La realidad la obligó a bajar a tierra, y con el correr del tiempo se alejó de aquel anhelo inocente. Se anotó en la Facultad de Comunicación, pero luego abandonó y armó un emprendimiento de zapatos. Retomó la carrera un año después, y además se inscribió en la tecnicatura audiovisual.

En el medio pasó de todo. Estaba muy triste, vivía angustiada, no quería ver a sus amigas, ni salir a cenar con sus padres. Por momentos perdía el control de sus pensamientos y sentía que el corazón le latía a mil por hora. Estaba atravesando una depresión. Nadie supo de su enfermedad hasta que en 2016 la hizo pública en una charla TEDx. Esa vez dijo que se lo contó a su madre y que ella la ayudó a encontrar un especialista.

“Cuando entré a Rombai estaba curada pero esos años de Facultad había estado en la B. Pasé de estar en la lona a tocar el cielo con las manos”, reveló. Ese diciembre de 2014 pensó: “Se me está dando lo que siempre quise, no puedo rechazar la oportunidad por estar inestable, la acepto y me como el mundo”. Y así fue.

La banda fue la chance de mostrar su nueva versión, una que se para y se plantea: “yo me respeto, me quiero, no me boicoteo, voy para adelante”, dice orgullosa.

-¿Hoy te das palo o te juzgás?
-Sí, pero no desde aquel lado tan maléfico, sino de boicotearme, o ponerme obstáculos. En pandemia me asusté un poco porque era bastante reiterado el pensamiento negativo y me fui a controlar. Tengo caladísimas las ‘red flags’ (banderas rojas), y donde se me active una, automáticamente pido ayuda. Voy a psicólogo porque siempre hay algo para trabajar, pero no pienso que sea tan cruel conmigo.

La traición post éxito
“Hubo instancias de mucha tensión"
Camila Rajchman formó parte de la exitosa Rombai hasta 2016.

Dice que Rombai fue la puerta de entrada más grande de su vida y lo más lindo que le pasó. Aunque estuvo lejos de ser todo color de rosas. Siente que lo polémico de la banda siempre fue ella: “El titular era ‘la rubia de Rombai’ y atrás venía un palo”. Asegura que lo económico no era lo que la movía a estar ahí, sino la música, la diversión y la amistad: “Lo hubiese hecho gratis porque era el sueño de mi vida”, confirma. Al principio cobraba $ 800 por show -cantara en una plaza o en un palacio- luego empezó a ir a porcentaje y pasó a ser redituable: “Ahí me empecé a asesorar e invertir”, dice.

Se bajó cuando mejor facturaban porque dejó de confiar: “En enero de 2016 me llamaron para hacer una miniserie, me querían a mí, dije que sí pero con la banda, agendé reuniones y después me quedé afuera yo. Ahí dije, dejo de confiar en vos. Hubo instancias de mucha tensión y no era lo mismo. Estar en un lugar donde antes había sido todo genuino, hermoso, desde el corazón y que fuera desde la desconfianza, el poder, los egos, la plata, ya no era lo mismo”, cuenta.

Más tarde se enteró que Fer Vázquez había registrado el nombre Rombai (que era de ella), que había vendido las entradas del Luna Park con el nombre de ella y, sin embargo, no iba a estar. “Me subí al escenario del Luna Park re quemada cuando pensé que mi show de despedida iba a ser el mejor del mundo. Las cosas y las emociones mutan, las personas también”, cierra.

Contracara

La fama y los conciertos le ayudaron a ganar seguridad y sentirse querida después de la tormenta. Pero ese repentino suceso también trajo a su vida un aluvión de críticas. Dice que muchas veces se la intentó cosificar y se cargó a ‘la rubia de Rombai’ de estereotipos y conceptos negativos. “Me llegaron a decir cualquier cosa, desde la miseria máxima hasta un insulto que te preguntás de dónde sacan la imaginación”, apunta.

Camila expuso a un par de haters ante su casi medio millón de seguidores en Instagram con el único fin de darles una lección: “No soy quién pero vos tampoco y no tengo por qué leer esas cosas horribles que querés reflejar en mí. No son mías, son tuyas, así que te las devuelvo”, indica.

-¿Sentís que cantás bien?
-No, pero era feliz y no estaba lastimando a nadie ni faltando el respeto. Le daba para adelante. No había tiempo de frenar o no queríamos hacerlo. Estábamos cumpliendo tremendo sueño y no sabíamos si iba a durar 15 minutos o tres años.

Leyó y escuchó infinitas veces que su padre había puesto plata para que ella pudiera cantar y tener una carrera.

“Me mataba de risa porque decían que mi padre me había colocado en la banda: ¿en qué banda si no existía? No es que mi padre es el manager de los Stones y me puso: mi padre importaba bazar y tornillos y era el principal sorprendido con la situación. En mi familia me decían ‘dale Cami, esto es una fiebre de una canción’. No era de malos, nunca pensamos que iba a ser un hit atrás del otro”, comenta.

-¿Qué le dirías a esa niña que fuiste y cantaba Shakira frente al espejo?
-En pandemia leí un libro que recomiendo a los que quieran conectar con su yo interno. Se llama El camino del artista y me removió un montón de fichas. Una de las tareas era encontrarte con vos de niña y escribirle una carta. Lo hice y le hablaba de aguantar y aferrarse a lo que uno quiere aunque el mundo tienda a querer lo contrario para vos. De adolescente no veía posibilidad alguna, cero, de triunfar en lo que quería. Después fue encontrar la oportunidad y confiar en que esto es para mí, aunque los demás digan que no lo hago bien, aunque yo a veces piense que no lo hago bien, esto es para mí, lo vibro así y yo me lo merezco.

Sus cosas

Su sello: Puso su voz al ‘Rombai, de fiesta’ y se convirtió en una marca. “Yo quería decir ‘la fiesta la hace Rombai’ porque estaba acostumbrada al ‘baila nena con Márama’ y quería algo igual porque era exitoso. Fer (Vázquez) me dijo 'me gusta mucho más Rombai, de fiesta'. El nombre Rombai sí viene de una historia familiar mía”, cuenta.

Su héroe: 
Su abuelo, Chil Rajchman, tuvo una historia de superación impresionante: sobrevivió al Holocausto tras pasar por un campo de exterminio. “Se pudo venir a Uruguay, montar su empresa textil, formar una familia y se animó a contar su historia en el libro Un grito por la vida”, dice Camila. Sin dudas, la marcó: “Es un héroe, no tengo otras palabras”, define.

Su presente: Se sumó al canal de entretenimiento Aweno TV y está feliz. “Era una apuesta novedosa en Uruguay, hablar de mí, lo que le pasa a mi generación. Somos un equipo y eso está demás”, dice sobre el programa Weno qué pasó, que va de lunes a viernes de 17:00 a 20:00 en vivo por YouTube y Twitch, y grabado por Spotify. Y añade: "Me expongo mucho, a veces me voy a mi casa y digo, todo lo que dije, era innecesario, pero estoy siendo yo y me gusta". Completan el staff del programa Agustina Morales Patricio Rebullo y Julián Pintos. 

Reportar error
Enviado
Error
Reportar error
Temas relacionados