NOMBRES

Benjamín Vicuña: ejemplo de resiliencia

El actor chileno de 43 años que suele ser noticia por sus escándalos románticos ha dado varias batallas y busca transitar su segundo tiempo de vida alejado del sufrimiento.

Benjamín Vicuña protagoniza por estos días la obra teatral 'El método Grönholm'
Benjamín Vicuña protagoniza por estos días la obra de teatro 'El método Grönholm'

El hombre cuyos romances mediáticos, infidelidades y rupturas escandalosas son bocatto di cardinale para paparazzi y programas de chimentos desearía que se hablara mucho más de sus éxitos laborales -que los tiene- que de sus asuntos personales. Pero la ley de oferta y demanda no escapa al mundo del espectáculo y resulta que las historias y líos de polleras de Benjamín Vicuña rinden y garpan mucho. Imposible olvidar aquel episodio en el motorhome -con la manta de Nepal y la palta incluida- donde Pampita Ardohain, su pareja en ese entonces y madre de sus hijos (Beltrán, Benicio y Bautista), le dio captura junto a la China Suárez y derivó en una de las separaciones más sonadas de la farándula rioplatense. El escándalo sucedió mientras Vicuña y Suárez rodaban El hilo rojo y la película de Daniela Coggi resultó un éxito de taquilla ese 2016: convocó a 265.000 espectadores a las salas de cine en los cuatro primeros días. Es que todos -o la mayoría- querían ver a la nueva pareja feliz en acción.

Con la China vivió una intensa historia de amor que duró cinco años y le dejó nueva descendencia (Magnolia y Amancio), pero el actor chileno le escapa a la soledad tanto como a las incómodas preguntas sobre su vida privada -“para mí, estar en pareja es una forma de vivir”, dijo en Nunca es tarde- y Cupido tardó poco en volver a hacer lo suyo: conoció a su última pareja, Eli Sulichin, en el bautismo de su pequeño Benicio (7) y de Anita -la hija de Pampita y Roberto García Moritán- y resultó ser una conocida de su exmujer. Eso también dio que hablar.

Tres semanas atrás visitó Socios del espectáculo para promocionar la obra El método Grönholm y no pudo esquivar las preguntas íntimas. “Tengo 43 años y no me cierro a que la vida me sorprenda. Tengo una compañera joven y es una mujer increíble”, dijo sobre la chance de volver a ser papá. Días después, se supo que la relación con Sulichin había finalizado. Recién llegado de Chile, donde viajó a ver a su padre que estaba grave y falleció el pasado martes y, abordado por un cronista del mismo programa, evitó dar detalles: “No voy a hablar de eso porque me parece mejor así, igual gracias por preguntar”, le dijo.

Resonar

El primero de nosotros es el nombre de la última ficción que protagonizó y el título le resulta bastante familiar. Allí encarnó a un cuarentón con una enfermedad terminal que fue el primero de su clan de amigos en morir. “Habla de la vida, la muerte, la enfermedad, la amistad, los 40 años: son texturas que reconozco y estoy fascinado con lo que pasa con el público”, le confesó a Marcelo Polino.

Es que Vicuña fue el primero de su grupo de amigos en explorar la paternidad: cuando Pampita dio a luz a Blanca -fallecida en 2012- él tenía 26 años y lo hizo descubrir desde joven esa aventura tan desconocida como deseada (siempre dijo que quería tener seis hijos o más).

Este hombre que encuentra en sus hijos el refugio donde ser feliz, que hace del deporte un momento de meditación y que ha probado desde Registros Akashicos, regresiones y terapias florales a psiquiatras en pos de alcanzar el equilibrio, conoció la tragedia con 19 años, cuando un amigo falleció en un accidente de tránsito y lo marcó a fuego. “A esa edad pensás que no te vas a morir nunca. Las causas fueron el cansancio y el alcohol. Es difícil acompañar a su familia. Como amigos nos unió completamente y él fue el primero de nosotros”, confesó a Infobae.

La batalla más difícil que le tocó atravesar

La vida lo golpeó en 2012 con la pérdida de su hija Blanca, nacida un 15 de mayo, igual que su mamá, y a quien recuerda con emotivos posteos. “No puedo no especular con tu adolescencia mientras tus primas bailan sus fiestas de 15”, escribió. “Pasé momentos de rabia, de querer renunciar a todo. Me alejé de la fe y extrañé a morir. El trabajo me ayudó a canalizar el dolor”, confesó a Caras.

Por amor al arte

Vicuña feliz con sus cinco hijos: Bautista, Beltrán, Benicio, Magnolia y Amancio
Vicuña feliz con sus cinco hijos: Bautista, Beltrán, Benicio, Magnolia y Amancio

Vicuña, cuyo primer escenario fue como monaguillo a los 8 años y su performance fue un desastre -“me temblaba todo y pensé ‘nunca más sobre el estrado’”-, superó esa timidez propia de la infancia y resultó el primero de su familia en elegir el arte como profesión. Rebelarse contra el mandato social le costó caro: “Cuando decidí ser actor mi padre (Juan Pablo Vicuña) dejó de hablarme y me cortó todo tipo de ayuda económica. Mi mamá (Isabel Luco) siempre estuvo ahí, infiltrada con su apoyo solapado”, contó a Gente.

En su casa el arte se asociaba a la bohemia, la droga, la promiscuidad e inestabilidad pero con apenas 16 años se plantó y fue tras su pasión. Se inscribió en la Universidad de Chile, que era pública, para hacer la licenciatura de arte y se mudó solo. Trabajó en publicidad y animó fiestas infantiles para sobrevivir. Recién cuando cursaba tercer año, su padre dio el brazo a torcer. “Fue a ver mi primer montaje profesional al Teatro Nacional chileno gracias a un buen lobby de mi hermano. No fue un trabajo fácil, mi padre era un hombre de mucho carácter pero se fue dando cuenta de que me la podía bancar y jugar solo, sumado a que empezó a vibrar con mi éxito”, reveló a Revista Hombre.

Pasó el tiempo, Benjamín forjó una carrera exitosa, su padre se convirtió en su fan y el reencuentro los encontró más maduros y empáticos: “Lo hicimos como dos hombres de igual a igual, sin exigirnos ni cuestionarnos. Dos tipos con sus errores y sus miserias, que no pretenden ser más ni menos que el otro. Así nació un vínculo nuevo de amistad, cariño y libertad”, dijo a Gente.

Este actor resiliente asegura estar en el segundo tiempo de su vida y elige transitarlo lo más alejado posible del sufrimiento. “Me queda mucho pero también poco, entonces intento vivir de la mejor manera y con más herramientas”, afirmó a Revista OHLALÁ!

La paternidad es su papel predilecto

Si bien cada día disfruta más de actuar, Vicuña asegura que la paternidad es el rol donde mejor se siente. El tiempo que comparte con sus cinco hijos es sagrado: “No existe la universidad de papás, trato de ser mi mejor versión. Le dedico mucho tiempo y reflexión, quizás por mi historia con mi padre (estuvieron dos años sin hablarse cuando él decidió ser actor) o mi vínculo como embajador de Unicef desde hace 15 años”, dijo en Socios del espectáculo. Incluso decidió vivir en Argentina (aunque tiene proyectos y cinco salas de teatro en Chile) para poder estar más cerca de ellos. Vicuña, que sufrió la separación de sus padres en carne propia -“fueron muy radicales y nunca más los vi saludarse”, confesó en PH-hoy hace un culto de la familia ensamblada. Incluso se lo ha visto jugar al fútbol con Moritán, actual marido de Pampita, porque según dice, desde que perdió a su hija Blanca, el amor es bienvenido de todas partes. “Construyeron una familia preciosa que también es mi familia. Tenemos muy buen diálogo, convivencia, y ellos tienen lo que yo más quiero: mis hijos. Me da mucha tranquilidad saber que alguien así (por Moritán) vive con ellos”, dijo a Velvet. Acto seguido, definió a la China Suárez como “una mujer increíble”.

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