Filosofía práctica

Simon Critchley: cómo entender el mundo a partir de las tragedias clásicas

El filósofo Simon Critchley vuelve con un libro ameno, ágil, provocador, donde nos manda a leer las tragedias clásicas griegas para entender los dilemas de hoy. Imperdible.

Simon Critchley
Simon Critchley

Vivimos en un mundo caótico y de constante conflicto. Creemos que eso no tiene antecedentes. Sin embargo alcanza con leer alguna de las 31 tragedias de la Grecia clásica que han llegado a nuestros días para saber que esos griegos vivieron algo similar, y que la tragedia, es decir la puesta en escena de los conflictos éticos y morales que enfrentaban, mediante una obra de teatro, les ayudó a sobrevivir.

De eso trata el nuevo libro del notable divulgador y filósofo Simon Critchley, La tragedia, los griegos y nosotros. En un mundo de vértigo, la tragedia impone la pausa, “y nos enfrenta a lo que no sabemos de nosotros, pero que, a fin de cuentas, determina lo que somos”, dice. Así sucede con las obras de los tres grandes escritores clásicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides, porque los obliga a hacerse las preguntas difíciles: ¿qué hacer? o, ¿qué opción debo tomar?

El autor deslumbra desde hace años con libros que analizan el fútbol actual, o el legado del músico David Bowie, o la relación de los filósofos clásicos con la muerte (En qué pensamos cuando pensamos en fútbol, Bowie, El libro de los filósofos muertos, todos traducidos y disponibles). Siempre desde la filosofía y con espíritu crítico.

Critchley cree que las tragedias clásicas fomenta la reflexión. Por ejemplo para elegir “entre dos o más demandas de verdad, de justicia o de lo que sea, sin que exista —al menos a primera vista— un suelo común entre ellos”. Confiesa sentirse muy atraído por la tragedia porque es una invitación al escepticismo.

Algo muy necesario hoy. “Nosotros somos, en cierta forma, tiranos. Miramos y no vemos nada. Alguien nos habla, pero no escuchamos (...) instalados en nuestra autojustificación narcisista e ilimitada, añadiendo actualizaciones a Facebook y subiendo fotos a Instagram”. La tragedia “muestra los límites de nuestra supuesta autosuficiencia y de aquello que podríamos definir como nuestra autonomía. Revela nuestra heteronomía, nuestra profunda dependencia”. Porque ese yo que se impone es sinónimo de perversión, es Walter White insistiendo hasta el final de Breaking Bad que todo lo hizo por su familia, cuando en realidad lo hizo sólo por él.

Critchley profundiza en las diferentes estrategias de la tragedia, su contexto histórico, por qué el héroe trágico no es la solución al problema sino el problema mismo, o el aún polémico papel de los sofistas, las críticas de Platón y los planteos de Aristóteles. En ese sentido, y a pesar de que fluye, el libro es de una creciente dificultad que requerirá, a partir de la cuarta parte, de familiaridad con algunos tópicos de la filosofía clásica.

LA TRAGEDIA, LOS GRIEGOS Y NOSOTROS, de Simon Critchley. Turner, 2020. Madrid, 406 págs. Traducción de Daniel López González.

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