Narrativa japonesa

Mucho más que sexo en la vejez

La novela de Tanizaki Junichiro repele y atrapa a la vez.

Tanizaki Junichiro
Tanizaki Junichiro

La obra de Tanizaki Junichiro (1886-1965) es considerada por la crítica como uno de los pilares de la narrativa japonesa moderna. Sin embargo no es tan conocido entre los lectores de habla hispana. Diario de un viejo loco (1961) es una de sus novelas tardías, pero para nada menores. Narra la pasión enfermiza de un anciano jefe de familia, de posición acomodada, pero achacoso e impotente, por parte de su nuera, una ex bailarina casada con su hijo mayor.

El texto se presenta como un diario. El fragmento más extenso es el diario del propio protagonista. Al final, a modo de apéndices, están los extractos del diario clínico de la enfermera personal del paciente, de uno de sus médicos y, por último, un breve tramo del diario de una de sus hijas, a la que el personaje ha tratado muy mal.

Esta novela aborda el tema del erotismo en la senectud de un modo particular. No sólo porque a la obsesión erótica la acompañen la impotencia y el tabú de los lazos de familia, sino también porque la nuera se presta al juego, sometiendo al anciano a maltratos que intercala con migajas de erotismo, por los que se cobra costosísimos regalos. Pero el anciano halla disfrute en el juego, al punto que toma una impresión de los pies de la mujer, con el plan de hacer imprimir su huella sobre la piedra de su sepulcro budista. La idea es seguir siendo pisoteado por ella luego de la muerte.

Como telón de fondo está el Japón de principios de los años 60, con un fuerte peso de las costumbres y relaciones tradicionales —a la enfermera del protagonista, por ejemplo, se le concede como gracia una tarde libre de vez en cuando— en un contexto de una vertiginosa occidentalización. Ambas tendencias conviven y se entrecruzan: el protagonista se trata con acupuntura, pero también con los fármacos occidentales de última generación para la época. Los mismos personajes que visten quimono circulan en autos europeos importados. Van al teatro kabuki tradicional, pero también al cine, a ver películas de Hollywood, o al boxeo.

Lo que impresiona es la fría conciencia que el narrador/protagonista tiene de fallarle a sus hijos y nietos —y también a sus ancestros— al gastarse su herencia en la nuera. El modo en que se muestra el desapego por sus familiares repele y atrapa a la vez. Hay algunas erratas menores, que no afectan la comprensión ni el disfrute del texto.

DIARIO DE UN VIEJO LOCO, de Tanizaki Junichiro. Satori, 2020. Gijón, 256 págs. Traducción de Ana Megumi Pias Suzuki.

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