Narrativa uruguaya

Federico Machado en un campo de guerra

Su novela, Las yeguas de la noche, se desarrolla en una ciudad derruida por la invasión, post apocalíptica.

Federico Machado
Federico Machado (foto Ana Laura Cazarré/Juan Pedro Castiglioni)

Las yeguas de la noche es la primera novela de Federico Machado (Montevideo, 1996), cuyo nombre tal vez suene como poeta luego de publicar Pandemia (2017), quizá por adelantarse a la debacle, o porque obtuvo el primer premio del Concurso de Poesía Joven Pablo Neruda (2019). También ha sido antologado en Slam FM (2017), En el camino de los perros (2018) y La carne veloz de las flores (2021).

Mientras se lee la novela de Machado, es inevitable pensar en la película The Hurt Locker (2008) dirigida por Kathryn Bigelow, ambientada en Iraq (a diferencia del libro, cuya coordenada volátil y esquiva lo ubica en Afganistán, o mejor, en una isla: “un pedazo de concreto en medio del océano”). La película se focaliza en una unidad militar de élite norteamericana (el Servicio, en la novela) que actúa en la ciudad: “Algo tiene que haber salido muy mal en tu vida para que termines comiendo carne enlatada en el nido de ratas de una ciudad que no te pertenece”, dice el narrador de Machado.

Una ciudad derruida por la invasión, la guerrapostapocalíptica (a la que entramos in media res), caótica y riesgosa, un trampero de balas y bombas del que nadie saldría vivo, un agujero del infierno. La película apunta al realismo inmersivo hollywoodense, mientras que el libro fluye desde lo conceptual. Adrede, porque Machado elabora, se concentra en lo estético, en el flujo de conciencia más que en la historia.

Lo que hay es un campo de guerra exento de motivaciones exteriores, de intereses petrolíferos o del gobierno. No hay armas de destrucción masiva, ni dictadores con barba rala y metralletas. En Las yeguas se entabla un sobrentendido, una poética de la inacción basada en el instinto de supervivencia que se erige y avanza sobre este tipo de afirmaciones: “Espero que algo pase, porque sé que algo está a punto de pasar”. Un hotel, un edificio, una casa, laberintos concéntricos donde el silencio lo abraza todo y ahoga cualquier posibilidad de salir a la superficie.

Para el crítico Mathías Iguiniz, en la poesía de Machado “la imagen de la destrucción total es evocada desde múltiples formas: la inminencia del desastre atraviesa sus textos”. En su prosa también. Machado suelta el verso y las manos, se sienta y espera detrás de “la cara interna de los párpados” para dibujar, vendado, sobre ese “lienzo negro que nunca dejó de ser el mundo”.

LAS YEGUAS DE LA NOCHE, de Federico Machado. Pez en el hielo, 2022. Montevideo, 116 págs.

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