SALUD

Cómo ayudar al paciente a evitar daños por medicación o funcionamiento del sistema

Estamos en la semana de la Seguridad del Paciente, una disciplina relativamente nueva que busca evitar los daños que puede causar una mala medicación o un mal funcionamiento del sistema de salud.

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Manos limpias, cirugías seguras y medicación sin daño son los tres retos globales de la OMS.

"Nada sobre mí, sin mí” fue uno de los lemas utilizados en los primeros congresos europeos sobre Seguridad del Paciente, una disciplina relativamente nueva que cada 17 de setiembre celebra su Día Mundial con actividades que este año en Uruguay se extienden durante toda esta semana.

“Es un lema que me gusta mucho porque refiere a no decidir nada sobre mí sin que yo participe. Queremos pacientes informados y, sobre todo, pacientes empoderados. Me gusta la imagen del paciente como parte del equipo asistencial, un integrante más de una medicina que priorice al paciente y su familia”, destacó el doctor Mario Godino, médico intensivista y miembro del Comité de Seguridad del Paciente del Hospital Maciel.

La seguridad del paciente busca disminuir el daño que se les provoca a los sujetos durante el proceso asistencial, daños que pueden ser causados por efectos secundarios de medicación y tratamiento o por fallas o errores en el sistema.

Precisamente el lema 2022 es “Medicación sin daño”, uno de los tres retos globales que se planteó la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el surgimiento formal de la disciplina “seguridad del paciente”.

“La seguridad corta transversalmente todo el sistema sanitario, obviamente que van cambiando los eventos adversos en cada caso. La medicación también corta transversalmente el sistema porque tanto a nivel hospitalario como ambulatorio o domiciliario es una de las principales herramientas tecnológicas y terapéuticas que tenemos en medicina y, como tal, generadora muchas veces de eventos adversos para los pacientes”, explicó Godino en diálogo con El País.

El especialista destacó que en materia de medicación tanto el paciente como su familia tienen mucho para hacer, por eso es que unos años después de que se creara la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, también con el apoyo de la OMS surgió la Alianza de los Pacientes por su Propia Seguridad.

“Eso es bien interesante porque el paciente debe formar parte del equipo asistencial, debe ser uno más porque se considera que es un experto en su propia enfermedad. Debería estar implicado siempre en toda la toma de decisiones y en la incorporación de las estrategias, con nosotros educándolo en el uso de las herramientas”, remarcó Godino.

Eso, en materia de medicación, tiene varios aspectos y uno muy importante es la polifarmacia, que es cuando el paciente toma más de cuatro medicamentos. “El paciente debe preguntar, no quedarse con dudas, llevarse todo anotado y tener una planilla donde tenga bien definido cómo tiene que tomar la medicación, con qué la puede combinar. Hay muchas estrategias para mejorar este tema”, señaló el intensivista.

Añadió además la importancia del trabajo sobre la medicación de alto riesgo que, aunque sea la única que se tome, hay que tener mucho cuidado en la receta, la administración y la preparación.

Polémico libro dio nacimiento a la disciplina

La seguridad del paciente es una disciplina relativamente nueva. Surgió en 1999 gracias al libro Errar es humano, publicado por el cirujano estadounidense Lucian Leape, considerado uno de los padres de esta especialidad.

“En este libro recogía su experiencia como médico contratado por los seguros americanos para estudiar la mala praxis en los hospitales, específicamente de Nueva York”, contó el doctor Mario Godino.

Allí encontró que la gran mayoría de los daños en los pacientes no se debían a errores individuales sino a fallas en el sistema y que en Estados Unidos morían más pacientes por eventos adversos durante la asistencia que por accidentes de tránsito. Eso causó un gran revuelo y terminó por generar una cultura de la seguridad del paciente.

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Los otros dos retos de la OMS.

Los otros dos grandes desafíos lanzados por la OMS hasta el momento han sido: manos limpias y cirugías seguras.

El primero de ellos fue planteado en 2006, con Uruguay adhiriendo desde el vamos. Con el precepto de que unas manos limpias son manos seguras, se apuntó a mejorar la higiene de manos en el ámbito sanitario. Eso se tradujo no solo en educación y concientización, sino en empoderar al paciente para que le preguntara al equipo asistencial si se había lavado las manos antes de cualquier procedimiento.

El segundo desafío estableció que una cirugía segura salva vidas. Para ello se basa en una herramienta que ha sido muy importante para prevenir riesgos y daños: la check list quirúrgica.

“Antes de cada cirugía se hace un repaso, una especie de ayuda memoria, de todas las cosas que pueden salir mal. Eso permite que de antemano el equipo pueda estar preparado para la complicación que se presente porque la memoria falla, somos seres humanos. Desde que se implementó, la check list salvó muchas vidas”, apuntó Godino.

El especialista remarcó que cualquiera de los tres retos globales demanda un cambio cultural en el que es necesario que todo el equipo sanitario -médicos, enfermeros, auxiliares, licenciados de escuelas técnicas- empiece a cambiar el modelo mental y tenga presente que todas las cosas que hacen tienen sus riesgos. “Eso nos va a permitir tenerlos presente y prevenirlos, mitigarlos o interceptarlos”, insistió sobre un cambio que también afecta a las instituciones, que deben asumir que hay cosas que a veces salen mal y se puede trabajar para corregirlas.

Es un cambio que exige que el paciente y su familia se involucren y una de las principales herramientas que cuentan para hacerlo es el llamado speak up.

“Hable cuando vaya con su médico, pregunte, anote las dudas porque en el momento se va a poner nervioso y no se va a acordar. Si es una persona añosa, vaya con un acompañante… Son cosas que parecen sencillas o sin importancia. A veces jerarquizamos más un estudio diagnóstico que esas otras cosas que al final terminan siendo determinantes en cómo le va al paciente en el sistema sanitario”, explicó el especialista al respecto.

Se trata de esas “habilidades mal llamadas blandas”, según Godino, habilidades no técnicas que “son las más importantes para desenvolverse en un sistema tan complejo como el sanitario”, dijo.

En tal sentido destacó la importancia de la comunicación y del conocimiento de las herramientas de las que se dispone, tanto en el caso del profesional como del paciente. “En realidad es el equilibrio de todo eso lo que hace que un sistema funcione saludablemente”, concluyó.

En busca de una ley que consolide el tema

En 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó la Alianza por la Seguridad de los Pacientes, a la que Uruguay se plegó en 2006. “Se hace un llamado a trabajar en varios ítems para mejorar la seguridad del paciente. Es un mandato primero ético, porque desde la época de los griegos el mandato de la medicina es primero no dañar; segundo epidemiológico, porque los eventos adversos son frecuentes, y tercero económico, porque los eventos adversos generan en el sistema un sobrecargo económico bien importante, no solamente por los aumentos de estadía en la internación y morbimortalidad, sino por el gasto que tienen muchas veces los países por la judicialización de estos eventos”, explicó el doctor Mario Godino, quien trabaja en seguridad del paciente desde hace más de 15 años.

Añadió que la judicialización no sirve para solucionar las cosas que están fallando porque el sistema funciona mal, sirve solo cuando hay una responsabilidad individual. Por eso es importante que exista un marco legislativo en la materia.

“Uruguay lo que tiene es una buena normativa de seguridad del paciente porque se plegó rápidamente al movimiento de la OMS, incluso más precozmente que otros países. Desde 2008 las instituciones de la salud tienen que tener una Comisión de Seguridad del Paciente (COSEPA) que trabaje estos temas”, explicó el especialista.

Pero lo que se busca ahora es que exista una ley. En tal sentido mañana habrá un conversatorio organizado por el Colegio Médico del Uruguay en el que se analizará la experiencia italiana que culminó con la aprobación de una ley de seguridad del paciente. Precisamente uno de sus responsables, el doctor italiano Riccardo Tartaglia, será uno de los disertantes.

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La pandemia destacó el valor de esta especialidad

“Con la pandemia pasó algo bien interesante”, dijo el doctor Godino. Según su visión personal, el covid-19 paralizó la seguridad del paciente en el mundo porque mucha gente que se desenvolvía en esta especialidad fue derivada a trabajar para la pandemia.

“Pasado esto lo que aprendimos fue que muchas de las cosas que aplicamos y que funcionaron durante estos dos años eran herramientas derivadas de la seguridad del paciente. Usamos las check list para definir desde cuándo intubar a un paciente o cuándo tenía que ser internado, hasta saber cómo vestirnos y desvestirnos con los equipos de protección personal”, señaló.

Para el intensivista el aprendizaje que dejó fue que la seguridad del paciente tiene que ocupar un rol importante a nivel de todos los servicios sanitarios y no debe paralizarse ante situaciones tan disruptivas como una pandemia, sino al revés, debe potenciarse porque ahí están las herramientas que sirven para afrontar situaciones de crisis.

Alianza de Pacientes Uruguay existe desde 2018

Se creó para colocar al usuario en el centro del sistema. Nuclea a varias organizaciones de pacientes de distintas enfermedades.

Alianza de Pacientes Uruguay
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