SALUD

De abuelas y curanderos: tradiciones y saberes sobre las plantas medicinales

La Escuela de Naturopatía del Uruguay comienza un curso sobre etnobotánica y expertos abogan por su integración en la consulta médica

plantas medicinales
Las plantas medicinales han significado a través de la historia una de las principales alternativas en el cuidado de la salud. Foto: G. Tabakian

¿Herpes en la boca? Masticar hojas de llantén. ¿Picaduras de insectos? Lavado con guazatumba. ¿Disfunción eréctil? Tecito de carqueja. Tres ejemplos de los miles de consejos sobre plantas medicinales que se han transmitido de generación en generación en el país.

El consumo de yuyos es una práctica habitual que, hasta ahora, se ha mantenido por fuera del sistema de salud y que expertos en etnobotánica y naturopatía consideran que es necesaria su integración.

Esta postura se debe, no solo a que mantienen vivo un legado cultural que, en muchos casos, tiene raíces indígenas, sino porque, sin información fehaciente, la persona no sabrá qué tomar o en qué dosis o cuáles son las contraindicaciones con sus medicamentos regulares.

Estos aspectos serán enseñados en el curso de introducción a la etnobotánica, a cargo del antropólogo Gregorio Tabakian y organizado por la Escuela de Naturopatía del Uruguay que comienza hoy y se extenderá por tres meses.

Datos e historias.

MARCELA
Achyrocline satureioides.
Efectos digestivos, baja la presión y el colesterol. Es sedante y calma la tos y los ataques de asma. Se la consume en infusión, jarabe, gárgaras y almohadillas.
Se utiliza mayormente la flor de la planta pero también el tallo.
Se la toma con leche y miel para aflojar el catarro y la tos en los niños.

RUDA
Ruta chalepensis L. y Ruta graveolens L.
Alivia el dolor de cabeza al colocar un gajo atrás de la oreja. Se la pone debajo de la almohada para tranquilizar a los niños. Se agrega a ensaladas para combatir problemas digestivos. Sus formas de consumo son la maceración, infusión y baños.
Vence el mal del ojo y las malas energías.

CEIBO
Erythrina crista-galli L. var. crista-galli.
La corteza se prepara en decocción para combatir sabañones y hongos; también se utiliza en lavados. La flor tiene efecto sedante.
El cogollo era masticado por los indígenas para ver mejor de lejos y también era usado en diversos rituales.

ROMERO
Rosmarinus officinalis L.
Mejora la memoria, evita la caída del pelo, elimina los piojos. Se lo usa para mejorar la artritis y la artrosis. Tiene efectos relajantes y sedantes. Ayuda a combatir el insomnio.
La hoja y la flor se consumen en infusión y en baños. También es usado en venceduras y simpatías. Protege las casas y ahuyenta a las personas negativas.

Viejas enseñanzas.

 Abuelas, curanderos, herbolarios, entre otros, han enseñado a lo largo de la historia que la salvia es un buen expectorante, que la manzanilla alivia la acidez y que el guayabo del país corta la diarrea.

Tabakian ha agrupado los efectos de las plantas medicinales en cuatro grandes grupos: por su actuación sobre el sistema digestivo (desde cálculos en la vesícula a descompostura y empacho en niños), el sistema sensorial (desde alergias a caspa y dolor de muelas), el sistema musculoesquelético (golpes, torceduras, reuma y artritis) y el sistema nervioso (desde depresión a dolores de cabeza o problemas de memoria).

Pero también hay plantas que actúan sobre el sistema respiratorio (desde ataques de asma a personas que quieren dejar de fumar), el sistema génitourinario (desde dolores menstruales hasta el combate del ácido úrico), el sistema hemolinfático (desde infecciones internas hasta diabetes), sistema cardiovascular (para hipertensión y colesterol) y cuestiones como fiebres o sarampión.

Pero no todas las hierbas se usan de la misma manera. “Las hojas, en general, se preparan en infusión; las raíces, en decocción o maceración”, apuntó Tabakian. Pero también existe la masticación como forma de curación. “Esta práctica perfectamente puede tener origen indígena”, dijo a El País.

Una investigación que realizó el antropólogo en Tacuarembó recabó 21 plantas mencionadas por descendientes de indígenas y más de la mitad se consumen a través de la masticación. Es el caso de la palma imperial, la carqueja, la pitanga o la quina, la menta, entre otras.

La lista de las hierbas más usadas en el país.

Las principales plantas medicinales usadas en el país son: menta/hierba buena, marcela, salvia, carqueja, cedrón, guazatumba, palma imperial, romero, cola de caballo, arrayán, malva, marrubio, mercurio, suelda consuelda / confrey, llantén, naranjo, rompe o quiebra piedra, ruda, yerba carnicera, guaco, zarzaparrilla, aloe, árnica, mburucuyá, bardana, cambará, congorosa, coronilla y uña de gato.

Una particularidad en el departamento de Tacuarembó es el uso de la guazatumba, Cestrum euanthes, una planta típica de la región norte del territorio y que no se halla en la región sur.

“Tiendo a ir a comunidades que están desapareciendo (por falta de población) porque quiero rescatar sus prácticas. No sé si en 20 o 50 años estas también van a desaparecer”, comentó. No solo las prácticas medicinales, sino también las mágico-religiosas. Por ejemplo, la ruda es utilizada contra la envidia y el mal de ojo; mientras que la menta o hierba buena es utilizada para limpieza del cuerpo astral.

Tener información correcta y comprobada científicamente sobre las plantas medicinales es, a juicio de Tabakian, una necesidad para evitar contraindicaciones. Por ejemplo, no por tomar mayor cantidad de té de un determinado yuyo tendrá mejor efecto sobre el organismo. En grandes dosis, algunas plantas medicinales, como el ajenjo (un purgante natural), puede resultar tóxico.

“Las plantas no se toman por más de 15 días. Se recomienda parar por la misma cantidad de días y volver a tomar si se necesita. La curación es más lenta que con una pastilla”, apuntó.

El consumidor tiene que saber también que hay ciertos cuidados para la colecta y el secado. Comprar el yuyo envasado y expuesto al sol como se ve en las ferias vecinales es un error puesto que pierden sus propiedades. Lo correcto es que las hierbas sean vendidas en cajones tapados.

La Escuela de Naturopatía del Uruguay tiene un curso de tres meses para la adquisición de conocimientos sobre conserva y uso doméstico de plantas medicinales. Al respecto, Isabel Yost, su directora, dijo: “Se enseña cómo hacer una tisana y una compresa, dónde comprar las plantas, cómo elegir un aceite esencial o la hierba y dónde guardarla en el hogar”.

Aquí aclaró: “En lo posible debe ser en un envase de vidrio y donde no le dé el sol. La colecta debe ser en un lugar que no esté contaminado y el secado debe ser a la sombra y en un espacio ventilado”.

Plantas medicinales. Foto: Gentileza de Elena Castiñeira
Plantas medicinales. Foto: Gentileza de Elena Castiñeira

Doctor yuyero.

Tabakian y Yost coincidieron en que el sistema de salud debe reconocer a las plantas medicinales. El antropólogo contó: “En Brasil, los médicos tienen acceso a un yuyero para saber si una planta tiene contraindicaciones con un medicamento; nosotros estamos lejos de eso”. En Argentina existe un manual de consulta para profesionales.

Para lograr la integración de los saberes científicos y populares en el consultorio, ambos creen que son imprescindibles la capacitación e investigación en la temática a nivel universitario, por lo que se debería conformar una nueva cátedra de botánica médica en la Facultad de Medicina como existió entre 1887 y 1930 antes que se trasladara a la Facultad de Química.

“Hay una necesidad de formar a los médicos sobre todo en atención primara de salud, puesto que en todos los núcleos familiares, al menos, una persona usa plantas para curaciones”, afirmó Tabakian.

Solo en Tacuarembó, el experto reveló el uso de 150 plantas medicinales y otras 140 en Artigas (también ha hecho investigaciones en Montevideo y Canelones), por lo que consideró que es médicos, químicos, botánicos, biólogos y otros especialistas revisen de forma científica la eficacia de cada una de ellas para garantizarle seguridad al consumidor.

hierbas

Naturopatía: unión de dos conocimientos.

 Las plantas medicinales han significado a través de la historia una de las principales alternativas en el cuidado de la salud. La naturopatía es una disciplina que tiene un enfoque integrativo: el saber científico y el saber popular coexisten en los tratamientos. Una de sus herramientas es la fitoterapia, es decir, el uso de plantas medicinales en distintas presentaciones como infusiones, emplastes, cápsulas, decocciones, tinturas, entre otras. Las plantas medicinales se utilizan tanto en la prevención y tratamiento de las enfermedades como en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. En unos casos serán suficientes para curar una patología y en otros serán el coadyuvante de otros tratamientos o ayudarán a mejorar determinados síntomas asociados.

Es una carrera de cuatro años que imparte la Escuela de Naturopatía del Uruguay. Isabel Yost, su directora, dijo que sería ideal que el uso médico y el uso popular de las hierbas se integran en la consulta de un paciente para que este pueda optar entre un fármaco o un tratamiento natural; si opta por consumir plantas medicinales que sepa que son las indicadas para su dolencia específica. Se entiende que la libertad de elección terapéutica, además de ser un derecho del paciente, es uno de los factores que influye decisivamente en la adherencia al tratamiento.

La OMS, en su plan estratégico 2014-2023, recalca la importancia de fomentar e incluir en los sistemas sanitarios de los países miembros el uso de medicamentos naturales. “Es una realidad que está más cerca de lo que pensamos”, afirmó Yost.

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