TENIS

Tuvo su último baile: Roger Federer se despidió con derrota, lágrimas y una joyita

El suizo puso punto final a su brillantísima carrera con una derrota en el dobles de la Laver Cup con Rafa Nadal como pareja y la pista de Londres coreando con un continuo "¡Roger, Roger!".

Roger Federer. Foto: AFP.
Roger Federer. Foto: AFP.

Y Federer se fue. El día que el deporte no quería que llegase y para el que el tenis no estaba preparado aterrizó como un mazazo emocional sobre el suizo, Rafael Nadal y todo aquel que haya disfrutado con este deporte. El suizo se fue, se despidió, el maestro colgó la raqueta y deja huérfano al tenis. Nunca habrá otro como él.

Con Novak Djokovic aconsejándoles en los cambios, con las lágrimas de Lynette, la madre de Federer, con la mirada de Rod Laver en la grada, la ayuda de Stefan Edberg y con el último toque de magia del mago de Basilea, que coló una pelota por el hueco entre la red y el palo que la sujeta, el telón se bajó para la obra de arte que comenzó cuando en Basilea alguien decidió que el pequeño Federer empuñase una raqueta.

Roger Federer puso punto final a su brillantísima carrera con una derrota en el dobles de la Laver Cup, haciendo pareja junto al español Rafael Nadal, ante los estadounidenses Jack Sock y Frances Tiafoe por 4-6, 7-6 (7/2) y 11-9.

Rafa Nadal y Roger Federer. Foto: AFP.
Rafa Nadal y Roger Federer. Foto: AFP.

Desde que Federer, con 13 años, dejó a un lado el fútbol para centrarse en el tenis, hasta este 23 de septiembre en Londres han pasado mil historias, cientos y cientos de imágenes que han compuesto el imaginario tenístico de toda una generación y de todos aquellos que crecieron creyendo que podían imitar los tiros imposibles de un chico de Basilea que arreaba derechas y dibujaba reveses como si dios le hubiera concedido un don especial para ello.

Federer, cuya primera raqueta estaba hecha de madera, terminó abrazando uno por uno a los miembros de su equipo, entre los que se encontraban miembros imprescindibles de su carrera, como Andy Murray, Djokovic, Nadal y Borg, uno de sus ídolos de su infancia.

Muy emocionado, el suizo terminó a lágrima viva en la pista de Londres y coreado con un continuo "¡Roger, Roger!.

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