Ovación en Qatar: los mitos y las verdades de un país que se prepara para recibir a tres millones de visitantes

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La primera salida del aeropuerto de Hamad hacia la ciudad, impacta. El calor te abraza. No importa la hora, el cambio es rotundo. Los lentes se te empañan del vapor que hay y una ola de humedad te atrapa. Aunque Ovación llegó por la tardecita a Qatar, la temperatura seguía siendo alta, sobre los 36 grados y una sensación térmica superior debido a la humedad que reina habitualmente en el país que desde el 20 de noviembre recibirá a la Copa del Mundo de fútbol, la primera que se realizará en Medio Oriente, la segunda en el continente asiático.

En este momento, durante el día la temperatura llega a los 40 grados y la sensación térmica a los 49 o hasta 50. Con el paso de los días te acostumbrás. Salís con una toalla para secarte la sudoración continua -más aún si tenés que realizar algún trayecto caminando- y con una botella de agua para hidratarte a cada rato. En noviembre y diciembre se espera que la temperatura promedio sea de unos 25 grados y que la misma oscile entre 18 y 32 grados durante el día.

Siete de los ocho estadios que se usarán para la Copa del Mundo tienen aire acondicionado son sistemas sofisticados, donde el aire frío sale desde atrás de las butacas para cada uno de los espectadores y desde el costado del campo de juego para los jugadores. En pruebas piloto que se han venido realizando, la FIFA ordenó aumentar la temperatura, o incluso apagar el sistema de refrigeración, porque el frío en la cancha era mucho. Solamente el 974, el estadio de los contenedores, no tiene aire, pero como está cerca del agua del Golfo Pérsico, la sensación es que en ese lugar hay mayor frescura. Así lo explicó el arquitecto uruguayo José Ignacio Masena. Más allá de ese aspecto, cuando la ciudad de Doha reciba el Mundial, el calor no será tan intenso.

En Doha incluso hay calles peatonales al aire libre donde también hay aire acondicionado. Sí, así como lo lee. Uno va caminando y desde unas rejillas del piso sale el aire frío que ayuda a soportar el intenso calor. Es como si en la Peatonal Sarandí de Ciudad Vieja existiera este sistema mientras los turistas disfrutan de recorrer la ciudad. Está todo planificado en este país de 2.9 millones de habitantes, de los cuales casi 2.4 millones viven en su capital. Para que usted se haga una idea: Qatar tiene prácticamente la misma superficie que el departamento de Durazno y los miembros del Comité Supremo de Qatar 2022 aguardan que la población del país se duplique, ya que se esperan unos tres millones de visitantes.

En ese sentido, como informó Ovación días atrás, los organizadores habilitaron que aquellos que tengan la Hayya Card (para obtenerla es requisito obligatorio haber comprado alguna entrada para uno o más partidos del Mundial) puedan invitar a tres personas para llegar a Qatar. Las autoridades pretenden incentivar la visita de turistas más allá del público que asista a los encuentros.

Quienes han visitado Qatar en el último lustro, no pueden creer cómo ha cambiado la ciudad en tan poco tiempo: ciudades que se han hecho desde cero y ya se han terminado, edificios de más de 30 pisos que se finalizaron en tiempo récord y obras que le dan un marco impactante a los turistas. A lo lejos se pueden observar los altos rascacielos, similares a los que hay en las principales ciudades de Estados Unidos, donde se ubican las cadenas de hoteles más destacadas (ahí, en el Pullman, se hospedará Uruguay) y las empresas más importantes del país. Un país que ha logrado tener mucha riqueza por el petróleo y el gas natural, cuando en otra época lo más destacado eran las perlas. Qatar logró independizarse en 1971 y es una monarquía absoluta, donde el emir es el Jefe de Estado. Más allá del Mundial, los qataríes tienen un máster plan hacia 2030 orientada a una modernización del país y a no depender exclusivamente de los combustibles fósiles.

Casi el 80% de los habitantes de Qatar son inmigrantes, lo que genera que te puedas encontrar con todo tipo de nacionalidades. Ellos, en su mayoría, son los que trabajan en el área de servicios. Te podés topar con un nacido en Bangladesh manejando un Uber (funciona muy bien), con un marroqui trabajando en la recepción del hotel, un egipcio atendiendo en un bar, un argentino de mozo en la sala de desayuno o un sirio recibiéndote con amabilidad en un sitio donde se venden cosas típicas en el mercado Souq Waqif, un lugar muy bonito y tradicional en el que se pueden comprar los recuerdos del viaje, porque hay de todo: desde dátiles hasta artesanías y ropa.

Para aquellos que habitualmente les gusta tomar una pinta de cerveza, no es fácil conseguirla, pero hay. Las autoridades ya aclararon que durante el Mundial se seguirá vendiendo como hasta ahora en los hoteles (una pinta puede ir desde los 10 a los 15 dólares) y en aquellos restaurantes que tienen permiso para comercializar ese tipo de bebidas (es muy costoso sacar ese permiso; no todos lo tienen). A su vez, en la fan fest para los hinchas que se realizará sobre la bahía (con capacidad para 40.000 hinchas) se venderá cerveza a partir de las 18:30 y hasta la 01:00. Los días de partidos se venderá hasta tres horas antes y después de una hora de terminado en las afueras, mientras que adentro de los estadios se podrá conseguir cerveza pero sin alcohol de una de las marcas que patrocina a FIFA. En los supermercados o autoservicios te podés llevar una sorpresa, porque no encontrás con facilidad bebidas alcohólicas. Y que a nadie se le ocurra querer ingresar al país con una botella de whisky o cerveza en la valija, porque puede causar un problema.

Algo importante: si usted tiene planificado viajar a Qatar para el Mundial, pueda llevar dólares, pero los mismos tienen que ser por lo menos desde 2009 en adelante. Los dólares viejos no te los aceptan; solamente los podés cambiar, con suerte, en algún banco. Al cambio actual 100 dólares son 365 riales qataríes, aunque si los cambiás en los hoteles te lo hacen a 350 riales qataríes aproximadamente.

“No será diferente a lo que pasó en otros mundiales. Buscamos que todos disfruten del evento y simplemente que se respeten nuestras costumbres”, recalcaron una y otra vez autoridades de la organización en una conferencia de prensa que se desarrolló en Lusail, el estadio donde se jugará la final del Mundial y donde la selección de Diego Alonso enfrentará a Portugal. Las muestras de cariño en la vía pública es algo poco apropiado para esta sociedad de Medio Oriente, así como ensuciar la vía pública.

El 77% de los qataríes son musulmanes, por lo que el rezo para ellos es muy importante en sus rutinas. En los estadios y en los lugares públicos hay zonas especialmente diseñadas para rezar. Por último, todos hablan inglés y los locales también el árabe. Los carteles están en los dos idiomas.