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Diferencias y similitudes entre las campañas para traer a Morena y Suárez: ¿pueden ser comparables?

Cuando los hinchas se mueven para convertir en posible lo que parece imposible. En 1981 Peñarol lanzó la campaña “A Morena lo traemos todos” y ahora el tricolor hizo lo propio con #SuárezANacional.

Luis Suárez y Fernando Morena.
Luis Suárez y Fernando Morena.

Pasaron cuatro décadas, el fútbol es otro e incluso el dinero que se mueve es muy diferente, pero el sueño de Nacional por lograr el regreso de Luis Suárez tiene puntos de contacto con el operativo que trajo de vuelta a Fernando Morena a Peñarol en 1981: el amor de los hinchas por su ídolo, que busca convertir lo aparentemente imposible en posible.

Hoy las redes sociales están en el primer plano de la comunicación y son capaces de movilizar a miles, a decenas de miles en todo el mundo. Y así ocurrió con Suárez, que se convirtió en tendencia internacional.

Nacional comunicó ayer temprano: “Más de 50 millones de cuentas en un total de 35 países y con un promedio de 1500 tuits por hora el ritmo de #SuárezANacional”. La campaña sumó incluso a dirigentes políticos de todos los partidos, como los senadores Sebastián Da Silva, Germán Coutinho y Óscar Andrade. Todo indica que esta movida continuará, y con más fuerza en los próximos días.

El día que Morena vino a pedir pase a Peñarol, el lunes 6 de abril de 1981, los aficionados se enteraron través de la radio y, más tarde, por los informativos de televisión y por los diarios vespertinos. Muchos decidieron acompañar el trayecto del futbolista desde el Aeropuerto de Carrasco al Palacio Peñarol o fueron a esperarlo al estadio cerrado, donde se realizó una conferencia de prensa ante tribunas llenas.

La idea del retorno de Suárez nació precisamente en el ámbito de las redes, a partir de declaraciones del jugador lamentando que Nacional no se hubiera interesado en su situación tras la salida del Atlético de Madrid. Los comentarios iniciales dejaron su lugar a los hashtags y de esa forma la propuesta comenzó a tomar forma y replicarse.

En 1981, la iniciativa de repatriar a Morena partió del presidente de Peñarol, Washington Cataldi. El delantero aceptó volver al club con un sueldo inferior al que percibía en Valencia (aunque superior a los que se pagaban en el medio local), pero quedaba negociar la transferencia desde el club español. Cataldi viajó para esto y cuando lo consiguió, se vino a Montevideo con Morena para completar el trámite del pase ante la AUF. El jugador volvió de inmediato a España para defender al Valencia hasta el final de la temporada 1980-1981.

En este 2022, Suárez es un jugador libre, por lo cual alcanzaría con una negociación con Nacional. El jugador debería resignar buena parte de sus aspiraciones salariales, pues actualmente existe mucha mayor diferencia entre lo que se paga en Europa y lo que se puede pagar en Uruguay que la que había en 1981 (cuando, además, la cotización del dólar en Uruguay era artificialmente baja debido al sistema de la “tablita”).

La participación de la hinchada aurinegra en el plan de Cataldi arrancó cuando el pase estaba acordado. La presencia en las calles el día del pase representó la aprobación a lo actuado por el presidente de la institución. A continuación Peñarol lanzó la campaña “A Morena lo traemos todos”, solicitando la colaboración económica de los partidarios. ¿Cuánto costó? Los aurinegros se comprometieron a pagar al Valencia tres cuotas: 329.000 dólares con un amistoso del Valencia en el Estadio Centenario, más dos de 350.000.

También hay diferencias en las expectativas de ambos goleadores. Morena volvió para continuar su carrera en Peñarol, con los objetivos habituales de un club grande, salvo la necesidad de cortar el ciclo favorable a Nacional iniciado en 1980. No se hablaba de la selección uruguaya, que por entonces rara vez convocaba a jugadores del exterior.  

En el eventual regreso de Suárez, además de su condición de hincha tricolor, gravita la necesidad de firmar por un club para alcanzar su mejor forma competitiva con vistas al Mundial de Qatar 2022: por lo pronto, una media temporada que sería muy intensa. Los intereses del club coincidirían con los del jugador para hacer posible lo que hace una semanas era una quimera.
 

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