Hernán Bonilla
Hernán Bonilla

¿Una nueva esperanza?

Luego de que el primer ministro británico Boris Johnson anunciara su renuncia, el Partido Conservador viene procesando su sucesión.

Actualmente se encuentra en la etapa final en que unos 200.000 afiliados deben votar entre dos candidatos: Liz Truss, actual Secretaria de Relaciones Exteriores y Rishi Sunak, Secretario de Hacienda.

Luego de que varios candidatos fueran quedando por el camino, Truss parece encaminarse a ser la próxima gobernante del Reino Unido. Una de las razones por las que ha logrado esta posición de liderazgo es que en buena medida la campaña se ha basado sobre sus propuestas; los conservadores parecen haberse dividido entre quienes están a favor o en contra de su programa.

No por casualidad, en uno de los primeros debates, Truss apareció vestida con uno de los característicos vestidos de la exmandataria Margaret Thatcher. Innumerables minutos de radio y televisión, así como ríos de tintas y caracteres en los diarios y redes sociales, comentaron este hecho, mucho más que los contenidos del debate.

El mensaje de la candidata fue claro, por lo que la pregunta quedó planteada ¿qué tanto se parece Truss a Thatcher?

En principio la comparación puede ser peligrosa. Thatcher es uno de los grandes personajes del siglo XX no solo en su país, sino en el mundo. Junto a Ronald Reagan lideraron la llamada “revolución conservadora” que con su programa de baja de impuestos, desregulaciones, privatizaciones y libre comercio dieron un nuevo impulso a sus alicaídas economías víctimas del exceso de estatismo. Hoy en día existen estatuas a Margaret Thatcher en muchos de los países de Europa del este que ayudó a liberar del comunismo y es uno de los cuatro primeros ministros británicos en toda la historia que también tiene una en la Cámara de los Comunes en Westminster.

Además, Thatcher logró tres victorias electorales sucesivas claras y fue el primer mandatario británico de mayor duración en mas de un siglo, además de la primera mujer en la historia. Sin dudas, la comparación con uno de los referentes políticos del siglo XX puede ser un arma de doble filo, pero también en un mundo en el que los planteos de paños tibios, los compromisos por sobre las convicciones y la fatal corrección política dominan el escenario, muchas personas pueden ser seducidas por un político en Europa que realmente tiene propuestas contundentes.

Liz Truss es una defensora del libre comercio y muchas de las principales críticas que ha recibido es por su plan económico que prevé reducción de impuestos y mayor libertad económica. Ha prometido ganar el cargo con los principios del Partido Conservador y gobernar con esos mismos principios. Ciertamente, en caso de que se concrete la victoria que hoy parece sumamente probable, Truss tendrá la enorme dificultad de llevar a la práctica esas ideas, pero su orientación parece esencialmente sana y correcta. Hacen bien los conservadores, luego de los fiascos sucesivos que han tenido en los últimos años pese a sus triunfos electorales, en intentar retomar la senda de enorme respaldo popular y éxitos concretos de Margaret Thatcher. En todo caso, vale la pena seguir con atención que es lo que ocurrirá en el Reino Unido en los próximos meses.

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