ENTREVISTA

Combustibles: ajustes de tarifas "tendrían que ser semanales", según presidente de Ancap

En entrevista con El País, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic dijo que "gran parte" de los sobrecostos de la estatal "están en otro lado" y no les corresponden. 

Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Estefanía Leal
Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Estefanía Leal

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A dos años de la asunción como presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic dice con orgullo que en lo que va de su gestión se logró revertir el "quiebre moral" que tenía la empresa estatal, que a nivel interno se ha recuperado la motivación y que hoy rige un “entusiasmo casi refundacional”.

Habló sobre los desafíos que tiene por delante Ancap, el nuevo mecanismo de fijación de tarifas de combustibles, el futuro de la refinería, la transición energética hacia combustibles no fósiles, las reformas que se han implementado y el rol de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea). Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Stipanicic tuvo con El País:

-¿Cuáles han sido los principales logros de Ancap este año?

-El año termina muy bien para nosotros. Tanto desde el punto de vista económico como financiero. Entre las cosas más grandes con las que quedo satisfecho es con el resultado de la primera zafra en Bella Unión. Hicimos un cambio tremendamente significativo en el modelo del negocio. Es la primera vez desde que existe Alur que ninguno de los productores queda con deuda después de la zafra. El proceso costó muchísimo, no estuvo exento de discusiones fuertes, hubo resistencias y rechazos pero ahora la comunidad de Bella Unión está muy contenta así que ese es un gran cambio.

También destaco el nuevo mecanismo de fijación de tarifas de combustibles y la posibilidad de que Ancap participe en negocios de hidrógeno verde y de sus derivados porque creo que es la primera vez que Uruguay puede ofrecer algo de producción local que tenga escala mundial.

-A casi un año y medio de aplicación del nuevo mecanismo de fijación de tarifas de combustibles, ¿cómo evalúa el cambio?

-Lo vemos bien. Hay tres coyunturas que se alinearon a favor de los resultados de Ancap: volúmenes de venta mayores, un tipo de cambio que está presionando a la baja que nos beneficia y elevados márgenes de refinación. Todo eso genera una determinada holgura para Ancap, pero pese a eso, se demostró que en coordinación con el Poder Ejecutivo, se ha logrado trasladar a la población una rebaja sustancial en el precio de los combustibles y las finanzas de Ancap no se han resentido.

Lo más importante es que Ancap y el gobierno, no han aprovechado esa oportunidad de capturar una enorme renta monopólica para su beneficio propio, como sí lo han hecho las empresas petroleras a nivel mundial. Se han coordinado los precios de venta al público de forma tal de nunca trasladar 100% lo que pasó en el mundo, pero también cuidando de nunca comprometer las finanzas de Ancap.

En lo que va del año, el mercado monopólico (que es donde aplican las tarifas del Poder Ejecutivo), tiene un resultado en el entorno de cero, con una ganancia mínima hasta septiembre de US$ 6 millones, en casi US$ 3.000 millones de venta. Eso es un cero, es un equilibrio. Y es una muestra de que hay un cuidado muy especial, tanto de Ancap y de las autoridades de gobierno a los efectos de gestionar sensatamente los recursos de la gente.

Con esta frecuencia de ajuste (de las tarifas) mensual, la sintonía fina permite el mejor de los dos mundos, que Ancap no esté acogotada desde el punto de vista de los resultados y que la población no tenga que pagar sobrecostos para financiar un déficit futuro.

Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Estefanía Leal
Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Estefanía Leal

-¿Por qué cree que el mecanismo fue tan criticado?

-Todo se resume en una sola frase: falta de confianza.

-¿Justificada?

-Sí, justificada en la historia. La falta de confianza (de la sociedad) en realidad decía: “el gobierno cuando esté apretado va a tener que tomar una definicion politica”. Y decían eso porque sistemáticamente el Poder Ejecutivo tomó decisiones políticas (al fijar las tarifas de combustibles). Si yo miro la historia y siempre se hizo así “¿por qué ahora debería ser diferente?”. ¿Qué ocurrió en los primeros meses? Los precios internacionales subían y el Ejecutivo se vio forzado a subir porque había establecido una metodología de ajuste automático.

"Lo que tiene que esperar la población es que haya un ajuste a la baja de los combustibles".

-Pero en un momento empezó a alejarse de esa decisión técnica...

-Sí. En determinado momento se empezó a apartar (de la referencia internacional)entonces dijeron: “ah ¿vieron? Se convalida que era una decisión política y no una decisión técnica”, pero no, el Poder Ejecutivo lo que hizo fue administrar la renta monopólica y en lugar de dejarla en Ancap o en las arcas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), decidió en cada momento hacer el menor aumento posible, de forma tal de trasladar menos presión a la economía local pero sin descalzar a Ancap.

¿Qué es lo que ha ocurrido pero todavía no ha ocurrido suficientemente como para que todo el mundo confíe en el sistema? Las bajas. El mercado está a la baja y ya en los últimos meses lo que se ha visto es que no se han cambiado los precios de los combustibles, porque todavía estaban por encima de la paridad de importación. ¿Qué ocurrió en el último ajuste? Los precios de Ancap quedaron casi perfectamente alineados a la paridad de importación. Estamos centésimos por debajo de la paridad, muy cerquita.

-¿Qué puede pasar con el próximo ajuste?

-Si se sigue dando la tendencia de estas últimas semanas, lo que tiene que esperar la población es que haya un ajuste a la baja de los combustibles. ¿Por qué no se puede decir todavía? Porque en el mercado internacional cualquier cosa puede pasar, pero una vez que se empieza a correlacionar que las decisiones son técnicas y la excepcionalidad de la decisión política es siempre a favor de la población y no en favor de las finanzas de Ancap o del Estado, ahí se va a ganar esa confianza.

"El ajuste de precios de las tarifas tendría que ser semanal. Como ocurre con los consignatarios de ganado".

-¿Cree que se le deberían hacer modificaciones al mecanismo?

-Si fuera por mí, el ajuste de precios de las tarifas tendría que ser semanal. Como ocurre por ejemplo con los consignatarios de ganado que se reunen todos los lunes y fijan los precios por semana.

-¿Qué consecuencias tendría eso?

-Una frecuencia mayor de ajuste supone ajustes (de precios) menores, menos traumáticos. También supone una inducción a una práctica competitiva más sana a nivel de los puntos de venta. La noticia de los ajustes de los combustibles antes era la noticia más esperada, ahora ya perdió novedad. ¿Qué estamos viendo? Que en lo que va del año la población pagó US$ 200 millones por debajo de lo que hubiera sido el costo de importar y que las finanzas de Ancap no se resintieron porque el resultado económico en el mercado monopólico es 0. No ganó ni perdió, quedó en donde más justo correspondía que quedara: en la economía local.

RETOS

"Apagar la refinería en 2050"

“Ancap está haciendo sus deberes como para que en 2050 la refinería se pueda apagar. Hoy estamos empezando a transformar la refinería para que si se tiene que transformar en un parque de diversiones, en una bio refinería o en una gran planta de producción de hidrógeno verde pueda hacerlo. Ancap tiene que hacer los deberes. Lo más probable es que se empiece a transformar en una bio refinería, eso requiere inversiones muy importantes.

El escenario aspiracional del gobierno uruguayo es que se deje de refinar petróleo en 2050. Ese escenario puede quedar por encima o por debajo de lo que diga la realidad, pero ya marca la pauta de que la estrategia de nuestro país, un país que está mucho más descarbonizado que la mayoría de los del resto del mundo, establece que la refinería de petróleo dejaría de funcionar ese año. Uno ve el 2050 y ve que falta mucho, pero en realidad cualquier proyecto en una refinería de petróleo lleva no menos de 10-12 años desde que se plantea la idea hasta que se pone en marcha. Pensándolo así no es demasiado el tiempo que nos queda para actuar. El problema con esto es el financiamiento. Los organismos multilaterales, los bancos y algunos fondos de inversión están destinando solamente sus recursos en proyectos ´verdes´.

El riesgo altísimo que existe con eso es que esos proyectos no lleguen a poder entregar la suficiente energía demandada y que la industria del petróleo y el gas tampoco pueda producir (para cumplir con esa demanda) porque se dejó de invertir en esos proyectos. El desequilibrio en el financiamiento está debilitando la oferta actual de energía. La transicición energética ya empezó pero se van a seguir necesitando los combustibles fósiles por muchos años más.

Si el 82% de energía proviene del mundo fósil eso quiere decir que el mundo hoy está necesitando 82% de energía que viene del petróleo gas y carbón, si dejás de invertir en eso alguien va a tener que cubrir esa demanda y los proyectos verdes hoy no son suficientes todavía. Vamos a tener que cambiar este paradigma de que solo se le presta (dinero) a los (proyectos) ´limpios´ y a los ´sucios´ no les prestamos nada, porque sino los ´sucios´ van a terminar siendo cada vez más ´sucios´”.

-El denominado “factor X” (que hacía referencia a los sobrecostos) de Ancap comenzó siendo de $ 2,67 por litro pero solo se aplicó un mes ¿por qué? ¿En cuánto estaría ese factor hoy?

-Lo que pasa es que en realidad el factor X hoy es negativo porque Ancap da un resultado levemente positivo o positivo en todos sus negocios, con precios por debajo de los que fija el mercado. Si los costos internos de Ancap, no son la determinante de los sobrecostos que se pagaron en el pasado, el tema está en otro lado.

-¿Y dónde está?

-Está en el subsidio del supergás, en el subsidio a la plantación de caña de azúcar en Bella Union. Esas dos cosas afectan directamente los números de Ancap pero no están bajo nuestro control estricto, son decisiones de política social por fuera de Ancap.

Nosotros hemos detectado muchas ineficiencias en la interna, algunas las hemos ido corrigiendo y otras se van a ir corrigiendo con el correr del tiempo.

También está el subsidio al boleto del transporte capitalino; los impuestos; los costos de distribución, el márgen que cobran las distribuidoras por operar y los costos y márgenes que tienen las estaciones de servicio. Es un sistema que tiene oportunidades de mejora. (Los costos de distribuidoras y estaciones)están cargados en el precio de venta al público pero ya no es parte de Ancap, no nos beneficiamos de eso.

Nos han echado la culpa a nosotros de los sobrecostos de Ancap en los combustibles, cuando en realidad gran parte de ellos no son de Ancap, son sobrecostos de un sistema que adoptó una forma hace muchos años.

Refinería: el sindicato no quiere cambiar las guardias mínimas. Foto: Archivo El País
Refinería de La Teja, Ancap. Foto: Archivo El País

-¿Cómo evalúa el rol de la Ursea?

-La relación con la Ursea es impecable. A los efectos de los intereses de Ancap, de lo que dependíamos de la Ursea ya se cumplió y se hizo bien, que es la metodología de fijación de precios de los combustibles. Al principio fue objetada por Ancap pero muchas de las cosas que planteamos fueron contempladas. Creemos que hay otras cosas que se pueden contemplar en el futuro pero en general estamos satisfechos.

Y hay que ser justos, Ursea no estaba preparada para tomar el rol que tiene hoy. Es como si se hubiera creado una Ursea totalmente diferente y tomar este nuevo rol lleva un período de transición.

-Ha dicho que quiere implementar más estaciones de servicio en modalidad de autodespacho, pero para eso depende justamente del permiso de la Ursea. ¿Cuáles son los planes en ese sentido?

-Sí. Ancap es una empresa del Estado y por lo tanto, nosotros tenemos que asegurar el suministro de combustibles aún cuando no sea tan conveniente económicamente frente a otras opciones. No nos podemos dar el lujo desde Ancap de segmentar la localización de nuestras estaciones de servicios y quedarnos con la crema del mercado.

Nosotros vamos a estar en todos los lugares donde se demande combustible. Puede ser una estación de servicio en modalidad autodespacho, un camión de reparto o combustible envasado en el supermercado. El fraccionamiento de combustible ocurre, lo ves al ir por la ruta y es bastante más caro que en la estación de servicio así que ¿por qué no?

El tema es que en Uruguay tenemos el no fácil. Todos queremos que el cambio se produzca en la casa del vecino, pero no se puede decir que no a todo, hay que romper con eso.

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