ALEMANIA

Olaf Scholz, el canciller que liderará la era post Angela Merkel

De 63 años y que todavía tiene que ser investido por los diputados del Bundestag, prometió que hará todo lo posible para combatir la nueva ola de COVID-19 que sacude a Alemania.

Olaf Scholz. Foto: AFP
Olaf Scholz. Foto: AFP

Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD) y en coalición con los Verdes y el Partido Liberal (FDP), iniciará en diciembre la era post Angela Merkel como canciller de Alemania.

Estos tres partidos acordaron un programa bautizado “Atreverse a más progreso. Alianza para la libertad, la justicia y la sostenibilidad”, con grandes propuestas medioambientales, como avanzar el fin del uso del carbón a 2030, en lugar de 2038.

Nunca esta combinación política estuvo en el poder en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.

Por primera vez desde hace 16 años, el SPD, que ganó con 25,7% de votos los comicios legislativos, dirigirá de nuevo el gobierno de la principal economía europea.

Olaf Scholz, de 63 años y que todavía tiene que ser investido por los diputados del Bundestag, prometió que hará todo lo posible para combatir la nueva ola de COVID-19 que sacude a Alemania, la peor desde el inicio de la pandemia.

Scholz ya dio sus primeros pasos en la escena internacional al acompañar a Merkel en la cumbre del G20 el mes pasado en Roma.

El nuevo canciller fue ministro de Finanzas de Merkel. Su imagen sufrió con los graves disturbios registrados en Hamburgo durante la cumbre del G20 en 2017, cuando era alcalde-gobernador de la ciudad estado, y en 2020 se vio salpicada por el escándalo Wirecard.

Sus detractores le achacan falta de empatía y le han comparado incluso con un robot, pero Scholz ha sabido explotar su figura de gris funcionario a su favor, transmitiendo la idea de que es un garante de estabilidad.

Scholz (nacido en 1959 en Osnabrück, en el norte de Alemania) saltó al primer plano durante la era del último canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder.

Entre 2002 y 2004, cuando Schröder no sólo era canciller sino también presidente del SPD, Scholz fue secretario general del partido y, como tal, un defensor radical del paquete de reformas conocidas como la Agenda 2010.

Esta iniciativa de Schröder implicaba recortes sociales y llevó a una escisión dentro del SPD y al surgimiento del partido La Izquierda, en el que los disidentes socialdemócratas se unieron a los postcomunistas.

Siendo secretario general, Scholz declaró que las diferencias que tenía el SPD con La Izquierda eran más grandes que las que tenía con cualquier otro partido. En esos momentos todavía no existía la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Su carácter pragmático se puso de relieve durante su gestión como ministro de Trabajo de la primera gran coalición de Merkel, cuando fue responsable de la ley que establecía un aumento paulatino de la edad de jubilación hasta los 67 años.

Luego, como ministro de Economía se mostró partidario a recurrir al gasto en momentos en que lo considera necesario, sin pensar demasiado en la financiación. Lo hizo durante la pandemia. Tras una década de acumular excedentes, Alemania contrajo miles de millones de euros en nuevas deudas desde 2020, en detrimento de sus estrictas reglas constitucionales.

Olaf Scholz. Foto: AFP
Olaf Scholz. Foto: AFP

“Todo eso es caro, pero no hacer nada sería aún más caro”, insistió Scholz, desde su cargo de ministro de Finanzas, para justificar los gastos en plena pandemia del COVID-19.

Impulsó la ley que reglamentaba la jornada reducida subvencionada, que evitó que el paro se disparara en Alemania.

“Scholz estaba dispuesto a gastar dinero cuando lo consideraba políticamente necesario”, explicaba un analista del periódico económico Handelsblatt, Chistoph Kapalschinski, en un artículo titulado “La financiación se arregla después”.

Olaf Scholz se unió al SPD a los 17 años. Entonces tenía cabello largo y coqueteaba con las ideas más de izquierda del partido. Se hizo abogado especialista en derecho laboral y en 1998 fue elegido diputado.

En las elecciones de septiembre, el SPD liderado por Scholz logró una corta victoria, relegando a segundo lugar a la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel.

Su camino hacia la cancillería quedaba despejado.

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