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Misión histórica: viaje espacial de un año para desviar un asteroide

El cohete demorará unos 10 meses en llegar al asteroide. El impacto se producirá cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra.

Lanzamiento de cohete espacial de la NASA. Foto: AFP
Lanzamiento de cohete espacial de la NASA. Foto: AFP

Una de las misiones más extraordinarias de la NASA está en marcha: hacer estrellar deliberadamente una nave espacial contra un asteroide, un ensayo en caso de que la humanidad necesite un día impedir que una roca espacial gigante acabe con la vida en la Tierra.

Puede sonar a ciencia ficción, pero el DART (Double Asteroid Redirection Test) es un experimento real.

El aparato despegó a las 03.21 hora de Uruguay de este miércoles, a bordo de un cohete SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.

Su objetivo es Dimorphos, una “luna” de unos 160 metros de ancho, que rodea a un asteroide mucho mayor llamado Didymos (780 metros de diámetro). Juntos, forman un sistema que órbita en torno del Sol.

“Asteroide Dimorphos, ¡vamos por ti!”, tuiteó la NASA después del lanzamiento.

El cohete demorará unos 10 meses en llegar al asteroide. El impacto se producirá cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra, el punto más cercano al que pueden llegar.

Se estrellará contra Dimorphos a algo más de 24.000 kilómetros por hora, lo que provocará un pequeño cambio en el movimiento del asteroide.

Su órbita nunca se cruza con nuestro planeta, lo que proporciona una forma segura de medir el efecto del impacto, que está previsto que se produzca entre el 26 de septiembre y el 1 de octubre de 2022.

La colisión será registrada por un satélite del tamaño de un maletín llamado CubeSat, que ha sido desarrollado por la Agencia Espacial Italiana. Ese cubículo se desplegará poco antes de la colisión para capturar imágenes y vídeos del impacto y de sus efectos en Dimorphos.

“Lo que estamos tratando de aprender es cómo desviar una amenaza”, dijo el principal científico de la NASA, Thomas Zuburchen, sobre el proyecto de 330 millones de dólares y el primero de este tipo.

Para dejarlo en claro: los asteroides no suponen ninguna amenaza para nuestro planeta. Pero pertenecen a una clase de cuerpos conocidos como Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs): asteroides y cometas que se acercan a menos de 50 millones de kilómetros de nuestro planeta.

La Oficina de Coordinación de la Defensa Planetaria de la NASA está más interesada en los cuerpos que tienen un tamaño superior a los 140 metros, puesto que tienen el potencial de arrasar ciudades o regiones enteras con una energía varias veces superior a la de las bombas nucleares normales.

Se conocen 10.000 asteroides cercanos a la Tierra de un tamaño de 140 metros o más, pero ninguno tiene una posibilidad significativa de impactar en los próximos 100 años. No obstante, se estima que hasta la fecha sólo se ha encontrado un 40% de esos asteroides. (Con información de AFP y EFE)

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