LOS ECOS DE LA DERROTA K EN LAS PASO

Alberto Fernández promete corregir y "hacer lo que no hicimos"

El gobierno argentino prepara algunas medidas que le ayuden a recuperar los votos perdidos en las internas del domingo.

El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner en un acto político en Argentina. Foto: AFP
El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner en un acto político en Argentina. Foto: AFP

El kirchnerismo sigue procesando la derrota en las internas del domingo, con el presidente Alberto Fernández prometiendo públicamente “corregir” lo que hicieron mal, ahora con la mira puesta en las legislativas del 14 de noviembre.

“Sabemos que tenemos cosas que corregir. Lo que hicimos mal, lo corregiremos; lo que no hicimos, lo haremos; los errores cometidos, no los volveremos a cometer, pero por favor no condenemos al país al retroceso”, afirmó ayer martes el presidente.

Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo fueron un plebiscito sobre la gestión del gobierno de Alberto Fernández-Cristina Kirchner, marcada por la pandemia del COVID-19 y la continuidad de la recesión que comenzó en 2018.

Las PASO definieron el orden de los candidatos de los partidos políticos para las legislativas de noviembre.

Según el conteo provisional de los comicios de este domingo, las listas de precandidatos a diputados del oficialista Frente de Todos fueron las más votadas solo en 7 de las 24 jurisdicciones, frente a las 14 en las que el opositor Juntos por el Cambio del expresidente Mauricio Macri fue la fuerza más popular. En el caso de las listas para el Senado, el Gobierno lideró en apenas 2 de las 8 provincias en juego.

El 14 de noviembre se renovarán 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados -donde ahora ningún grupo tiene mayoría absoluta- y 24 de los 72 del Senado, dominado por el oficialismo.

"Poner plata".

Mientras el presidente Fernández promete corregir lo hecho mal, en la interna del kirchnerismo surgen críticas al rumbo del Gobierno y pedidos de endurecer el discurso por parte de los senadores oficialistas, que todavía no terminan de asimilar el golpe de las primarias y que ven muy difícil que en noviembre se pueda revertir la historia.

“Estamos todos shockeados”, fue la frase que utilizó un veterano senador peronista para graficar el estado de ánimo en las huestes oficialistas de la Cámara alta, según una nota de La Nación.

La vicepresidenta Cristina Kirchner encabezó en la tarde del lunes una reunión en su despacho de la presidencia del Senado con su hijo y presidente del bloque oficialista de Diputados, Máximo Kirchner; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; y el ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés Larroque. Pero de lo que allí se habló poco había trascendido hacia los senadores que en los últimos dos años ejecutaron sin cortapisas las órdenes de la vicepresidenta.

A priori, el panorama no es alentador y los legisladores oficialistas lo saben. De repetirse los resultados del último domingo, el bloque del Frente de Todos quedaría reducido a 35 senadores, dos por debajo del quórum, y Cristina Kirchner ya no podrá manejar con su propia tropa los tiempos de la Cámara alta, como lo hizo en los últimos dos años, sino que deberá apelar al apoyo de fuerzas provinciales.

Cristina Kirchner le habla al oído a Massa mientras el presidente Alberto Fernández habla. Foto: ARGRA
Cristina Kirchner le habla al oído a Massa mientras el presidente Alberto Fernández habla. Foto: ARGRA

Todavía aturdidos por el impacto de las primarias y sin mayores precisiones de lo que se analiza en los centros del poder oficialista, los senadores del Frente de Todos se enfrascaron en las últimas 48 horas en un proceso de catarsis en el que se escucharon múltiples explicaciones sobre el resultado de las primarias. Sin embargo, hubo una fuerte coincidencia en el diagnóstico de cómo tratar de remontar la cuesta: endurecer el discurso kirchnerista y poner plata en el bolsillo de la gente son las respuestas que más se repiten.

“Perdimos gente nuestra, votos propios”, explicó a La Nación un senador kirchnerista, para quien gran parte de la baja participación en las primarias se explica en “los desilusionados” con un Gobierno que “está haciendo macrismo implícito”.

En otro despacho, el diagnóstico es coincidente. “Este es un gabinete muy tibio, que no se juega”, afirmó un legislador norteño, poniendo el énfasis de la derrota en la gestión de Alberto Fernández y, sobre todo, de su equipo de colaboradores. “Se debatió en la campaña como si no hubiera habido una pandemia, como si fueran tiempos normales”, agregó.

En los despachos más kirchneristas, la bronca con el Gobierno es inocultable. Así, un senador con aceitada llegada a la vicepresidenta se quejó por lo que calificó como “un destrato muy fuerte” de Alberto Fernández. “Ni un café a Casa Rosada nos convocaron y eso es porque en el Gobierno ven al Senado como territorio de Cristina”, sentenció.

También se escucharon críticas a los errores no forzados del Gobierno, como el cumpleaños de la primera dama Fabiola Yáñez en la residencia oficial de Olivos en plena cuarentena estricta. “Los 50.000 millones de dólares de endeudamiento de Macri quedan abstractos al lado de la foto de Olivos, que vio todo el mundo”, se lamentó el legislador norteño.

Algunos, los menos, reconocen que el rumbo económico jugó un papel importante en la elección del domingo y piden acciones concretas.

Alberto Fernández. Foto: AFP
Alberto Fernández. Foto: AFP

“Hay que poner plata en el bolsillo de la gente”, reclamó un senador patagónico, quien no puede dejar de ver con pesimismo el futuro. “Dos meses es poco tiempo, no creo que se pueda revertir lo del domingo”, remató.

Por el momento, no hay previstas acciones legislativas, aunque se espera que en los próximos días el oficialismo muestre algún tipo de reacción que se traduzca en trabajo en las comisiones o en el recinto de la Cámara. (Con información de EFE y La Nación/GDA).

Después de un lunes al alza, ayer bajó la bolsa

El índice S&P Merval de las empresas líderes en la Bolsa de Buenos Aires cerró ayer martes con un descenso del 1,34%. Por su parte, el S&P BYMA se ubicó al finalizar la jornada en 3.290.571,57 unidades, con una caída del 1,53%. Tras la reacción positiva de los mercados el lunes ante la derrota electoral del Gobierno en las primarias, los activos argentinos volvieron a comportarse de forma negativa. El volumen de negocios operado en acciones totalizó unos 18,4 millones de dólares.

Los títulos públicos argentinos se mantuvieron estables, mientras que el índice de riesgo país subió un 0,4% hasta los 1.496 puntos básicos.

En el mercado de divisas, el dólar se mantuvo estable en el Banco Nación, donde cerró a 97,25 pesos para la compra y a 103,25 pesos para la venta al público, mientras que en la plaza oficial mayorista aumentó doce centavos a 98,21 pesos. Por su parte, la cotización del dólar en el mercado informal subió 1,50 pesos y quedó en 182,50 pesos.

Inflación afloja en agosto, pero sigue elevada
Buenos Aires: analizan cerrar los comercios no esenciales los sábados y domingos. Foto: EFE

La inflación en Argentina fue en agosto del 2,5%, la tasa más baja desde julio del año pasado, pero los expertos no descartan una nueva aceleración en los próximos meses. De acuerdo con los datos difundidos ayer martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), con el 2,5% en comparación con julio último, la inflación interanual es de 51,4%.

En los ocho primeros meses del año los precios acumularon un aumento del 32,3%, superando la meta del 29% fijada por el Gobierno para todo 2021.

Desde el Ejecutivo aseguran que los precios marchan por una “senda decreciente”. “Hoy Argentina está establecida en un proceso gradual y persistente de desinflación”, afirmó hace unos días el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Sin embargo, no todos interpretan la curva del comportamiento de los precios como un sendero consolidado de desinflación: hay expertos que prefieren hablar de “inercia” inflacionaria y de un “amesetamiento” de los precios en una tasa cercana al 3% mensual, muy alta cuando se la proyecta en forma anualizada. “Tras el pico de marzo, la inflación mostró cierta reducción hasta junio para después amesetarse en torno al 3 %”, dijo la consultora Analytica en un informe.

Observando la dinámica actual de los precios, los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas proyectan que la inflación será este año del 48,4%, muy por encima de la tasa del 36,1% de 2020.

De acuerdo con estas previsiones, la inflación sería del 2,7% en septiembre y también en octubre, pero acelerándose nuevamente desde noviembre y hasta enero de 2022, cuando tocaría el 3,3%.

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