CALIDAD DE VIDA

Daniel López Rosetti: "La felicidad no existe si no la buscás, si no la promovés"

El prestigioso cardiólogo argentino presentó en Calidad de vida su libro Estrés, sufrimiento y felicidad.

"La felicidad no existe si no la buscás, si no la promovés. La felicidad no es espontánea como tampoco lo son la paz, la serenidad o la calma y mucho menos en el mundo de hoy”, enfatizó el cardiólogo argentino Daniel López Rosetti, autor del reciente libro Estrés, sufrimiento y felicidad.

En entrevista en Calidad de Vida en El País, el también director de la División Estrés del Hospital de San Isidro y del Departamento de Estrés de la Organización Mundial de la Salud Mental (WFMH, por su sigla en inglés), dio pautas para transformar el sufrimiento en bienestar y recordó el viejo poema Desiderata (1927) que dice en su último verso: “Esfuérzate por ser feliz”.

Sentimientos

¿Qué es la felicidad? La mayoría de las personas diría que la felicidad son “momentos” y no es un error, pero el momento corresponde con “emociones”.

López Rosetti diferenció las emociones básicas de las secundarias. Las primeras son seis: miedo, ira, alegría, tristeza, asco y sorpresa. Estas se caracterizan por durar poco tiempo, por ser visibles y por “tener rostro”. Es decir, esas emociones se acompañan con una expresión que es parte de un programa biológico y no es aprendida. “Un ciego de nacimiento va a poner cara de alegría cuando sienta alegría y nunca vio ese rostro”, apuntó el médico en la entrevista.

Las emociones secundarias o sentimientos son más complejos y se pueden experimentar de forma continuada en el tiempo. Estos son: odio, culpa, vergüenza, orgullo, fe, esperanza, amor y felicidad.

“Son sensaciones experienciales de fondo que, sin ser intensas, uno las tiene de forma sostenida en el tiempo”, explicó. Y si se piensa en la felicidad, puede ser una cena con amigos, una cita con la pareja o un rato escuchando música o cualquier actividad por la que la persona siente paz, serenidad y calma. “Eso es felicidad”, dijo. Y esta no es ni un momento, ni es éxtasis, ni es euforia.

Por lo tanto, “la felicidad no es espontánea”, sino que debe ser buscada y construida. “Algo de pila le tenés que poner para ser feliz”, añadió el especialista.

Esto se debe a que, tal como dijo Buda: “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es optativo”. En este sentido, el estrés es sinónimo de sufrimiento. Biológicamente se manifiesta, por ejemplo, en el aumento de cortisol, adrenalina y de varias proteínas, también en vasoconstricción, coagulado de sangre e hiperactividad de la actividad bioeléctrica.

“Hay una gran cantidad de cosas biológicas que pasan y que son medibles cuando una persona la pasa mal”, relató López Rosetti.

Daniel López Rosetti en Calidad de Vida. Foto: Captura de video
Daniel López Rosetti en Calidad de Vida. Foto: Captura de video

El estrés comienza de esta forma: “Cuando la mochila que lleva una persona todos los días le pesa más de lo que puede llevar y lo que hasta ayer era cargable empieza a no ser tolerable”. No hay que perder de vista que el estrés es un fenómeno normal que alcanza a todos. No existe la vida sin estrés. Vivir implica necesariamente cierto nivel de estrés.

Herramientas

Con todo, López Rosetti afirmó en esta entrega de Calidad de Vida en El País que existen herramientas para “ir en búsqueda de un bienestar subjetivo percibido” o, en otras palabras, de la felicidad. Una vía es la medicina y otra es la psicología.

Y, a su juicio, “la frontera final es la filosofía de vida”. No se trata de filosofía abstracta o de complejas teorías, sino de herramientas filosóficas que “permitan llevar la vida y las cartas que me tocaron del mejor modo posible”.

En el libro Estrés, sufrimiento y felicidad, el autor propone desde técnicas de respiración, de relajación psicofísica y de meditación mindfulness hasta la introducción a la sabiduría de la filosofía estoica.

“Hay herramientas; lo que pasa es que no tenemos la educación emocional para usarlas. Algunos las tienen espontáneamente, otras las tienen que aprender y otros se vieron forzados a usarlas. La frontera final de la filosofía de vida es cómo se toma uno la realidad”, apuntó en Calidad de Vida. En este sentido, el médico sostuvo que “todos pueden estar mejor de lo que están” y, por ende, ser más felices.

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