AGRESIÓN EN LA CÁRCEL

Policía le disparó en el ojo a un preso

La víctima dice que sufrió represalias tras declarar por la muerte de otro recluso en Rivera.

Arma de efectivo. Foto: Fernando Ponzetto
Arma de efectivo. Foto: Fernando Ponzetto

Diego Sanguinetti Santamarina, de 31 años, se encontraba privado de libertad en la Unidad N12 Cerro Carancho (Rivera) y recibió un disparo en un ojo por parte de un policía de la unidad. La herida fue grave y lo trasladaron al Hospital de Clínicas en Montevideo -en donde ahora se encuentra internado- para que fuera operado. El viernes fue su tercera intervención.

El disparo, según el recluso, fue a modo de represalia luego de que saliera de la cárcel para declarar en la Justicia por el asesinato de un compañero de celda.

En la madrugada del 14 de agosto mataron a Gabis Ayres Alzamendi, de 29 años, en el sector 4 A de Cerro Carancho. El fallecido compartía celda con Sanguinetti y murió desangrado en los brazos de él, según dijo a El País el abogado del herido, Diego Echeverrito. Otros reclusos apuñalaron a Ayres en el pecho, abdomen y espalda con cortes carcelarios e hirieron la cabeza de otro hombre que estaba en la celda, aunque de manera superficial.

Él fue interrogado por la fiscal de Rivera Alejandra Domínguez, pero dijo que no logró ver quién fue el que mató a su compañero de celda.

Sanguinetti también fue a declarar al juzgado y allí dijo que Ayres murió, en parte, por la demora de la asistencia de los policías de la unidad. Cuando regresó a la prisión, luego de declarar, uno de los policías le disparó con una escopeta de bala de goma en la cara. Él sostiene que los disparos fueron porque su declaración “molestó mucho” a los policías y por eso “lo reprimieron mal”, según relató.

El caso llegó al comisionado parlamentario penitenciario, Juan Miguel Petit, que solicitó que se active una acción urgente del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) por el uso irregular de la fuerza. “Todo indica que fue un uso irregular de la fuerza porque no se puede disparar en el rostro a menos de 10 metros”, señaló una fuente carcelaria.

La foto de la herida y las consecuencias en su salud evidencian, según la fuente, que el disparo con bala de goma no estuvo dentro del protocolo. Por otro lado, el abogado Echeverrito realizó un habeas corpus para que se lo traslade a otro establecimiento carcelario, pero el INR se negó.

La madre de Sanguinetti dijo a El País que su hijo perdió la visión del ojo izquierdo porque la bala impactó justo allí y ahora está alojada en la cabeza. Y explicó que los neurólogos no quisieron sacar la bala porque moverla podría afectar parte del cerebro y se complicarían algunas funciones como el habla y la movilidad.

“Espero y confío en que se haga justicia porque esto fue con saña. El policía sabía lo que estaba haciendo”, expresó.

Por otro lado, desde el Ministerio del Interior dijeron a El País que el disparo que recibió Sanguinetti fue producto de disturbios que ocurrieron a las 22:30 horas del 29 de agosto.

Los privados de libertad de cuatro celdas del sector 4 A de Cerro Carancho cortaron la energía y salieron al corredor con cortes carcelarios. También hubo fuego, aunque controlado. La Policía ingresó para disuadir con munición menos que letal.

Si bien no hay detalles de lo que habría hecho Sanguinetti, Interior señaló que estuvo involucrado y la herida grave que afectó su visión del ojo izquierdo fue porque los policías tuvieron que controlar la situación sin que hubiera luz.

Sanguinetti fue trasladado a la unidad de Rivera el 5 de julio y era un recluso “conflictivo”; ya había participado en otros disturbios, indicó la cartera.

En este año hubo 31 muertes

Según datos del Comisionado Parlamentario Penitenciario, en lo que va del 2022 ocurrieron 31 muertes dentro de unidades penitenciarias. De este total, 10 fueron homicidios, ocho suicidios, una fue un accidente, otra fue una muerte dudosa y 11 fueron por enfermedad. La población carcelaria de 2022 es, en promedio, de 14.500 personas distribuidas en 26 unidades.

En 2021 hubo 86 muertes en custodia

En el informe anual que realizó el Comisionado Parlamentario Penitenciario, encabezado por Juan Miguel Petit, se destacó el récord de muertes bajo custodia, que alcanzó una cifra de 86 fallecidos. Este número está muy por encima del año anterior, en donde hubo 48 muertes intracarcelarias.

A este año récord le sigue el total de muertes del 2010, año en el que ocurrieron 53 fallecimientos en unidades penitenciarias.

En el informe anual también se indica la razón detrás de cada una de las muertes violentas que hubo en centros en 2021. Uno de ellos fue el caso de Eduardo Ramírez que murió a el 5 de julio a los 35 años mientras estaba aislado en una celda de Punta de Rieles.

Murió envuelto en una sábana ensangrentada, sobre una frazada que usaba de colchón. Los operadores notaron su cuerpo inerte luego de 14 horas.

Otra de las historias es la de Jonathan, de 24 años, que murió el 3 de enero de 2021. Presentaba ‘vómitos negros’ cada 15 minutos producto de una puñalada que había recibido hacía cuatro días y cuando el médico fue a su celda ya estaba muerto.

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