JUDICIALES

Caso Astesiano: investigan a policías por no seguir directivas de la fiscal

Gabriela Fossati entendió que la detención del excustodio presidencial no siguió sus directivas.

La fiscal Gabriela Fossati. Foto: Leonardo Mainé
La fiscal Gabriela Fossati. Foto: Leonardo Mainé

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La investigación del caso Astesiano alcanzó ribetes impensados. Además del excustodio presidencial Alejandro Astesiano y falsificadores de documentos, ahora hay un grupo de policías en la mira de la fiscal de Flagrancia de 12° Turno, Gabriela Fossati.

La investigación de las partidas de nacimiento falsas de rusos para obtener la ciudadanía y pasaportes uruguayos comenzó en enero de este año tras información proporcionada por la Dirección de Identificación Civil.

En un principio, esa investigación no era prioridad para Fossati. Una de sus fiscales adjuntas siguió indagando, mientras la Fiscalía atendía otros casos más relevantes. Algo, esperable ya que la sede tiene más de 520 expedientes.

La fiscal Fossati decidió darle prioridad a esa investigación en septiembre luego de que el ruso Román K. intentó tramitar la ciudadanía uruguaya con documentos falsos. Román K. fue condenado y ahora enfrenta medidas alternativas a la prisión.

A partir de ahí, Fossati comenzó a trabajar con intensidad junto con sus dos fiscales adjuntas, Giuliana Realini y Gloria Nicolini. Las incautaciones del teléfono de Román K. y las interceptaciones de llamadas con personas que le vendieron al ruso el pasaporte apócrifo, entre otros medios de pruebas, llevaron a Fossati hacia Astesiano. Cuando la fiscal decidió la detención del excustodio, se percató que este se encontraba en Costa Rica en un viaje con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou y su familia.

Fossati solicitó la orden de detención al juez de garantías, Alejandro Asteggiante Blanco, para el domingo 25 de septiembre, cuando el avión que transportaba al presidente arribara a la base de la Fuerza Aérea ubicada al lado del Aeropuerto de Carrasco.

En ese momento, Fossati y sus dos fiscales adjuntas investigaban el caso con la ayuda de un equipo de tres oficiales de la Dirección Nacional de Inteligencia Policial bajo una reserva total de la investigación, según dijeron a El País dos fuentes del caso. A partir de ahí, las directivas de la Fiscalía y las seguidas por los policías continuaron por carriles distintos. Para la detención de Astesiano, Fossati dispuso que dos equipos policiales se instalaran en la base aérea y en la casa de Astesiano. También ordenó que se hiciera un seguimiento de Astesiano y se lo detuviera en la casa.

¿Cuál era el objetivo de la fiscal con esta estrategia? Fossati buscaba incautar todos los teléfonos celulares de Astesiano. Sin embargo, la detención no salió como lo previó la fiscal. Por supuesta falta de vehículos, los equipos de Inteligencia no fueron a la base aérea ni a la casa del excustodio.

Los policías actuantes optaron por conformar un equipo liderado por un jerarca de esa oficina y detener a Astesiano cuando arribara a la residencia presidencial de Suárez y Reyes.

Según las fuentes, Fossati no fue informada de este cambio en el procedimiento de detención de Astesiano.

El equipo de Inteligencia Policial llegó a la residencia presidencial. Los policías se identificaron ante la guardia y se les permitió el ingreso al edificio. Allí informaron que tenían una orden de detención.

Una funcionaria llamó a Astesiano y le pasó con el jerarca policial. A su vez, el oficial superior le pidió a Astesiano que le comunicara con el presidente. Astesiano así lo hizo. El jerarca policial informó a Lacalle Pou que se encontraba en la residencial presidencial y que tenía una orden de detención. No explicó contra quien era dicha orden, según las fuentes.

Durante la comunicación, el jerarca supo que la delegación iba camino a la residencia de Suárez y Reyes. Al arribar la comitiva, Astesiano fue detenido. Luego, el presidente ordenó a su entonces custodio que entregara el celular a la Policía.

Lo único que Lacalle Pou pidió a la Policía fue que se resguardara sus comunicaciones personales entre su custodia y él (ver nota aparte).

Astesiano fue sacado de la sala por dos policías de Inteligencia y llevado detenido hacia las oficinas de esa repartición.

Poco después, los desencuentros entre Fossati y los policías actuantes continuaron. La fiscal pretendía la reserva absoluta sobre la detención del excustodio para poder ella informar directamente al fiscal de Corte, Juan Gómez. Sin embargo, según las fuentes, Fossati no pudo hacerlo porque el Comando de la Policía se enteró de la detención de Astesiano a través de canales de mando, informó sobre ello al ministro del Interior, Luis Alberto Heber y este llamó a Gómez.

Para ese entonces, la cúpula del Ministerio del Interior y más de una decena de policías ya sabían que Astesiano había sido detenido por la causa de falsificación de documentos. La reserva de la investigación ya no existía. Es decir, se habría violado una orden de la fiscal que, según la ley, es la titular de la investigación.

Otro aspecto que molestó a Fossati fue que la orden judicial establecía que se debía incautar equipos y celulares de Astesiano. La fiscal sospechaba que el excustodio tenía tres celulares, de los cuales uno podía ser de Presidencia de la República.

Las fuentes señalaron que Fossati consideró que la orden judicial no incluía un celular de Presidencia y que, por ende, la entrega de ese aparato debía ser voluntaria, cosa que sucedió.

Los desencuentros entre la Fiscalía y el equipo policial siguieron dándose porque la fiscal entendió que el jerarca actuante no ordenó que se resguardara la información solicitada por Lacalle Pou. Por ende, según las fuentes, Fossati dispuso que el jerarca debía ser apartado del caso.

Lacalle Pou dispuesto a ir a declarar

El presidente Luis Lacalle Pou afirmó que “nunca se obstruyó” la investigación de Fiscalía en el marco del caso que involucra a su excustodio Alejandro Astesiano, y contó que le transmitió su “preocupación” al fiscal de Corte, por las “conversaciones personales” que hay en el celular del exjefe de la custodia presidencial, una persona que era de su extrema confianza.

Las declaraciones llegaron después de que se conociera que la fiscal Gabriela Fossati, a cargo de la causa, accedió a no analizar esos chats para poder tener en sus manos el celular del ahora imputado.

Fossati dijo que “teniendo en cuenta” la investidura de Lacalle Pou, y “que hizo una entrega voluntaria” del celular de Astesiano, le “pareció sumamente razonable” el pedido. No obstante, Lacalle Pou aclaró que, si la Justicia decide tener acceso a las conversaciones de él con Astesiano, esos chats “están”. Y consultado en rueda de prensa sobre si está dispuesto a declarar en Fiscalía, Lacalle Pou dijo: “Estoy a la orden de todo el mundo”. Y agregó que espera que “cuando pase todo esto y la Justicia falle, sea cual sea el resultado”, se expresen los que “hicieron un uso político partidario sin medir el supuesto deterioro que ellos adjudican de la institucionalidad”.

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