CON LOS HIJOS

Guardia pediátrica: síntomas del Estreptococo A y cuándo consultar de inmediato

Alicia Fernández, nuestra pediatra de cabecera, recuerda que este no es un patógeno nuevo y señala qué signos de alerta o peligro deben motivar la consulta inmediata.

niño enfermo, niño con fiebre
Foto: Pixabay

Las infecciones por Estreptococo Betahemolítico del Grupo A también conocido como pyogenes, me motivan a escribir esta columna, que siempre surge a partir de alguna consulta o hecho que merece nuestra atención.

Si bien es correcto ser prudentes, no podemos ni debemos generar alarma pública, sino explicar de qué se trata para que padres y cuidadores comprendan de qué hablamos.

Hace pocas semanas, la muerte de un niño y la internación de otro con un cuadro grave causado por esta bacteria fue el detonante de la alerta.

Es verdad que, en otros años, incluidos obviamente los de la pandemia, al comenzar el calor, las patologías que llevaban a las consulta a nuestros niños no eran respiratorias. Sin embargo, este año, el primero de la era pospandemia, es diferente y continúan las consultas y las internaciones por estas causas, a los que se suma la bacteria a la que dedicamos esta columna.

Hipótesis de porque está sucediendo esto, varias, pero hablaremos hoy de ello.

Esta bacteria no tiene prevención con inmunizaciones y el haber padecido una enfermedad provocada por este agente, no protege de adquirir nuevamente otra en algún momento a lo largo de la infancia.

¿No teníamos antes infecciones por Estreptococo Beta Hemolítico del Grupo A? Siempre tuvimos, es agente frecuente de faringitis, infecciones cutáneas como el impétigo, agente de la escarlatina, una de las fiebres exantemáticas de la infancia, causa neumonías, como manifestaciones más frecuentes e incluso algunas posinfecciosas con afectación renal o cardíaca conocidas como glomerulonefritis aguda y fiebre reumática.

De la primera a lo largo del ejercicio de mi profesión como pediatra he visto varias, de la segunda llevo muchos años sin ver ninguna.

Los padres consultan y los niños reciben el tratamiento adecuado, en este caso sí con antibióticos, la amoxicilina es efectiva. Las infecciones virales no se tratan con antibióticos, pero esta es una infección bacteriana y sin duda corresponde hacerlo.

Ustedes se preguntarán, ¿cuántas veces consultan por dolor de garganta o fiebre con sus hijos y los pediatras no recetamos antibióticos? La respuesta es simple: si no son cuadros bacterianos, no debemos recetarlos y actuando de esta forma, evitamos que el uso inadecuado o inapropiado de antibióticos haga que una bacteria pueda hacerse resistente al mismo.
Pese a este concepto que es fundamental, se siguen indicando tratamiento antibióticos en situaciones que no deberíamos hacerlo.

En muchos casos, ante un niño mayor de 2 años* con fiebre —con o sin dolor de garganta— en el examen físico se encuentra una garganta congestiva y se realiza un Test Pack. Esta prueba, se hace con un hisopo que toca la faringe, justamente buscando el agente al que nos referimos en esta columna. Si este test es positivo, listo, el tratamiento antibiótico se impone.

*Dos años porque, por lo general, los más pequeñitos no tienen receptores en su faringe para este agente y no hacen anginas bacterianas, obvio sí virales en el contexto de cuadros de esa misma etiología.

Sin embargo, podemos tener una angina realmente Estreptocócica y esta prueba ser negativa. Muchos pediatras indican exudado faríngeo y deciden esperar (por lo menos) 48 horas por su resultado. Otros, optan por tratarlo con antibióticos y si la angina es típica, eso también es correcto.

Son anginas muy dolorosas, la garganta está muy eritematosa o roja, hay unas manchitas rojas en el paladar blando, es decir en la parte posterior del paladar, como un piqueteado y puede haber exudado en amígdalas, además de ganglios dolorosos en el cuello. En estos casos, aún con test pack negativo el tratamiento hay que hacerlo y mantenerlo por lo menos 7 días completos.

Habitualmente, al tercer día de tratamiento el niño está perfecto y muchos padres deciden suspenderlo, eso no es correcto, hay que finalizar los días recomendados.

Si el niño no toma los antibióticos y es una angina estreptocócica, el tratamiento debe realizarse y en ese caso la recomendación es la administración de penicilina benzatínica (benzetazil) intramuscular, en única dosis (que dependerá de la edad).

La escarlatina, enfermedad exantemática de la infancia, tiene tres síntomas presentes: la angina (como la que referimos previamente), la fiebre elevada y la erupción características, eritematosa, como una lija al tacto.

Habitualmente aparece un caso en el jardín o en la escuela y se contagian otros niños. Su evolución suele ser sin problemas si se cumple el tratamiento recomendado por el pediatra (reposo, líquidos y alimentos blandos y fríos, los helados son buenos aliados de los niños en estos casos, analgésicos/antitérmicos como dipirona, ibuprofeno, paracetamol en las dosis correctas y antibióticos).

Las neumonías son infecciones pulmonares, el diagnóstico es clínico y radiológico, la necesidad de internación dependerá de la situación del niño, la extensión de la misma, la existencia o no de un derrame pleural y en los casos que no haya indicación de internación por la neumonía en si misma, esta puede ser necesaria si el médico duda que se cumpla el tratamiento antibiótico correctamente que en estos casos es vía oral , cada 8 horas y durante 10 días.

De las infecciones de piel por este agente, ya nos referimos en otra columna. Lo que denominamos impétigo, que puede complicarse con una celulitis, esta última si puede tener indicación de tratamiento antibiótico intravenosa y justificar internación.

Reitero: en la mayoría de las infecciones por Estreptococo betahemolítico del grupo A, el tratamiento es ambulatorio y la evolución sin complicaciones.

Ahora bien, ante una infección, todos ponemos en juego nuestras defensas naturales para frenarla, a veces, excepcionalmente, esta respuesta del huésped, en este caso el niño, es exagerada y se activa lo que se conoce como cascada inflamatoria, provocando esos cuadros graves.

Estos cuadros no son la regla, hay factores que aún desconocemos que provocan esta respuesta. Ante una misma infección, uno pasa casi asintomático, rápidamente mejora y otro, hace una forma grave. No es lo que sucede en la mayoría de las infecciones y no podemos generar alarma por esto.

Síntomas de alarma para una consulta inmediata

Nuestra obligación como pediatras, es informar a los padres y cuidadores, que deben conocer los signos y síntomas de alarma que determinarán una consulta inmediata:

— los niños no quieren beber, no quieren comer o vomitan ante los intentos de alimentarlos.
— están irritables o con tendencia al sueño o no logran despertarlos
— dejan de orinar
— se afecta el estado general, en el contexto de un cuadro febril y no se logra descender la temperatura con los mismos métodos a los que ha respondido previamente
— tienen signología respiratoria que no se explica únicamente porque esté con fiebre (durante la misma es habitual que la frecuencia aumente, pero se normaliza logrado el descenso de la misma)
— tenga cualquier otro signo o síntoma que preocupe a los padres como, por ejemplo, una erupción cutánea.

Una vez más reitero: pretendemos que los padres y cuidadores comprendan que este no es un patógeno nuevo. Todo el año vemos infecciones provocadas por él y con el calor aumentan, pero que hay signos de alerta o peligro que deben motivar la consulta inmediata.

¡Hasta la próxima!

CONOCÉ A NUESTRA COLUMNISTA
Alicia Fernández. Foto: El País
Alicia Fernández
Médica pediatra. Especialista en cuidados intensivos de niños, jefe del servicio de pediatría y del CTI de la Asociación Española. Docente universitaria.

Podés seguir a nuestra pediatra de cabecera en Twitter como @AliFernandezUY

Podés leer otras columnas de nuestra pediatra acá.

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