Con los hijos

Berrinches: ¿qué favorece su aparición y cómo frenarlos?

Un ambiente tenso, de discusiones entre sus padres, golpes o situaciones difíciles que pudiera generar tensión, fácilmente desencadenará el berrinche.

niño llorando
Foto: Pexels

La hiperactividad o el estrés son muchas veces los detonantes de este tipo de crisis infantil a la que los padres suelen conocer como berrinche.

Los niños "berrinchudos" suelen tener actitudes desorganizadas y poco control sobre sus impulsos. Son muy rezongados y castigados por sus padres ocasionando un ambiente tenso; la irritabilidad y la baja tolerancia a la frustración es otro de los factores que intervienen.

Un factor extra podría ser el hijo único, ya que suelen ser más consentidos y todo la atención recae en él.

Para evitar que esto se salga de control, primero el niño debe tener normas claras y congruentes; muchos papás acomodan su patrón disciplinario dependiendo del humor en el que se encuentren: si está cansado, frustrado o estresado, lo rezonga, mientras que si llega alegre y relajado del trabajo le celebra y no trata de solucionar esa crisis.

Un padre de familia consistente en su cáracter, es decir que cumple lo que promete, se convierte en una figura confiable para el menor. El menor sabe qué le espera.

Muchos padres optan por dejar al niño solo mientras se le pasa el berrinche porque es mejor esperar que se calme para escuchar sin que se exalte más. Su mensaje a su hijo en todo momento debe ser: "Te quiero mucho y no te voy a abandonar en este momento difícil - pero no voy a permitir ese mal comportamiento."

Dale responsabilidades
Enseñarles desde pequeños -acorde a su edad- cuáles son sus responsabilidades y como deben encargarse de ellas, fomenta la autonomía e independencia así como el desarrollo de habilidades de implicación, interacción y participación, y todo ello contribuirá al desarrollo de una buena autoestima.

Los niños que han sido hiperprotegidos tienen poca iniciativa, son dubitativos, con miedos y con poca capacidad para tomar sus propias decisiones. Además, pueden generar relaciones dependientes pues no se sienten capaces de enfrentarse al mundo por sí solos.

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