TEMA DE ANÁLISIS

PIB del segundo trimestre: finaliza efecto rebote y transición en la construcción

Ante la finalización de las obras de UPM, hay un nuevo impulso en la construcción de viviendas.

Foto: Getty Images
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Con el buen dato del segundo trimestre, comienza a desaparecer el efecto rebote que venia explicando parte del crecimiento económico y la finalización de las obras de la planta de celulosa encuentra una buena noticia en la construcción de vivienda residencial.

Una mirada desde la Oferta y Demanda Agregada

Si bien estamos habituados a analizar las cuentas nacionales con el saldo de comercio externo neto incluido dentro de la demanda agregada, esto no resulta usual en los análisis de la oferta y demanda agregada, los que son muy útiles para explicar cómo funciona una economía. Invitamos al lector a mirar a su alrededor y podrá visualizar que los bienes que lo rodean son producidos tanto localmente como en el exterior. En el primer caso, ese esfuerzo es relevado mediante el Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el segundo caso es relevado mediante las importaciones. Situación similar sucede con los servicios a los que accede. Por tanto, la disponibilidad de bienes y servicios, que es lo que releva la Oferta

Agregada, resulta de la suma del PIB y de las Importaciones. A su vez, ese conjunto de bienes y servicios son requeridos para satisfacer determinados usos: ser consumidos por privados (consumo privado), por el sector público (consumo público), ser utilizados en procesos de producción y no agotarse en un periodo breve de tiempo (inversión en activo fijo), ser producidos pero no utilizados (variación de existencias) o ser vendidos al exterior (exportaciones). Esto es la Demanda Agregada. Y es así que se llega a la identidad contable de Oferta Agregada igual a Demanda Agregada, en la cual todo bien o servicio disponible tiene su uso.

En ese sentido, es que la vitalidad de una economía no solo puede ser reflejada en el crecimiento de su PIB, sino también en el crecimiento de su oferta —o demanda agregada—. Por ejemplo, la oferta agregada de la economía uruguaya creció 8,1% en el segundo trimestre de 2022 respecto a igual periodo de 2021, y esta cifra se deriva del crecimiento ponderado del incremento de 7,7% del PIB y del incremento de 9,7% de las importaciones.

El gráfico 1 muestra las incidencias de cada uno de los componentes de la Oferta Agregada, siendo el PIB el que cuenta con mayor incidencia (es el que tiene mayor peso en términos corrientes) y además permite ver cómo las importaciones tuvieron una importante incidencia durante 2021, asociadas en parte al proceso de inversiones de la planta de celulosa. En la medida que este proceso se ha ido desacelerando, la incidencia de las importaciones —desde ese factor— se ha reducido.

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Las importaciones se han ido desacelerando en los últimos trimestres (sea por el efecto de la planta de celulosa y por el resto de los factores) mientras que el PIB también. Si se considera la desestacionalización de los veintiséis datos trimestrales que realiza el Banco Central, la variación se ha ido desacelerando desde el tercer trimestre de 2021, cuando se comenzó a dejar atrás la pandemia. Como se visualiza en el gráfico 2, en aquella instancia, el crecimiento alcanzó a 3,4%, bajando luego las cifras y llegando en este segundo trimestre de 2022 a 1,1 %.

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El PIB del segundo trimestre: por sectores de actividad

Tal como se aprecia en el cuadro, la fase primaria del sector de agronegocios creció a dos dígitos, señalando un importante desempeño de la actividad agrícola. El informe del Banco Central destaca este punto, el cual se ve reforzado con los resultados que la DIEA divulgó recientemente de la Encuesta Agrícola “Invierno 2022”. Si bien no imputable estrictamente al segundo trimestre, la producción de soja alcanzó rendimientos de 2.799 kilos por hectárea, 49% por encima de los 1.881 kilogramos por hectárea alcanzados en la zafra anterior. A esto se suma una mayor superficie plantada (creció cerca de un 9%).

Es de destacar que el sector primario tuvo una incidencia de 1,2 puntos porcentuales (pp) en el crecimiento total del PIB (7,7 pp), que fue seguido por el agregado de las actividades de Comercio y Alojamiento y Comidas, y el agregado de Transporte, Almacenamiento, Comunicaciones e Información, cada una aportando una incidencia cercana a 1 pp. En ambos agregados se destacan efectos rebote (mayor actividad en comparación con el segundo trimestre de 2021) cuando existía una disminución de la movilidad interna y de turistas.

El Banco destaca el “significativo” crecimiento de los servicios educativos debido a la mayor cantidad de horas de clase en el segundo trimestre de 2022 respecto a igual periodo de 2021. Este tipo de servicios forman parte de un agregado más general: Salud, Educación, Actividades Inmobiliarias y Otros servicios. Este agregado, tan disímil en cuanto a su composición y dinámica, pesa cerca de una cuarta parte de la economía (al considerar el PIB nominal a precios corrientes del año móvil finalizado en el segundo trimestre) y tomando en cuenta su crecimiento de 11,1%, tiene una incidencia de 2,4 pp.

Los factores de demanda

Tal como analizamos en la introducción, la demanda agregada tiene principalmente tres factores: (i) el consumo privado, (ii) la inversión en activo fijo y (iii) exportaciones de bienes y servicios. Como hemos señalado en anteriores participaciones, estos factores han tenido evolución diferente a lo largo de la pandemia, con la importante presencia de la inversión en activo fijo —vinculada a la construcción de la planta de celulosa— que prácticamente no vio caída significativa por la pandemia. El gráfico 3 da nota de ello, tomando como base 100 el año 2019, la inversión en activo fijo supera los valores prepandemia desde finales de 2020. A su vez, las exportaciones sí reciben un impacto negativo algo mayor —a la inversión— y reducen su volumen durante 2020 hasta el primer trimestre de 2021, pero comienzan a recuperarse desde ese momento, al influjo de las exportaciones de bienes —recordar que en ese momento las exportaciones de servicios turísticos estaban prácticamente anuladas por el cierre de fronteras—. Las ventas externas alcanzaron los niveles pre-pandemia (2019) en el primer trimestre de 2022.

Por otro lado, el Consumo Privado no tuvo una caída tan pronunciada como las exportaciones, pero su recuperación ha sido más lenta: considerando el promedio año móvil cerrado en el segundo trimestre de 2022, aun se encuentra cerca de dos pp por debajo de los niveles de 2019.

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A su vez, el Consumo Privado, que es gran parte de la demanda agregada y por tanto tiene un fuerte correlato con la oferta agregada (tanto producción local o PIB como importaciones), creció 5,6%, deteniendo la trayectoria de aceleración que venia marcando desde el tercer trimestre de 2021.

¿Hacia adelante?: la extinción del efecto rebote y una transición del efecto construcción de la planta de celulosa hacia un incremento de la construcción de vivienda residencial, hacen prever tasas de crecimiento del PIB en los próximos trimestres normalizándose hacia cifras más bajas que las que asistimos en el primer semestre. El Consumo Privado tendrá en el proceso desinflacionario del segundo semestre un importante aporte desde el lado de los ingresos reales.

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(*) Consultoría económica de PwC

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